Levante UD 0 – 0 Real Zaragoza | Crónica

Otra noche incurable

La gota fría levantina ha cubierto el medio campo zaragocista durante treinta terroríficos minutos en los que ha caído una torrencial tormenta que ha estado a punto de acabar con nuestras ilusiones. Ha sido una primera media hora en la que los jugadores del Levante han hecho añicos la muy débil organización futbolística del Real Zaragoza, que ha salido al campo como si sobre el césped se celebrase una merendola propia de una romería de pueblo pequeño pero no invisible y no lo que realmente se ventilaba: la salvación, la captura de tres puntos que nos deberían permitir seguir en la pelea y no morir precipitadamente. 

Han sido veintitantos minutos de agonía y pánico. Los jugadores del Levante llegaban por todas partes y de todas maneras. Ha sido un vendaval blaugrana, una plaga de granotas que arrasaba los campos aragoneses dejando nuestras paupérrimas cosechas aún más asoladas. Las ocasiones se han sucedido vertiginosamente y cada una de ellas anunciaba el gol. Despejes a la desesperada, remates envenenados, un penalty que nos han perdonado, un gol anulado, una medio parada de Roberto, un medio despeje de Loovens, un medio control de Apoño, una medio muerte.

La intensidad que le imprimían al juego los jugadores locales era de tal calibre que parecía que necesitaban cinco goles para remontar una eliminatoria de vuelta, mientras nuestros muchachos le levantaban la falda a la luna de Valencia en un ejercicio romántico de despiste digno de mejores tiempos. Pedro Ríos, Valdo, penalty que no pitan, Valdo, gol que anulan, Diop, Acquafresca, Pedro Ríos…Esta sucesión de oportunidades ha conformado un fresco que ha hecho temblar los cimientos de la fe zaragocista y la única esperanza era esperar que pasase la tormenta y después hacer recuento delos daños causados para ver si se podía recomponer un poco la hacienda.

Eso ha ocurrido a partir del minuto 30, cuando el Levante ha bajado el ritmo frenético que había imprimido al partido y el Real Zaragoza, poco a poco, ha ido recuperando el pulso. Han sido unos últimos quince minutos más pausados, insulsos en cualquier caso, que han ofrecido un paisaje más amable aunque no se puede decir que se haya equilibrado la balanza. En todo caso ha amainado el temporal. De esta fase tan solo podemos hablar de la corrección de Pinter y de la frescura de Víctor, mientras que los otros nueve parecía que habían sufrido los efectos de la autocomplacencia provocada por las dos últimas victorias.

La segunda parte ha amanecido un poco más calmada, aunque un fallo de Fernández, muestra del nerviosismo de la zaga, ha estado a punto de provocar el gol local. La buena noticia ha llegado en el minuto 52, cuando una violenta entrada de Diop a Victor ha invitado a Gil Manzano a sacarle la roja. Ha sido un momento dulce, pues quedaba más de media hora y el Levante se quedaba con diez. Una sonrisa de media comisura ha asomado al rostro de la afición zaragocista. Todos hemos pensado en Rochina, bala de un revólver que parecía lógico utilizar, pero no ha pensado lo mismo Manlojiménez. Ha pesado más la prudencia y la bondad de un punto en la mano que la posibilidad de ir a por tres y quedarse con ninguno. El temor al contraataque del Levante y que nos hicieran un roto ha sido la razón por la que hemos entrado en una fase contemplativa, de control del balón y ritmo pausado a la espera de una ocasión, en lugar de optar por una acción de ataque frontal al grito de “Deus lo vol!” y romper las defensas, débiles y asustadizas, de un equipo, el valenciano, definitivamente esbafau, dicho sea en LAPAPYP.

Todo muy calculado. Carmona por Montañés y José Mari por un lesionado Loovens han ido lo cambios Un mensaje muy claro. Y, si acaso, cuando quedan quince minutos, la vigorosa presencia de Rochina. Control, control, control. Y, si acaso, la explosividad del saguntino, ma non troppo. Y es que todo podía pasar, en una portería y en la otra. En tan solo quince minutos, Iborra casi marca obligando a Roberto a paradón. Apoño lanza desde lejos y el efecto óptico nos hace cantar gol. José Mari dispara desde lejos y Keylor despeja. Rochina lanza un obús y Keylor adorna una buena parada. Y ya. Cuando Gil Manzano ha pitado el final un agridulce suspiro ha surgido de las entrañas del Ebro. Se había perdido una ocasión muy buena de sellar la permanencia, pero tal y como se ha desarrollado el partido y visto el desastroso inicio del mismo, el punto no aparece como un mal botín. Y es que esta es la miseria en que nos movemos: a semejante absurdo nos ha conducido la horrible segunda vuelta del equipo zaragocista y la penosa realidad que vivimos desde hace unos años. El hecho de fiarlo todo a la Romareda nos hace temblar, pues no deja ningún tipo de margen a error. Claro que a lo mejor el error es no poder despertar de esta pesadilla.

Ficha Técnica

Levante UD :
Keylor Navas, Pedro López, Vyntra, David Navarro, Nikos; Pape Diop, Iborra, Ríos (El Zhar, m.75), Valdo (Simao Mate, m.58); Míchel y Acquafresca (Roger, m.84).

Real Zaragoza:
Roberto, Fernández, Loovens (Jose Mari, m.74), Álvaro, Abraham; Apoño, Pintér, Montañés (Carmona, m.69), Rodri (Rochina, m.79), Víctor y Postiga.

Árbitro:
Gil Manzano (C. Extremeño). Amonestó por el Levante a Iborra, Simao y Navarro, por el Zaragoza a Víctor, Abraham y Loovens. Expulsó a los levantinistas Pape Diop, con roja directa en el minuto 53, y Pedro López, por doble amonestación (m.91+).

Incidencias:
Partido correspondiente a la jornada 35 de la Liga BBVA disputado en el estadio »Ciutat de Valencia» ante 15.113 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Vicenta Puig, madre de Pepe Martínez, entrenador de porteros del Levante.

Puntuaciones (de 0 a 5)

Roberto: 2. Inseguro y de nuevo ineficaz en los balones altos. Paró espectacularmente un cabezazo de Iborra pero le precedió el error de no salir a por el balón. 
Fernández: 1. Muy nervioso e inexacto. Protagonizó varias pérdidas de balón y la banda nunca fue suya. Si acaso en el aspecto ofensivo aportó velocidad. 
Álvaro: 2. La atmósfera de zozobra general le afectó, y no supo imponer su carácter y su interés al resto de la defensa. Despeja bien, pero no saca ningún balón con criterio.
Loovens: 1. Mal partido, con poca autoridad y muy poco contundente. Por alto no llega a ninguna.
Abraham: 2. Al mismo nivel que los demás. Ayer no consiguió progresar en ningún momento con sus ya clásicas galopadas y en defensa le cogieron varias veces la espalda.
Apoño: 1. Perdió balones, ralentizó el juego, decidió mal los pases y no sacó bien ni una falta.
Pintér: 3. Fue el más entonado de la defensa y el medio campo En medio de la desidia consiguió sujetar varios contraataques y cortar alguna que otra vía de agua.
Víctor: 4. El mejor. Mantuvo el mismo ritmo, vivo y eléctrico, que los dos últimos partidos, pero sus centros y pases no encontraron compañeros que estuvieran a la altura.
Rodri: 2. Dislocado y desorientado, en ningún momento se le vio a gusto. Siguió con el guión de presión/recuperación/provisión, pero ayer no tuvo la claridad de otras veces.
Montañés: 1. Anulado y sin criterio. No se quedó con el balón ni una sola vez ni consiguió encarar a su par. La segunda parte fue doblemente de noche para él.
Postiga: 2. Peleó, luchó y lo intentó, pero no jugó ningún balón franco. Sus remates, desesperados.
Carmona: 0. No aportó nada. Si tenía que dar profundidad en la banda, se cayó a la sima de San Pedro.
José Mari: 2. Estuvo activo y luchador. Disparó a puerta con peligro y contuvo el poco ímpetu que le quedaba al centro del campo del Levante.
Rochina: 3. Individualista y egocéntrico, nos ofreció dos detalles de altísima calidad, una rabona y un disparo envenenado, que, sin embargo, no fueron suficientes para lograr el gol. Debió estar más tiempo en el campo.

por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello

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