Real Zaragoza 0 – 3 FC Barcelona | Crónica

Garrote vil a la esperanza

¿Alguien sostiene en su memoria alguna sensación parecida a la que nos abruma esta noche? Si es así este cronista agradecerá que ese prójimo benefactor le haga llegar un puñado de palabras con que describir el bochornoso espectáculo que hemos sufrido hoy en la Romareda, muy alejado de lo que esta afición y esta ciudad se merecen por Historia y por Vida.

El partido ha sido un desastre de principio a fin. La ausencia de fútbol en el equipo de Manolo Jiménez ha sido tan escandalosa que dolían las costuras del sentimiento blanquillo cada vez que el equipo visitante se quedaba el balón. O sea, en todo momento. Ha sido tal la vergüenza que nos han hecho pasar que cada pase del contrario era una puñalada en el pecho del león y en seguida ha sido evidente que era cuestión de tiempo que llegase el primer gol y la impotencia se adueñase de la animosa parroquia zaragocista que había saludado al mundo con dos caprichosos tifos en cada uno de los goles, Norte y Sur.

El endeble centro del campo encarnado en un voluntarioso Movilla y un torpe José Mari era incapaz de gestionar el aluvión de fútbol de los blaugrana y eso daba pie a que la defensa viera con asombro cómo una y otra vez Alexis y, sobre todo, Tello nos rompiesen la cara con sus diagonales y sus precisos regates. Y ha sido preciamente en una de esas pérdidas de balón cuando Thiago se ha merendado a Álvaro, ha combinado con Alexis y ha resuelto a la perfección con un tiro cruzado. se le ha quedado cara de estupefacción a la Basílica y a partir de ahí, la debacle. Tímidos intentos de reaccionar, alguna suave protesta al árbitro por sus erráticas decisiones, algún que otro arranque de pundonor, pero e partido estaba fuera del gobierno local. Víctor porfiaba por la derecha, Rodri trotaba desorientado y Montañés, ese sí, procuraba abrir vías de penetración por su banda, pero lo cierto es que ninguno conseguía conectar adecuadamente con un, una vez más, abandonado a su suerte Postiga. Y así ha llegado la segunda muerte, el segundo gol.

Porque la tarde ha sido un monumento a la desidia. Y a ello ha contribuido también Jiménez. Porque en el descanso ha optado por sustituir a José Mari, desafortunado, y a Victor, voluntarioso, por Apoño, aparentemente recuperado, y Jorge Ortí. esta decisión ha provocado debate en la grada porque nos e veía muy claro que este fuese el partido para la reaparición del malagueño. Lamentablemente, y se veía venir, los cambios no han aportado nada. Si acaso entusiasmo del joven aragonés, porque el malagueño ha firmado un dislocado partido en el que ha protagonizado algunas pintorescas jugadas que han logrado irritar a los aficionados del león. Y la gota que ha colmado el vaso de la desesperación ha sido la jugada en la que Tello ha desnudado a Loovens y ha cruzado un mágico chut que cerraba el círculo de la excelencia futbolística.

¿Y a partir de ahí? Esperpento. Jiménez le ha dicho a Rochina que saliese en lugar de Postiga y el equipo se ha aprestado a tratar de arañar el casco del Titanic con las uñas rotas, pero el resultado ha sido que el equipo contrario ha sonreído con displicencia y además ha visto cómo la afición local aplaudía a dos de sus jugadores cuando salían al campo, seguramente porque esa afición están tan huérfana de alegrías que ya se anima incluso a vitorear a sus verdugos. El concepto «contradicción» en estado puro. De ahí hasta el final, la nada. Tan sólo Rochina, que en una jugada de calidad y empuje ha conseguido armar un poderoso chut que ha salido por encima del larguero, y Montañés, que ha puesto el alma en un contraataque finalizándolo con un disparo esquinado después de pelear ardorosamente con su par, han sido capaces de incordiar al coloso. Los demás, secos y estériles como el hogar de un escorpión. Y algunos, como Loovens, señalados por la Basílica en un gesto que hacía muchísimo tiempo que no se veía a orillas del Ebro.

En definitiva, día aciago. Horizonte oblicuo. No ha habido agallas, pero lo peor es que no ha habido fútbol y lo más importante: no hay liderazgo. Fin.

Ficha Técnica

Real Zaragoza:
Roberto; Sapunaru, Álvaro, Loovens, Paredes; Movilla, José Mari (Apoño, min.45); Víctor Rodríguez (Ortí, min.45), Rodri, Montañés; y Postiga (Rochina, min.63).

FC Barcelona:
Víctor Valdés; Dani Alves, Bartra, Song, Adriano (Abidal, min.78), Montoya, Xavi (Roberto, min.81), Cesc Fábregas, Tello (Villa, min.83) y Alexis Sánchez.

Goles:
0-1. Min. 20, Thiago; 0-2. Min. 39, Tello; 0-3. Min. 53, Tello.

Árbitro:
Fernández Borbalán. Amonestó con cartulina amarilla por el Real Zaragoza a Movilla, Apoño y Álvaro y por el FC Barcelona a Alexis.

Incidencias:
partido correspondiente a la jornada 31 de la Liga BBVA disputado en le estadio de La Romareda en tarde soleada y con viento ante unos 30.000 espectadores. Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de la madre del jugador del Real Zaragoza Abraham Minero.

Puntuaciones (de 0 a 5)

Roberto: 2. No manda, no gobierna, no resuelve. Muy nervioso e inexacto todo el partido.
Sapunaru: 0. Lamentable partido de Sapu. Doblegado por Tello una y otra vez, su lateral ha sido un agujero negro en la defensa por el que ha desaparecido.
Loovens: 0. Deplorable actuación. Su trabajo ha recibido el premio de unos silbidos lacerantes por parte de la grada.
Álvaro: 2. Valiente y atento a todas las vías de agua que ha abierto el equipo contrario, no ha podido evitar el desastre.
Paredes: 1. Regresaba al equipo titular, pero su actuación no ha hecho olvidar a Abraham. Flojea mucho en tareas ofensivas.
Movilla: 1. Su pulmón ya no es capaz de insuflar aire a este cuerpo maltrecho. Hoy no ha llegado a las vías de creación en ningún caso.
José Mari: 0. No ha tapado los senderos ofensivos contrarios y ha perdido balones con mucho peligro.
Víctor: 2. Lo ha intentado de todas las maneras pero ha perdido frescura en el toque de balón. Tiene que recuperar esa finura técnica que exhibió en otoño.
Rodri: 1. No, no ha sido un buen día. Ha trotado por el frente pero siempre muy alejado de los focos de eficacia ofensiva.
Montañés: 3. El mejor. Es el único que ha estado a la altura del choque, con velocidad, vigor, intención y calidad.
Apoño: 1. Muy torpe. Lento y falto de criterio. Excesivamente escorado a la izquierda, él mismo se ha cerrado la línea de creación con una muy mediocre interpretación del partido.
Jorge Ortí: 2. Le ha puesto un punto de velocidad y presencia a la segunda línea, pero no ha podido con la zaga contraria.
Rochina: 2. Su presencia es muy útil. Su control del balón y su gran disparo so dos argumentos que hoy habrían hecho falta durante más minutos.

por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello

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