Real Zaragoza 1 – 1 R Madrid | Crónica

Valiente valentía

Apenas Undiano Mallenco pitó el final del partido una sensación de alegría se apoderó de la hinchada zaragocista, que aplaudía con energía a sus jugadores premiando así su esfuerzo y su pundonor. Y no era para menos, pues el Real Zaragoza acababa de robarle un punto al destino y puesto su alma a disposición de la Virgen del Pilar mientras la parroquia gritaba a los cuatro vientos el versículo de esa oración cálida y propia que ya forma parte del corazón heroico de toda una ciudad, de todo un país: «Sí, se puede».

Fue el partido de ayer un partido de verdad. Un encuentro en el que cada contendiente puso sobre el campo de batalla sus armas, sus tretas, sus estrategias. Su fe. Y la del equipo aragonés fue más fuerte, pues no es un descubrimiento escribir que enfrente se encontraba uno de los diez equipos más poderosos del mundo y que, por tanto, sólo la fe, la fuerza y la unión podían ayudar a tener alguna posibilidad de éxito. A ello también había colaborado Manolo Jiménez al alinear a Roberto y Apoño como refuerzos clave en el equipo después de sus lesiones y colocar a Rodri cerquita de Postiga con el fin de agitar la apócrifa defensa madrileña y ganar en presencia con el balón. Y es que el pequeño sevillano es uno de esos tipos que molesta y distorsiona al equipo contrario con su velocidad, su agilidad y su revoucionaria presencia.

La idea funcionó y en seguida el Real Zaragoza obtuvo un gol como premio, precisamente, a su agobiante presión a la salida del balón de los forasteros. Apoño inquietó a Modric, le quitó la bola y ésta le llegó a Rodri quien, rápido, pulgoso, batió a Diego López. El partido se ponía bien, jugoso y sugerente y eso no quería decir que todo estuviese hecho, pues el equipo visitante se sabe muy bien la lección y a recitarla párrafo a párrafo se dispuso. 

El partido entró en una fase de frescura atacante en la que, sin embargo, no se vivieron situaciones de peligro en ninguna portería. Los minutos pasaban y los porteros vivían en una calma tensa a la espera de que algún balón llegase a sus territorios y poder decir «aquí estoy yo». Y eso sucedió en el minuto 38, cuando Loovens no entendió el movimiento de Álvaro y Roberto no entendió el chut de Ronaldo, que acabó en gol. Todo eso ocurrió. Y la Basílica enmudeció durante tres segundos. No más. Porque si algo tenía que ocurrir anoche es que el zaragocismo, ese ejército de zaragozanos y aragoneses de bien que tienen por devoción a sus equipos zaragozanos o aragoneses (no a los de fuera, no a los que no son nuestros, no a los que crecen y viven y nos combaten lejos de nuestra tierra, de nuestra Historia, de nuestro corazón) supo aupar a los suyos al grito unánime de «¡Aliento y vida!».

Eso fue lo mejor: que el equipo no se cayó, que no hubo brazos abajo, que ni una sola cabeza miró al suelo. Se retomó la pelea y pudimos comprobar un detalle de suma importancia: que jugadores que habían diluido su presencia en las últimas jornadas aportaban anoche presencia, juego y fútbol. Hablo de Movilla, de Sapunaru, de Montañés. Ello tres escribieron con su chispa algunos párrafos que ayudaron a recomponer el equipo, al que le vino muy bien, por cierto, la vuelta de Apoño, verdadero comandante de la nave blanquilla y al que volvimos a valorar porque su calidad gobernando la salida del balón es pieza fundamental en el grupo. Ese perfume de voluntad de vencer se tradujo, incuso, en sendos chuts de Abraham y Rodri a los que López respondió con presteza, lo que nos ayuda a percibir que el partido estaba muy vivo por parte de ambos bandos.

La segunda parte se inició teñido por un energético impulso impuesto por los jugadores del equipo visitante. Ciertamente hubo algunos momento de agobio, como esa doble ocasión de gol en la que Roberto, primero, y el poste después impidieron el revés. Fue un momento al borde del precipicio pero de igual modo el Real Zaragoza pudo haber logrado el gol en sendos cabezazos de Postiga que Diego López neutralizó con seguridad. Y es que el partido del Sábado Santo, ya lo hemos escrito más arriba, fue un partido de verdad. Con alternancias, con jugadas, con ocasiones. ¿Fortaleza zaragocista o atonía foránea? Tal y como yo lo veo, y me quedo con ello, lo primero llevó a lo segundo. Y añadimos a este análisis que de justicia habría sido que el árbitro del partido hubiera tenido el acierto de haber pitado el claro penalty de Essien a Postiga que, por supuesto, no señaló. ¿De nuevo los árbitros? Sí, claro que sí. Lo diremos hoy, lo dijimos ayer y lo volveremos a decir, seguro, mañana. Un penalty que no se señaló y que habría ayudado a firar hoy una clasificación más favorable.

Con todo, convenimos que el partido estuvo bien planteado por Manolojiménez y bien ejecutado por los muchachos, pero también constatamos que la resolución del mismo no fue acertada, pues el entrenador andaluz no ajustó sus piezas para rematar un choque que estaba cara. ¿Hará falta decir que el ultimo cambio debería haber sido Rochina y no Wilchez? Pero eso, amable lector, forma parte de lo que podría haber sido y no fue. Como casi todo en fútbol.

Ficha Técnica

Real Zaragoza:
Roberto; Sapunaru, Loovens, Alvaro, Abraham; Edu Oriol (Wílchez, min.82), Movilla, Apoño (Romaric, min.53), Montañés; Rodri (Víctor, min.63) y Postiga.

Real Madrid:
Diego López; Arbeloa (Ozil, min.61), Pepe, Sergio Ramos, Marcelo; Essien, Modric; Callejón (Di María, min.61), Kaká (Khedira, min.61), Cristiano Ronaldo; e Higuaín.

Goles:
1-0. min.6. Rodri; 1-1. min.38. Cristiano Ronaldo.

Árbitro:
Undiano Mallenco, del Colegio Navarro. Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Álvaro, Rodri y Loovens y a los visitantes Sergio Ramos, Arbeloa y Modric.

Incidencias:
partido correspondiente a la jornada 29 de liga disputado en el estadio de La Romareda de Zaragoza ante unos 30.000 espectadores.

Puntuaciones (de 0 a 5)

Roberto: 3. Mal en el gol y en dos corner muy mal gestionados. Muy bien en tres fantásticas paradas que nos libraron de sendos goles. 
Sapunaru: 3. Muy activo en ataque y muy mejorado en defensa. Físicamente presentó una mejor disposición. 
Álvaro: 4. Buen partido del cántabro, que ejecutó una lectura muy acertada del partido. Se hizo grande conforme las dificultades crecieron.
Loovens: 2. Sigue siendo el más flojo de la defensa. Su mala gestión del balón en el gol le señala.
Abraham: 4. Gran partido del catalán. sujetó muy bien a Callejón y en ataque aportó excelentes opciones.
Movilla: 3. Muy recuperado para la causa. Manejó muy bien los tiempos y gobernó el juego cuando fue preciso.
Apoño: 4. Excelente regreso el suyo. Supo estar a la altura de sus mejores partidos. Fue nuestro comandante.
Edu Oriol: 1. Volvió a no estar. Su control del balón es deficiente y no se atreve como nos había enseñado que sabe hacer.
Rodri: 4. Fue la revelación de la noche. Su posición exigía de una gran presencia física y cumplió con creces. presionó con genio y barrió la segunda línea con su rapidez y su osadía. Además, goleó.
Montañés: 3. Muy buena actuación en la que mostró una frescura y una chispa que nos recuerda al mejor Montañés.
Postiga: 4. Luchador, es un delantero que lo da todo y se deja la piel. Ayer dispuso de dos magníficas ocasiones y le hicieron un penalty que no fue pitado. Mereció el premio del gol.
Víctor: 2. Cogio el testigo de Rodri y trató de mantener el ritmo ofensivo.
Romaric: 0. ¡Uf!
Wilchez: S.C. 

por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello

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