Si “escribir en Madrid es llorar, es buscar voz sin encontrarla, como en una pesadilla abrumadora y violenta» (M. J. Larra), no quiera imaginarse el lector qué es escribir en Aragón sobre este muerto sin alma que redimir en que se ha convertido el Real Zaragoza. Es tal el dolor que nos produce afrontar el folio en blanco para relatar el desastre de ayer que uno debe buscar la fuerza y el valor necesarios en las profundidades del pozo de San Lázaro o en las brumas de la cumbre del Moncayo. Veré si tengo suerte.
Herrera ya sabe lo que es este club. Les ha pasado a todos los entrenadores de la Ominosa Era Agapito. A todos. Llegan lanzados y al poco tiempo protagonizan una rueda de prensa con gesto depresivo y mirada perdida. Y ayer ya vio el catalán en qué se le ha convertido el espíritu del equipo bonito. Nos dijo que no sabe qué hacer. Que no sabe cómo hacerlo. Que no sabe cómo saber. Si el equipo entrena muy bien, que es lo que nos dicen todos, luego juega muy mal, que es lo que vemos todos. Como ayer, que jugó con una defensa torpe, nerviosa e incrédula; un doble pivote cateto y sin luces y un enganche viejo y estéril. Quizás un poquito los puntas y, en todo caso, un portero que hizo su trabajo con dignidad. Res mès.
La idea de colocar a Mario y José Mari juntos fue un error. Ni taparon ni taponaron el alegre y hormonado juego de los chavales de la Masía. Antes al contrario: desde el minuto uno se vio que tropezaban con su deficiencia tónica y táctica y por eso el balón blaugrana circulaba con frescura por toda la parcela central, además de descubrir en seguida que nuestros laterales defensivos eran muy malos y por ahí podían llegar balones afilados con los que hacer daño. Y casi lo hacen, si no llega a ser porque Leofranco detuvo un par de balones que llevaban cara de gol.
A mitad de la primera parte el Real Zaragoza logró asomar un poco la patita, debido a que Víctor y, sobre todo Montañés, adquirieron en el rastro un par de balones con los que surtieron a un inquieto Roger que, eso sí, no se lo piensa cuando le llega el balón y rápidamente busca la portería. Su trabajo obligó a dos buenas intervenciones del portero Masip, quien demostró después que es un buen portero al desviar un envenenado cabezazo de José Mari. No era mucho fu, pero tampoco demasiado fa, así que nos fuimos al descanso pensando que peor no podíamos hacerlo y que a lo mejor, en la segunda parte…
Pero no. Los chicos de Herrera se habían propuesto ayer darnos una buena bofetada destrozando cualquier hilo de credibilidad y salieron de la caseta dispuestos a regalar el partido. Y lo hicieron muy bien: consumaron el desastre. Nuestros laterales terminaron de completar una lamentable actuación y por sus dominios llegaban Nieto y un gran Joan Román con aires de grandeza porque podían permitírselo. Leofranco tuvo que realizar una gran parada tras la ejecución de una falta a remate de Planas y esa fue la señal inequívoca de que aquello no funcionaba.
Debutó Henríquez, que salvo algunos desmarques distintos nada nos dio, y salieron Movilla y Barkeo, cuyas aportaciones fueron irrelevantes, especialmente la del vasco Y ahí se terminó el repertorio. Los chavalines siguieron a lo suyo y en una jugada sencillita y que sirvió para desenmascarar el paupérrimo nivel de una defensa de pacotilla, hicieron gol. En otras circunstancias habríamos mirado al tapete verde y habríamos descubierto alguna razón para esperar que se podía empatar e, incluso, ganar aquel partido, con veinte minutos por delante, pero ayer todo era oscuridad y dolor. Luisgarcía era un jugador sin intención ni presencia, Barkero salió para justificar que está en nómina y Movilla bastante hacía con cubrir todos los espacios que el grupo dejaba huérfanos de presencia aragonesa. Con Montañes desactivado, Roger fundido y Henríquez haciéndose mil preguntas lo único que le quedaba al zaragocismo era esperar que no llegasen más balas perdidas a estamparse en la frente de nuestro escudo, para mayor escarnio y vergüenza de nuestra Historia.
Así pues, horrendo partido y estremecedoras sensaciones las que nos dejó el equipo. Seco, abatido, aterrorizado, confundido. Así pues, sensación después de oir a Herrera en la sala de prensa de que este hombre les ha endosado un discurso que no entienden en absoluto y si alguien lo ha entendido las piernas y el músculo ya no le da para obedecer las ŕdenes del cerebro. Así pues, estruendoso fracaso y dolorosa noche de cristales rotos alojados en el corazón de la afición. Así pues, agonía.
Masip; Patric, Gómez, Bagnack, Planas; Ilie (Samper, m.81), Espinosa, Pol Calvet (Babunski, m.63); Dani Nieto, Joan Román y Dongou (Sandro, m.77).
Leo Franco; Cortés, Álvaro, Paredes, Abraham; Víctor (Henríquez, m.56), José Mari (Movilla, m.62), Luis García, Paglialunga, Montañés; y Roger (Barkero, m.67).
1-0, min. 73: Nieto.
Vicandi Garrido (comité vasco). Amonestó al visitante Paglialunga (m.81).
Partido de la tercera jornada de la Liga Adelante de Segunda División, disputado en el Miniestadi del FC Barcelona ante 3.159 espectadores. Antes del inicio del partido, los jugadores azulgranas lucieron unas camisetas con el lema «Força Chechi, t’esperem» (Fuerza Chechi, te esperamos), para apoyar al defensa Sergio Juste, lesionado de gravedad.
Leo Franco: 2. Resolvió varios balones de peligro con seguridad.
Cortés: 0. Superado desde el segundo 1 por los atacantes locales.
Álvaro: 0. Su cuerpo no resolvió ni una sola situación con solvencia. Su mente no viajó con el equipo.
Paredes: 1. Balón que llega a su jardín, balón que amenaza. No ejerció de capitán.
Abraham: 1. Alguna cosita en ataque, pero en defensa fracasó.
Mario: 1. Se estorbó con José Mari y no sacó ni un solo balón con criterio.
José Mari: 1. Se estorbó con Paglialunga. Un remate suyo pudo ser gol.
Luis García: 0. Deambuló por el campo y mostró un despiste preocupante.
Montañés: 2. El mejor. Intentó enganchar con su rapidez con Roger, pero estuvo muy solo.
Víctor: 1. Poco. Algún caracoleo y cierta intención, pero ineficaz.
Roger: 2. Le gusta su trabajo. En cuanto puede, chuta a puerta.
Henríquez: 1. Algún desmarque, un par de carreras y ya.
Movilla: 1. Corrió y corrió, pero no sujetó ni un solo balón.
Barkero: 0. No participó en el juego.
por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello
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