Real Zaragoza 2 – 2 UE Llagostera | Crónica

Real Zaragoza 2 – 2 UE Llagostera | Crónica

Parada y fondo

Nuevo jarrón de agua fría, con recipiente y todo, a las ilusiones del zaragocismo. Un partido travieso, oxidado y bufo dio al traste con las ilusiones de una afición que empieza a estar cansada de tanto altibajo, vacío de fútbol y escasez de argumentos.

Ante un equipo romo y pobre que fue capaz de hacernos varios rotos, el Real Zaragoza no encontró en ningún momento la clave de lo que debe ser un partido jugado con alma y sentido. Los cambios que Popovic se vio obligado a realizar, hablamos de Lolo por Basha e Insa por Galarreta, dieron resultado a medias, pues si bien sujetaron un tanto más el centro del campo que el domingo pasado, no acabaron por asentar al equipo, que pululó por el campo desorientado y fláccido desde el principio.

A esa circunstancia se sumó la tremenda fragilidad defensiva que mostró el grupo en todo momento. Con la novedad de Alcolea en la portería, el resto de jugadores de cobertura eran los mismos que otras veces hemos aplaudido, pero cada vez que el Llagostera cogía el balón algo malo pasaba en la retaguardia. Con todo ello, como quiera que Eldin no encontraba el sitio y Pedro no acababa de enganchar combinaciones razonables, el juego ofensivo carecía de mordiente y chocaba una y otra vez con la correcta defensa catalana.

Así estaba el panorama cuando rondando el minuto 30 el árbitro pitó un penalti no muy claro a favor que permitió a los de Popovic adelantarse en el marcador tras la transformación de Borja. El partido se ponía de cara, pero no se consiguió enderezar el rumbo futbolístico. El equipo seguía inhibido, torpe y fallón. No se cogía el timón del choque, que seguía en manos de los forasteros, aunque es cierto que tampoco aportaban gran cosa al mismo. En cualquier caso, todo seguía muy abierto.

Tanto que en un sencillo corner llegó el empate. Un balón templadito al área, una defensa del mismo blanda y pobre, una estatua de Alcolea y gol. Era para no creérselo. Con casi nada nos rompían la mínima ilusión. El equipo acusó el golpe y nada hacía pensar que aquello tuviera respuesta adecuada por parte de los blanquillos. Al revés. A los pocos minutos una falta de Cabrera al borde del área la metió el árbitro dentro para pitar penalti. Todo se venía un poco más abajo. Si el Llagostera transformaba el castigo el partido se convertiría en una muralla de difícil asalto. Pero no. Alcolea detuvo el lanzamiento y eso propició que, al menos, nos fuésemos al descanso con un empate que dejaba la puerta abierta a la esperanza.

La segunda parte comenzó parecida. Un toma y daca insulso y poco consistente que ofrecía pocas razones para pensar que el equipo había aprendido la lección. La suerte vino cuando Pedro le lanzó un balón mágico a Borja que este convirtió con maestría, rapidez, potencia y anticipación. Un buen gol que, si se sabía administrar, debía servir para logra la necesaria victoria. Un buen gol que no hacía justicia a lo hecho hasta ahora pero que a nosotros nos parecía justísimo. Un buen gol, sí. Pero nada más.

El equipo gerundense se creyó que era el Bayern de Llagostera y se quedó el balón. No tuvo que hacer mucho, porque el equipo zaragocista estaba roto, amortiguado en su dejadez, incapaz de gobernar tres pases. Y con ese panorama instalado en la Basílica surgió de la nada el segundo gol. Un balón insulso, incoloro e insípido sobrevoló el área de Alcolea para que éste viera cómo se colaba en la red sin que nadie, nadie pudiera ni supiera hacer nada.

A partir de ese momento el Real Zaragoza vivió un período de tesón y control del juego. Apuró su velocidad en ataque y combinó mejor. Fruto de ese arreón llegó una magnífica ocasión de Borja, quien otra vez se quedó ante René, pero el portero consiguió desviar milimétricamente y el balón dio en el poste. Fue lo mejor del partido, que, por otra parte estuvo a punto de romperse con las contras visitantes. Y pudo haber pasado lo peor, pero afortunadamente la puntería de los visitantes tampoco estaba muy afinada, con lo que se llegó al final con un empate que sabe a nada. Bueno sí: a tristeza, a pesadumbre y a preocupación.

Ficha Técnica

Real Zaragoza:

Alcolea; Fernández, Vallejo, Mario, Cabrera; Dorca, Lolo (Willian José, min.69); Eldin, Natxo Insa (Jaime, min.89), Pedro; y Borja Bastón.

Llagostera:

René; Masó, Alcalá, Ruymán, De los Reyes; Perea (Eloy Gila, min.46), Jordi López, Pitu (Barnils, min.91), Querol; Juanjo (Imaz, min.81) y Arturo.

Goles:

1-0. min.27. Borja Bastón (penalti); 1-1. min.42. Juanjo; 2-1. min.47. Borja Bastón; 2-2. min.51. Cabrera (propia puerta).

Árbitro:

Oscoz Sagüés, del C. Vasco. Expulsó al entrenador del Llagostera Lluis Carrillo (min.92). Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Dorca, Natxo Insa y Cabrera y a los visitantes Jordi López y Querol.

Incidencias:

Partido correspondiente a la jornada 27 de la Liga Adelante disputado en el estadio de La Romareda de Zaragoza ante unos 12.000 espectadores.

Puntuaciones (de 0 a 5)

Alcolea: 2. Inseguro y nervioso, detuvo un penalty, lo que le da un punto al equipo.
Fernández: 1. En su línea de inoperancia e incapacidad.
Vallejo: 1. Descolocado y blando.
Mario: 1. Fallón y frágil.
Cabrera: 2. El más entonado. Peleón y fuerte.
Dorca: 1. Falto de ritmo y desorientado.
Lolo: 1. No sujetó el juego ni gestionó la salida de balón.
Eldin: 1. Fue un partido malo por su flaqueza física y su desacierto en el control.
Natxo Insa: 4. Buen partido. Omnipresente, trabajador y con criterio.
Pedro: 3. Fue de menos a más. Dio un gran pase de gol y trabajó duro en su banda.
Borja: 4. Un delantero que mete dos goles y pelea como lo hizo él merece esta nota.
Willian: 2. Su aportación fue conseguir que el balón circulase más cerca del área contraria.
Jaime: S.C.

por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello

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