Real Zaragoza 0 – 2 CD Leganés | Crónica
Regresaré a la casa
Hay partidos de fútbol que te parten el alma. Por su suciedad, por su falsedad, por su fealdad, por su perversidad. Hay partidos de fútbol, es así, que agitan el fango de la torpeza humana porque se sitúan en la ladera de la deslealtad. Y uno de esos partidos lo jugaron anoche el Real Zaragoza y el Leganés.
Orillada la alegría que el zaragocismo disfrutó durante dos semanas los muchachos del sur de Madrid vinieron a nuestra casa a enseñarnos, por si acaso aún no lo supiéramos, que en muchos rincones de este mundo oxidado ya no se juega al fútbol, o por lo menos no solo al fútbol. Resulta que hay otros caminos que podemos recorrer para llegar al mismo destino. Todo consiste en ser bueno en lo que sabes hacer bien, como demostró el Leganés.
Jim planteó un choque ajustándose a las normas presuntamente acordadas por todos, pero no consideró la personalidad del rival. Un equipo muy bien ordenado, con una energía fuera de lo común, aguerrido hasta la empuñadura y con un gran oficio. De esos que con el tiempo logran derribar los muros de Jericó, de esos que no enamoran, pero enardecen a sus hinchas. De esos, en fin, que consiguen victorias a fuer de no equivocarse. No como el Zaragoza, que no sabe hacer muchas cosas bien, pero las pocas que controla ayer se le olvidaron.
Se le olvidó jugar a nada y pretendió ofrecernos un espectáculo de perfil ofensivo, como para demostrar que somos muy buenos. Pero se da la circunstancia de que a veces tomamos decisiones erróneas. Como por ejemplo colocar a Francés, un excelente central, pero un discreto lateral, en disposición de jugar como Belsué y, claro, eso conllevó un desequilibrio estructural que pagamos muy caro.
El partido pronto se deshizo en medio de la fina lluvia. Un disparo raso bien resuelto por Cristian fue la primera señal de que algo podía ocurrir. Algo malo, se entiende. Y sucedió en el minuto 14, cuando Nieto cometió un error impropio al ceder muy corto a Cristian. El balón no llegó a su destino y Randjelovic se aprovechó para lograr el 0-1. Fue un crochet al escudo. Un directo a la frágil mandíbula blanquilla de tal calibre que el equipo ya no se levantó. No reaccionó y, por el contrario, el Leganés abrió el libreto del bandolerismo futbolístico para desquiciar con artimañas y picardías a los de Jim. Y lo hicieron de maravilla.
Hasta el descanso aquello fue un festival sin música ni letra. Pases insignificantes, decisiones erráticas, errores no forzados y escasos duelos ganados. Todo, absolutamente todo, lo ponía el Lega. Hasta los minutos se quedaron en la mochila pepinera. Y allí murió la primera parte, que pudo ver cómo se dibujaba el 0-2 si no hubiera resuelto bien Cristian un chut de Shibasaki. Malas vibraciones.
Jim reaccionó en la caseta poniendo a Zapater y Vada por Bermejo, que había vuelto a ser el de siempre, y a Zapater, desbordado por la energía madrileña. Se vivieron cinco minutos eléctricos, pero en seguida detectamos que no daba para casi nada con lo que el Zaragoza tenía. El Leganés comenzó a interpretar la sinfonía de la marrullería y el árbitro, ¡ay, el árbitro!, se empeñó enrecordarnos por qué lleva tantos años en segunda como el equipo aragonés. Errático, permisivo con los forasteros, injusto en sus decisiones y torpe en la aplicación del reglamento, contribuyó a que el partido entrase en una fase de borrones continuos.
Nano y Vada intentaron sendos disparos lejanos pero muy mal ejecutados y con eso nos quedamos. Mientras, el Lega ya había conseguido deshilachar al Zaragoza y las ocasiones de peligro eran suyas. Así llegó su segundo gol: Shibasaki que ya lo había intentado, le cruzó el balón a Cristian, colocándolo junto al poste y firmando un magnífico gol. Otro puñetazo, ahora ya definitivo, que dio con los blanquillos en la lona. Con los jugadores y con el entrenador, que por toda reacción ofreció la sustitución de Nano y Eguaras por Borja y Petrovic. Poco imaginativo, nada eficaz.
El partido se había acabado hacía muchos minutos, pero ahora ya no quedaba sino recoger las cenizas y esparcirlas por la orilla del Ebro. No estuvo acertado el equipo y no supo reaccionar al fatídico error del 0-1. Jugar a esto hoy en día conlleva encontrar soluciones a problemas inesperados y ayer el Zaragoza no estuvo a la altura. No hace falta una DANA para arrasar la energía del Zaragoza; una simple borrasca a destiempo es suficiente para agotar la esperanza de sobreponerse. Y ese sí es un aspecto que hay que solucionar, sobre todo en casa. Porque antes el campo propio era lugar de acogida, pero ahora es territorio hostil, algo contra natura. Por eso es urgente volver a encontrar el calor del hogar.
Ficha técnica
Real Zaragoza:
Cristian Álvarez; Francés, Lluís López, Jair, Nieto; Eguaras (Petrovic, 69), Francho (Azón, 81), Zapater (Vada, 46); Bermejo (Narváez, 46), Nano (Sainz, 69); y Álvaro Giménez.
CD Leganés:
Riesgo; Palencia, Sergio González, Bruno, Javi Hernández; Recio, Shibasaki (Perea, 69); Fede Vico (Randjelovic, 11), Pardo (Eraso, 81), Arnáiz (Quintillá, 81); y Garcés (Sabin Merino, 69).
Goles:
0-1, min. 14: Randjelovic. 0-2, min. 64: Shibasaki.
Árbitro:
Arcediano Monescillo (Comité Castellano-manchego). Amonestó a Javi Hernández (36), Bermejo (42), Francés (48), Arnáiz (48), Eguaras (56), Recio (61),
Incidencias:
Partido de la Jornada 17 de LaLiga SmartBank 2021-22 disputado en La Romareda, con 8.000 espectadores.
Puntuaciones
Cristian: 2. Dos buenas paradas, sí, pero inquieto y frágil.
Francés: 2. En defensa, cumplió, pero se le pidió lo que no puede dar.0
Jair: 2. Discreto y menos determinante que en otros partidos.
López: 3. sumó y restó. Acusó el nerviosismo del gol.
Nieto: 1. Su error costó un gol y se desajustó.
Eguaras: 1. No encontró los canales de comunicación. Cayó en la trampa de la bronca.
Francho: 2. Poco asociativo, no encontró la onda de otras veces.
Zapater: 1. Desbordado por los contrarios, le faltó energía y posición.
Bermejo: 1. Mal partido. Volvió a ser el que conocíamos.
Nano Mesa: 2. Lo pelea todo, pero cuando se desubica, se pierde.
Álvaro: 2. Trabajó mucho pero fuera de sitio. Si no está en el área, no aporta.
Vada: 1. Intrascendente. Salió electrificado, pero pronto se desenchufó.
Narváez: 2. No aportó lo que necesitaba el equipo. Irritable.
Petrovic: 1. Poco pudo hacer. Intrascendente.
Borja: 1. No consiguió desbordar en ninguna ocasión.
Azón: S.C.
por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello
