D Alavés 1 – 0 Real Zaragoza | Crónica

D Alavés 1 – 0 Real Zaragoza | Crónica

Víspera de nunca

En el monte afilado (Mendizorrotza, en euskera) de Vitoria el Real Zaragoza se dejó los últimos trozos de tela que le quedaban a su deshilachado traje futbolístico. Se enganchó en cada arista, en la punta de cada rama con que se encontró en el camino y el guía de montaña que habían contratado para que les llevara a la cumbre se perdió en la bruma de su intrascendencia. Nadie acudió a sus gritos de auxilio, nadie oyó sus desesperadas llamadas de socorro. Nadie. Y es que la soledad en la que se encuentra ahora mismo el equipo lo está devorando y está apagando las escasas fuerzas con que cuentan los muchachos del león.

El partido de ayer fue otra obra maestra de la torpeza, de la ineptitud, de la incapacidad. De nuevo el equipo aragonés quiso convencernos, a través de las decisiones de su entrenador, de que era posible lo que a todos nos parece imposible: plantar batalla deportiva a da igual qué equipo se ponga enfrente. El decimoquinto volantazo al timón del cascarón en que se ha convertido la nave zaragocista no hizo más que confirmar no ya las sospechas, sino las certezas del zaragocismos: vamos camino de nada.

La alineación era un Manifiesto por la Inacción. Tres centrales natos, Zapater de titular, Grau anclado a la retaguardia y arriba, Giuliano y un poquico Mollejo, pero no mucho. Se podría decir que los primeros minutos todo iba bien. También es cierto que el Alavés estaba de reposo activo, pues sus acciones no indicaban que el peligro pudiera asomar por ninguna esquina. A ello contribuyó la presencia de Jair, que volvía de un extraño exilio al que le había condenado Carcedo, lo que era sin duda una buena noticia. Francés, a su lado, es Francés y en ese entorno solo López desentonaba desde el principio, algo que confirmaría con el paso de los minutos.

Sin embargo, el único protagonista del partido era el Alavés. El equipo de Luis García es un grupo metálico, muy duro, con su mapa bien trabajado con líneas de todos los colores por las que tiene que discurrir el partido. Con algunos gestos diagonales fue capaz de crear peligro y casi logra romper el aura mágica de Cristian cuando este erró la gestión de un par de acciones. La suma de defensas no siempre se traduce en éxito, como se demostró en un córner que estuvo a punto de ser gol si el remate de Benavidez no lo hubiera abortado Francés en la misma línea.

La mejor noticia del partido para el Zaragoza se produjo en el minuto 36, cuando el uruguayo que casi golea le hizo una terrorífica falta a Mollejo que el árbitro castigó con roja en segunda instancia, tras aviso del VAR. Sin embargo, con aclararse el paisaje, no sirvió de mucho, pues el Zaragoza está en un grado de desactivación futbolística tal que incluso contra diez es incapaz de desbrozar los caminos de la hojarasca de la escasez. Carcedo no reaccionó y el Alavés se dejó querer, muy convencido de que su enemigo no tenía uñas ni dientes con los que resultar herido. Antes al contrario, aún tuvo sangre y fuerzas para lograr un gol que fue anulado por fuera de juego. Habría sido un doloroso golpe de difícil gestión.

En el descanso Puche salió por el tarjeteado y desajustado Vada. El chico de Tarazona es uno más de los ejemplos de jugador desconectado de los varios que hay ahora mismo en la plantilla y su presencia no sirvió para reactivar al grupo. Por el contrario, el Alavés tiró de oficio y gracias a un chut eléctrico de Jason consiguió el 1-0 minutos antes de que Carcedo se dispusiera a emplear a jugadores como Gueye, Larra o Eugeni. Llegó tarde. Cuando lo hizo, el Zaragoza ya era un equipo deshecho, enemigo de sí mismo y ausente y desde ese momento hasta el final el zaragocismo vivió un desasosegante calvario trufado de acciones torpes y vacías.

El Alavés pudo haber finiquitado el partido con algún gol propiciado por jugadores como Miguel o Rioja, situación que ni siquiera rozó el equipo aragonés. Tan solo en el último segundo Gueye pudo haber batido a Sivera, pero su chut, raso y centrado, fue detenido con facilidad por el portero valenciano del Alavés. Y nada más. De verdad: nada más.

Ficha técnica

D Alavés:
Sivera; Tenaglia, Abqar, Maras, Duarte; Benavídez, Moya (Laguardia, 91); Jason (Arroyo, 76), Guridi, Rioja (Javi López, 89); y Miguel de la Fuente (Abdallani, 91).

Real Zaragoza:
Cristian Álvarez; Gámez (Larrazabal, 64), Francés, Jair (Gueye, 64), Lluís López, Fuentes; Grau (Molina, 80), Zapater (Eugeni, 64); Mollejo, Vada (Puche, 46); y Simeone.

Goles:
1-0, min. 61: Jason.

Árbitro:
Hernández Maeso (Comité Extremeño). Expulsó a Benavídez, por entrada peligrosa a Mollejo a instancias del VAR (había sacado amarilla). Amonestó a Tenaglia (41), Vada (41), Abqar (45+3), Duarte (55) y Jair (58).

Incidencias:
Partido de la Jornada 15 de LaLiga SmartBank 2022-23 disputado en Mendizorroza, con 12.000 espectadores.

Puntuaciones

Cristian: 2. Nervioso e inexacto.
Gámez: 1. Pobre aportación.
Francés: 2. Ganó enteros junto a Jair.
Jair: 2. Fuerte por alto, estuvo correcto.
López: 1. Falló acciones fáciles y se extravió en el partido.
Fuentes: 1. No encontró sitio.
Zapater: 2. Discreto y cumplidor.
Jaume: 1. Desorientado y alejado del juego.
Vada: 1. Se mostró fuera del partido.
Mollejo: 2. Trató de conectar con Giuliano. Inquietante.
Giuliano: 3. De nuevo bullidor y muy activo.
Puche: 1. No está en la celebración.
Larra: 1. Estéril y lento.
Eugeni: 1. No se le reconoce, ni siquiera en el balón parado.
Gueye: 1. Se acerca a la categoría de fiasco.

por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello

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