Levante UD 1 – 1 Real Zaragoza | Crónica

Levante UD 1 – 1 Real Zaragoza | Crónica

Trabajos de fútbol disperso

Definitivamente, no es como se empieza, sino como se acaba. Si los primeros cuarenta y cinco minutos fueron la cruz de una anodina moneda que ya nos quema en los bolsillos a todos los zaragocistas, hay que reconocer que la segunda parte fue una buena muestra de cómo este equipo tiene ciertos recursos que, de haber estado a disposición, le habrían permitido sonreir alguna tarde más de las que lo ha hecho.

Comenzó el Zaragoza muy asustado. Y con unas piezas quizá equivocadas para un sistema con el que no se siente cómodo. Los mejores minutos los ha jugado, en general, con Francho y Zapater de pivotes y una disposición táctica con dos puntas de perfil explorador, aguerrido y veloz. Es cierto que eso no ha podido ser en demasiadas jornadas por las repetidas lesiones de Azon, pero también que es un esquema que le hace la vida más fácil y, por el contrario, nubla las entendederas de los rivales.

Sin embargo, ayer la torpeza presidió la primera media hora. Tanto a nivel colectivo como individualmente. Opaca organización y pusilánimes gestos técnicos que permitieron que en el minuto 9, demasiado pronto, el Levante ya fuese 1-0 gracias a la debilidad defensiva de los de Escribá y la habilidad de Montiel. Duro golpe que agravó todavía más el estado de ánimo de los avispas. No había forma de hincarle el diente al partido y el Levante, sin meterse en demasiados berenjenales, gobernaba con comodidad la noche, plácida y memorable.

A ello se sumó la lentitud de la maquinaria del centro del campo, claramente atascada por la presencia de Alarcón, un jugador que vive en un universo de niebla y ofuscación y que no contribuyó con su presencia a mejorar la fluidez de la sala de máquinas. Al contrario, obturó los mecanismos y los balones no corrían por senderos nítidos, lo que hacía que el equipo se hundiese muy cerca de su área y viviese desconectado de Bermejo, Puche y todavía más, de Giuliano.  

Sumamos a esta delicada situación que Alarcón se enganchó a una serie de acciones que muy bien pudieron suponer su expulsión, por lo que Escribá movió el banquillo antes del descanso, una acción no muy habitual en nuestro fútbol, y lo sustituyó por Vada. El argentino entró luciendo un vendaje muy visible, lo que nunca es una buena noticia y que al parecer no estaba en conocimiento del míster, pero está claro que para Escribá es pieza fundamental en su universo. Era el minuto 39 y desde ese momento hasta el descanso no hubo sino gestos grises y aproximaciones al bostezo.

En la castea se produjo la decisión que y se hacía esperar: Azón volvía a la vida futbolística. Había que ver si su vuelta era la aportación que se necesitaba y, sobre todo, si su cuerpo ya estaba dispuesto y suficientemente fuerte para la batalla. Para comprobarlo habría que dejar pasar algunos minutos en los que el Levante se mostró con muchos deseos de cerrar el match. Soldado, con un flamígero disparo al larguero, y Montiel con un par de ocasiones, la tuvieron, pero la fortuna tenía cara de río Ebro y de Cristian, que volvió a solventar un mano a mano con una actuación proverbial y a ver como iun segundo disparo acariciaba su poste derecho.

Una nueva mala noticia se añadió al infortunio zaragocist. Vada se resintió y pidió el cambio. No había sido una buena decisión su entrada al campo y eso dio ocasión a que Bebé, recién llegado de Cabo Verde, entrase al terreno. También entró Grau por Zapater, seguramente por una cuestión técnica de uso de ventanas de cambio. Lo cierto es que de una forma casi mágica el partido dio un giro favorable a los intereses de los aragoneses. Extrañamente comenzaron a darse situaciones de dominio de los de Escribá. Primero, Azón con la cabeza y muy poco después Beremjo ejecutó ese tipo de jugadas que se le suponen a los jugadores que juegan de afuera adentro: conducir, amagar y encontrar el hueco para un disparo curvo que entra por la semiescuadra contraria. Eso hizo el madrileño y lo hizo a la perfección.

Fue un gol bonito, energético. El Levante entró en modo ansiedad y Bebé se animó a hacer de sí mismo. A partir de ese momento cada vez que le llegaba un balón intentaba la jugada de la tarde. La primera, en el minuto 66, con un chut combado desde el pico del área que no acabó cayendo lo preciso pero que sembró el miedo en la gent granota. Ese estado de ansiedad creció con la siguiente jugada, esta en las botas de Giuliano, que hizo lo más difícil, que era marear a la defensa local, y falló el remate que, aunque con su dificultad, debería haber resuelto con más precisión. Fue una ocasión de oro que acabó siendo de hojalata.

Aún tenían que ocurrir más cosas que simplificaron el partido a favor de los chicos del león. En el minuto 68 Saracchi fue expulsado por unas palabras con el linier y el horizonte zaragocista se vio más cerca. Sin embargo, nadie se las prometió muy felices, pues esta temporada el Zaragoza ya ha demostrado que no sabe cómo jugarles a los equipos que quedan en inferioridad. Había que ver. Y lo vimos, porque minutos después el Levante, después de varios cambios, estuvo a punto de lograr el 2-1. Esta vez fue Pepelu quien casi le rompe la red a Cristian, pero su chut lejano y metálico estrelló el balón en el larguero con una violencia tal que la madera aún tiembla horas después.

Ahí comenzó una fase dislocada, de dimes y diretes, de chascarrillos futbolísticos que podrían haber dado con los huesos en el suelo de cualquiera de los dos equipos. Vivimos una sucesión de ocasiones en ambas porterías, todas muy mal resueltas por muy claras que parecieran. Bebé se convirtió en protagonista absoluto de una película que debería haber sido más coral, en la que se debería haber dado más solidaridad, pero el exceso de individualismo fue un inconveniente que no hizo posible la victoria cuando más cerca estuvo. Tuvo una falta favorable que se fue lejos y otro chut lateral que casi arranca alguna astilla, pero ninguno de sus intentos llegó al éxito.

También el Levante las tuvo, pero el equipo valenciano se mostró en los momentos definitivos como un grupo atado a la ansiedad y débil en lo físico. De eso se aprovechó el Zaragoza para generar dos últimas ocasiones. Una de nuevo con Giuliano de actor principal, pero una vez más su falta de serenidad en el momento final le impidió convertir en gol una magnífica galopada. Otra, la última, con Bebé, pero no renunció a vivir en soledad y su egoísmo hizo imposible lo posible.

Acabó el partido y la fotografía final, con varios jugadores de los dos equipos agotados sobre el césped del Ciutat de València, nos da a entender que lo de ayer fue un partido en el que todo pudo ocurrir, pero en el que sucedió lo único que se podía dar. Un empate a todo, un empate a nada.

Ficha técnica

Levante UD:
Cárdenas, Pubill (Son, m.62), Rober Pier, Vezo (Saracchi, m.6), Álex Muñoz, De Frutos, Iborra, Pepelu, Campaña (Cantero, m.71), Joni Montiel y Soldado (Bouldini, m.62).

Real Zaragoza:
Cristian Álvarez, Fran Gámez (Larra, m.87), Lluís López, Jair, Nieto, Francho, Alarcón (Vada, m.40)(Bebé, m.54), Zapater (Jaume, m.54), Bermejo, Puche (Iván, m.46) y Giuliano Simeone.

Goles:
1-0, m.10: Joni Montiel. 1-1, m.61: Bermejo.

Árbitro:
Arcediano Monescillo (Colegio castellano-manchego). Amonestó a los locales Pubill y Pepelu y a los visitantes Alarcón, Bermejo y Jaume. Expulsó con roja directa al lateral del Levante Saracchi por protestar en el minuto 69.

Incidencias:
Partido de la Jornada 34 de LaLiga SmartBank 2022-23 disputado en el Ciutat de València, con 14.500 espectadores.

Puntuaciones

Cristian: 4. Cuando tuvo que actuar. Lo hizo muy bien.
Gámez: 2. Tuvo altibajos. Acabó firme y voluntarioso.
Lluís López: 1. Inexacto en sus decisiones.
Jair: 2. Correcto en general, aunque el gol en contra tuvo su sello.
Nieto: 2. Tuvo que bregar con rivales duros. Mejoró mucho al final.
Zapater: 2. Con dos a su lado, se perdió. Lo intentó todo.
Alarcón: 1. Desajustado futbolística y emocionalmente.
Francho: 2. Trabajador, aunque desubicado.
Bermejo: 3. Su gol limpia su imagen y le da brillo.
Simeone: 2. Combatió en mil batallas. Inseguro en el remate.
Vada: S. C.
Azón: 3. Le dio aire y brío al ataque.
Bebé: 3. Tiene veneno en sus botas pero juega él solo.
Grau: 2. Correcto y aplicado.
Larra: S. C.

por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello

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