Real Zaragoza 0 – 0 Levante UD | Crónica

Real Zaragoza 0 – 0 Levante UD | Crónica

Navío sin espolón

Ver un partido del Real Zaragoza junto a mi amigo Pepe Formento es vivirlo dos veces. La primera, porque el escudo del equipo de nuestra vida nos hace vibrar a ambos a la vez. La segunda, porque la historia del zaragocismo se construye sobre corazones como el suyo. Y si además de todo eso el encuentro lo tenemos en las gradas de nuestra amada y vieja Basílica, no cabe más gozo.

Bueno, en realidad dejamos un hueco para una alegría mayor que ayer no se dio: la victoria del equipo del león. No pudimos cantar sus goles porque a este navío le faltan aún unas cuantas velas y, sobre todo, un espolón capaz de perforar el casco de las embarcaciones enemigas. En román paladino: necesitamos un delantero de solvencia.

Sí, ya sé que en la tribuna de enfrente se sentaba la nueva cúpula del Real Zaragoza, con Jorge Mas ejerciendo de máximo ejecutivo de la nueva propiedad y a su lado se ubicaban Javier Lambán, presidente de Aragón, y Jorge Azcón, alcalde de Zaragoza. También sé que el club homenajeó en un gran detalle institucional a nuestro Estatuto de Autonomía al celebrar su 40 aniversario. Todo muy formal y hasta necesario. Sin duda son signos de futuro que conviene valorar, pero esos detalles muy pronto pasaron a segundo plano. Concretamente cuando el balón comenzó a rodar, anunciando el comienzo de una nueva temporada que, por lo visto ayer en el estadio zaragozano, despierta ilusión y hasta esperanza.

El Zaragoza jugó una primera parte de construcción sólida y coherente. Un periodo en el que Carcedo vio cumplido su plan gracias a la aplicación de sus muchachos y a que el equipo está muy bien enseñado, con una serie de lecciones de complejo desarrollo, pero de eficacia demostrada. El Levante, uno de los portaviones de la categoría, se vio disminuido por la inteligente propuesta futbolística de los blanquillos y la correcta ejecución del guión. Pero toda obra necesita una firma, un rasgo definitorio del autor o autora y en fútbol, eso se llama “gol”.

Precisamente lo que no tiene el equipo aragonés. Si dispusiera de él, a los cuatro minutos el 1-0 habría subido al marcador, pero Vada no es Borja Bastón, ni Borja Iglesias ni Luis Suárez. Ni siquiera Ángel, el habilidoso tinerfeño que en una temporada de nieblas y medios soles llegó a sellar 19 goles, algo que hoy consideramos un tesoro digno de ser custodiado en la Isla de la Tortuga. Pues bien, sin ese gol en el repositorio zaragocista es muy difícil completar una digna e interesante primera parte, en la que hasta en otras tres ocasiones se rozó el gol. Pero rozar no es convertir.

Los momentos de los que hablo son un chut de Gámez que Cárdenas resolvió con una parada muy vistosa, una vaselina errada de Bermejo tras error del portero valenciano y un disparo seco pero previsible de Chavarría después de coser una buena jugada de uno contra uno. Breves aunque intensos destellos que concitaron el ánimo de la hinchada, muy activada toda la tarde y dispuesta a empujar hasta el pitido final, seguramente porque el mensaje de Carcedo ha llegado nítido y directo a sus corazones. A ello contribuyó también el elaborado control del juego gracias al manejo de Manu Molina, la calidad de Eugeni y el enorme trabajo de Jaume. Los tres centrocampistas tienen una idea en la cabeza que manejan con soltura y que permite al equipo gobernar los partidos según la orientación y la velocidad del viento, algo que hacía mucho tiempo que no veíamos en el equipo.

Atrás, el Zaragoza ha conseguido levantar un edificio sólido que impide que los equipos contrarios perciban alguna grieta por la que hacer daño. Solo un cabezazo del ex zaragocista Álex Muñoz sirvió para despertar a Cristian de una inactividad prolongada durante 45 minutos.

Tras el descanso Nafti movió su banquillo y cambió el folio en blanco de cinco centrales por una mayor presencia en el centro del campo. Fue un cambio de registro que logró molestar al equipo zaragozano, menos protagonista y más atento a las posesiones del Levante que en la primera parte. A esta decisión táctica contestó Carcedo incluyendo a Mollejo y Francho por Eugeni y Bermejo, buscando una mayor agitación y distraer la retaguardia valenciana, algo que consiguió con las continuas carreras de los nuevos y una mayor actividad al contragolpe.

El partido electrificó la tarde, algo muy en consonancia con la nueva iluminación de la Romareda, pero no acabó de conectar a los 22 electrones que cabalgaban a lomos de la falta de gol con más voluntad que definición. Y en ese ecosistema de nuevas soluciones ante nuevos problemas al que nos está acostumbrando Carcedo, signo de que estamos ante un entrenador con relato propio, el Zaragoza dispuso de tres acciones que bien pudieron acabar en gol si los protagonistas tuvieran a la portería como actriz de sus sueños. La primera después de una buena carrera de Larra, sustituto de Gámez, que no acabó por encontrar al amigo que lo remate todo. Después fue Giuliano quien sufrió un empacho de balón y finalizó torpemente una buena contra con un chut desviado. Y por último una tercera frase, esta vez a cargo de Francho, que no logró definir junto al propio Giuliano. Oportunidades que nacieron del esfuerzo y la buena ejecución como bloque pero que no terminaron por falta de colmillo y ausencia de pupilas sanguinolentas.

El partido fue diluyéndose con vocación de cerocerismo, no sin antes sufrir un inesperado sobresalto en las botas de De Frutos, quien le sacó brillo al larguero de Cristian con un disparo duro y diagonal. Fue, en fin, el broche a un partido que prometió mucho, respondió a casi todo pero que no encontró la contraportada para cerrar una tarde que podría haber sido perfecta si la profunda red de Cárdenas hubiese acogido siquiera un solo gol. Habrá que abrir las agendas, señalar con el puntero digital un nombre y conseguir que ese delantero que se antoja imprescindible llegue a la orilla del Ebro lo antes posible. Este lienzo precisa de varias pinceladas finales para darlo por acabado.

Ficha técnica

Real Zaragoza:
Cristian Álvarez; Gámez (Larrazabal, 81), Francés, Jair, Chavarría; Grau; Bermejo (Mollejo, 55), Molina, Eugeni (Francho, 55), Vada (Puche. 81); y Narváez (Simeone, 62).

Levante UD:
Cárdenas; Son, Rober Pier (Campaña, 46), Postigo, Vezo, Álex Muñoz (Franquesa, 87) Iborra, Pepelu, Melero (De Frutos, 62); Wesley Moraes (Soldado, 68) y Cantero (Montiel, 68).

Goles:

Árbitro:
González Fránces (Canario). Amonestó a Postigo (73).

Incidencias:
Partido de la Jornada 02 de LaLiga SmartBank 2022-23 disputado en La Romareda, con 25.000 espectadores.

Puntuaciones

Cristian: 5. Poco trabajo, pero muy bien resuelto. Con un nuevo paradón.
Gámez: 3. Muy bien en funciones de atacante. En defensa, algo dubitativo.
Jair: 2. Tuvo mucho trabajo aéreo que afrontó con pundonor.
Francés: 3. Durísimo trabajo con Wesley. Tuvo muchas dificultades.
Chavarría: 3. Mostró cierta irregularidad que suplió con esfuerzo. Osado en ataque.
Manu Molina: 3. Manejó muy bien los tiempos y el juego. Le faltó continuidad.
Jaume: 3. Llega a casi todo. Muy correcto y exacto, no brilló.
Eugeni: 3. Buena primera parte, con detalles de calidad y talento. No llegó al final.
Bermejo: 2. Empezó muy bien, con varias acciones de mérito. Luego se apagó.
Narváez: 2. Muy trabajador, pero alejado del área. Le faltó presencia.
Vada: 3. Tuvo un gol que erró. Esforzado y activo, perdió energía.
Mollejo: 2. Ejerció de agitador. Más efectista que efectivo.
Francho: 3. Su presencia sirvió para dar aire al equipo. Bregó y tuvo una oasión.
Guiliano: 3. Eléctrico y voluntarioso, creó espacios pero no culminó.
Puche: S. C.
Larra: S. C.

por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello

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