SD Éibar 2 – 1 Real Zaragoza | Crónica

SD Éibar 2 – 1 Real Zaragoza | Crónica

Verde desesperanza

La hinchada no se lo podía creer. Ese Zaragoza que deambulaba falto de energía y orgullo por el húmedo césped de Ipurúa no era su equipo. No el que había ilusionado hasta hace algunas semanas. No el que proyectaba mensajes de futuro tras cada partido. No el que era capaz de sobreponerse a los zarpazos de los contrarios con otros golpes más profundos. Ese equipo, no más, era una sombra de la sombra. Vacío y abismo.

El Real Zaragoza jugó ayer un partido deplorable. La señal de que así fue son las palabras de Víctor al acabar el choque: “Si el problema es Víctor Fernández, la solución es sencilla”. Malo. Un párrafo con semejante perfume es un mensaje que asusta. Si el entrenador ya está en esa orilla de aguas turbulentas quiere decir que corren vientos sucios por las llanuras del club.

Salió Víctor con lo mismo que en A Coruña salvo el cambio de Francho por el sancionado Keiri. Una vez acabado el partido vimos que no había sido una contrariedad, pues el aragonés fue uno de los mejores. Así pues, los males no vinieron por ahí. Más bien por la flojera futbolística de varios jugadores y la incapacidad del grupo para afrontar un desafío que le vino grande.

Jugar, lo que se dice jugar, no lo hizo el equipo aragonés en la primera parte. Ni contigo, balón, ni sin ti tienen mis males remedio. El Zaragoza no supo qué diablos hacer cuando tenía el cuero en sus botas. Tampoco encontró caminos que recorrer cuando no lo poseía. Enfrente, el Eibar bailaba todas las danzas posibles. El moderadamente exitoso sistema empleado por Víctor ante Granada y Depor fracasó contra el Eibar, mucho más sólido.

No esperó el equipo guipuzcoano mucho para mostrar colmillo. En apenas diez minutos ya había importunado a Femenías con sendas acciones de Villa y Mada. Para contrarrestar el juego de los vascos, hacía falta finura y concreción. Nada. Los chicos del Ebro se arrugaron y no dieron una a derechas. Ni a izquierdas. Los balones largos necesitan de dos argumentos para ser una buena idea: buenos lanzadores y mejores receptores. Ni lo uno ni lo otro. El Zaragoza no tiene nada de eso.

Además, los ajustes de una defensa de cinco tienen que ser perfectos. De lo contrario, ese armazón de cañas mojadas puede convertirse en una muralla de arcilla mojada. El Zaragoza, es decir. Y eso se demostró con la jugada del primer gol. Una pérdida de Adu Ares, un balón de Villa a la espalda de Clemente, un centro de Pascual al punto de penalty y un remate de Puertas de manual. Gol.

La reacción no llegó. El equipo verde basílica se enfangó en su ineptitud. Solo un par de acciones aisladas le acercaron al roce del gol. Un chut de Aketxe, a quien sus admiradores eibartarras no reconocieron en ningún momento, y un cabezazo de Luna que peinó el larguero. Eso fue lo más.

El Eibar supo jugar a hacer rondos en el campo. Solo les faltó poner conos. Con ese nivel de posesión y la pasividad de los zaragocistas fue suficiente para llegar al descanso. Quizás ahí Víctor agitase la vasija y promoviese alguna modificación. No fue así. Al campo saltaron los mismos y lo peor fue que en apenas siete minutos el Eibar ya iba 2-0. Otra pérdida, otra mala cobertura, otro desubicación del equipo. Otra vez.

No se competía. No había pugnas en la llanura ni duelos al amanecer. El Eibar era dueño y señor. Víctor rompió el equipo inicial y lo remodeló con la entrada de Liso y Moya. Luego puso a Soberón y Sans. Entró aire fresco. Y se generó el gol aragonés.

Fue una jugada de Liso haciendo de él mismo. Conducción, arrastre de los rivales y chut seco y cruzado al palo largo para lograr el tanto que acortaba la derrota. La rabia con la que recogió el balón del fondo de la portería local, acompañado de un encendido Francho, fue un sorbo de agua en medio del desierto.

Quedaban quince minutos. En otro momento habría sido suficiente. No ayer. El Eibar supo mantener el pulso del choque y apartar de las líneas de participación a un Zaragoza que ayer se negó a sí mismo. Y se olvidó de vivir.

Ficha técnica

SD Éibar:
Magunagoitia; Corpas, Chema Rodríguez, Arambarri, Cristian G. (Hodei, 75’); Sergio Álvarez, Matheus Pereira (Nolaskoain, 66’); Puertas (Alkain, 75’), Madariaga, Toni Villa (Guruzeta, 66’); Jorge Pascual (Bautista, 83’).

Real Zaragoza:
Femenías; Luna, Lluis López, Jair Amador, Clemente (Soberón, 70’), Calero; Marc Aguado (Pau Sans, 70’, Francho ; Aketxe (Liso, 61’), Adu Ares (Toni Moya, 61’); y Azón (Marí, 77’).

Goles:
1-0, min. 20: Antonio Puertas. 2-0. min. 53: Madariaga. 2-1, min. 80: Liso.

Árbitro:
Muresan Muresan (Comité de Valencia). Mostró amarillas a Adu Ares (24’), Jair Amador (35’), Matheus (62’), Antonio Puerta (68’), Pau Sans (80’), Calero (82’).

Incidencias:
Partido de la Jornada 19 de LaLiga Hypermotion 2024-25 disputado en Ipurúa, con 4.500 espectadores.

Puntuaciones

Femenías: 2. Poco trabajo. Los goles, imparables.
Luna: 2. Jugó acorralado pero lo dio todo. Un cabezazo suyo casi es gol
López: 1. Manierista y estéril en la ejecución.
Jair: 2. El corte y corrección es lo suyo. Con el balón, defectuoso.
Clemente: 1. Tiene salida, pero flaquea en defensa.
Calero: 2. Subió y acosó al rival. Su espalda, un problema.
Aguado: 1. Ahogado posicionalmente no resolvió la gestión.
Francho: 3. De los mejores. Trabajó y abarcó campo. Valiente.
Adu Ares: 1. Flaco favor han sido los elogios. No aporta al equipo.
Aketexe: 2. Falto de brillo y potencia. No engarza con los suyos.
Iván: 1. Trabajó ineficazmente.
Moya: 3. Le dio aire y pulso al equipo.
Sans: 2. Activo y energético.
Liso: 3. Goleó. Y se acercó a sí mismo.
Soberón: 1. Falto de ritmo.
Marí: S. C.

por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello

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