R Sporting Gijón 1 – 0 Real Zaragoza | Crónica

R Sporting Gijón 1 – 0 Real Zaragoza | Crónica

Tanto camino errado

Cuando los jugadores llegaran anoche a Zaragoza, seguramente encontrarían en las orillas del Ebro los restos astillados de su ilusión. La suya y la de los miles de zaragocistas que ayer vivimos una gran decepción.

El partido que el Real Zaragoza debía jugar frente al Sporting nació con varias preguntas sin respuesta. La alineación de Bazdar y Aketxke, ambos con ciertas señales de insuficiencia física según opinión de su entrenador, y la suplencia del pichichi Soberón fueron dos señales inquietantes. “Sus razones tendrá”, pensamos mi alter ego y yo. Eso y la presencia de Clemente, que venía de jugar un buen partido contra el Elche. Decisiones meditadas, si duda. Decisiones para analizar. Y comenzó el choque.

El enfrentamiento vivió unos primeros veinticinco minutos divertidos y fértiles, con multitud de gestos atrevidos y siempre atractivos. No certeros ante el marco, pero sí cargados de buenas intenciones. El equipo aragonés pintó un lienzo ordenado y agitado. Aunque no sufría el arquero gijonés, las jugadas eran verticales y varios jugadores blanquillos miraron sin pudor el arco contrario. La presencia de Bazdar asegura movimiento inteligentes y el juego de Aketxe siempre es promesa de algo bueno. Sin embargo, el que manejaba con acierto y aplomo el juego era Toni Moya, muy asentado y seguro de sí mismo. Su trabajo encuentra en el dinámico Francho a un fiel escudero.

Precisamente el zaragozano protagonizó una de las jugadas más vistosas de la tarde, cuando recogió un balón en casa propia y recorrió media cornisa cantábrica hasta plantarse ante Yáñez. No lo batió, pero enseñó caminos poco explorados. Fue la antesala del error que acabaría con el guión que tan bien estaba interpretando el Real Zaragoza. Clemente recogió un balón en dura pugna con Rosas, pero un mal gesto motivó que perdiera el cuero. El jugador asturiano se aprovechó del grave error, se cosió el balón al pie, bailó a Vital, indolente, y ajustició a Poussin con un chut seco y cruzado.

Duele encajar un gol, pero es terrorífico que se produzca por hacer uno mismo las cosas mal. Se protestó una falta previa a Bazdar, pero eso nunca da resultado. El gol, claro, fue una bofetada de muy difícil digestión. El equipo vivió una cierta desintegración y el Sporting se hizo grande, muy grande. Las costuras zaragocistas se rasgaron y el partido se pintó de blanco y royo.

Los últimos quince minutos hasta el descanso fueron demoledores. Poussin, unas veces con buenas intervenciones, otras con acciones poco ortodoxas, mantuvo el 1-0. El resto del equipo, en estado de obnubilación, se extravió en una maraña de extrañas ejecuciones que solo el descanso podía amortiguar. La impericia de los delanteros de Rubén Albés fue una bendición, pues los méritos que ofrecieron eran más que suficientes para haber ensanchado el marcador.

Comenzó la segunda parte y lo que podía ir mal fue peor. A los pocos minutos Clemente, desdichado día el del aragonés, entregó muy mal a Poussin y el balón que se había quedado corto, lo alcanzó Dubasin. O le dejaba ir, y que Poussin se las apañase, o lo derribaba, lo que suponía expulsión directa. El 5 del Zaragoza eligió la segunda opción y él solico se excluyó. ¿Cabían más chandríos?

Vïctor metió la mano en la bolsa del banquillo y metió a Tasende por Aketxe. Al equipo no le quedó otra que condiar en el vigor de Azón y la puntería de Soberón, relevos en el descanso de Bazdar y Martí, y ahí empezó una segunda parte desesperanzada. El juego pasaba por las botas de los del Ebro pero sin sustancia y con un horizonte curvo y lejano. El Sporting, por su parte, sabía que si era inteligente tenía el partido de su parte. Y a ello se aplicó.

La única luz posible eran los movimientos de Soberón, animado por las galopadas de Azón, pero la pimienta tenía sabor a fabada. Eso se vio en el cabezazo de Caicedo que despejó Poussin en buena estirada y en los continuos tiralíneas que trazaba Gelabert. La inclusión de Luna fue un bonito brindis a las nubes que cubrían la mente de los zaragocistas pero insuficiente para equilibrar un match que deberemos olvidar muy pronto. Más aún si anotamos la entrada zaborrera de López a Caicedo que le costó la roja directa.

El sábado comienzan los Pilares. No hay mejor ocasión para recuperar el pulso. Y si es preciso, nos pondremos todos la medida de la Virgen del Pilar.

Ficha técnica

R Sporting Gijón:
Yáñez; Guille Rosas, Curbelo (Nacho Martín, 41) , Róber Pier, Pablo García (Cote, 88); Olaetxea, Nacho Méndez (Campuzano, 88), Gelabert; Dubasín, Otero (Caicedo, 75) y Queipo (Bernal, 75).

Real Zaragoza:
Poussin; Iván Calero (Marcos Luna, 81), Lluis López, Bernardo Vital, Clemente; Toni Moya, Francho Serrano; Aketxe (Tasende, 53), Liso (Adur Ares, 77); Samed Bazdar (Soberón, 46) y Alberto Marí (Azón, 46).

Goles:
1-0, min. 26: Guille Rosas.

Árbitro:
Moreno Aragón (Comité Madrileño). Mostró amarillas a Bazdar (11’), Aketxe (23’), Poussin (26’), Adu Ares (88′) y Luna (94). Expulsó con roja directa a Clemente (49’) y Lluis López (89’).

Incidencias:
Partido de la Jornada 7 de LaLiga Hypermotion 2024-25 disputado en el Molinón, con 22.500 espectadores.

Puntuaciones

Poussin: 4. Fue el portero que se necesitaba. Excelente.
Calero: 1. Desconocido. Superado en defensa y pudosoro en ataque.
López. 1. No estuvo a la altura. Dubitativo.
Vital: 3. En el gol estuvo fláccido, pero mantuvo el tono.
Clemente: 0. Sus dos errores le señalan.
Moya: 3. Buen manejo del partido y de los tiempos.
Francho: 3. Se complementó bien con Moya. Activo y dinámico.
Liso: 1. Desconectado. Muy bien cubierto, no encontró caminos.
Aketexe: 1. Bajo tono físico y escasa aportación.
Bazdar: 2. Tuvo momentos notorios pero no mezcló bien con Marí.
Marí: 1. No alcanza a justificar su titularidad. Ajeno al juego e inexacto.
Azón: 3. Agitador y voluntarioso.
Soberón: 3. Es titular y lo demostró cuando jugó contra molinos.
Tasende: 3. Correcto y cumplidor. Alargó la banda.
Luna: S. C.

por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello

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