La gran comilona | La Lupa

Mallorca 2 – 1 Real Zaragoza

En la película “La gran comilona”, (“La grande bouffe”, Marco Ferreri, 1973), con Marcelo Mastroianni, cuatro amigos se reúnen, hartos de la existencia aburrida que llevan, en un caserón solitario con objeto de comer hasta morir, dando rienda suelta a toda su gula y lujuria, con la colaboración de tres prostitutas y una maestra de escuela que acaba oficiando involuntariamente como sacerdotisa de ese ritual de muerte, amor y colesterol. Existen en castellano varios verbos que designan la acción inversa a la de comer. Uno de ellos, el más popular y grosero, posee un participio que expresaría de forma contundente lo sucedido en Mallorca. Lo que podía haber sido un festín de autohomenaje tras empezar marcando, se convirtió, con el paso de los minutos, en el duro trago de acabar perdiendo. Todo lo contrario de una gran comilona. Más bien una gran…pues eso, lo que decimos o pensamos cuando se nos derrumba lo que estábamos construyendo.

En un partido plano sin ritmos definidos, contra un rival no demasiado brillante, el Real Zaragoza se amoldó a un guión ya visto en anteriores encuentros: mantener el control del juego sin aspavientos, sin descuidos en defensa, con alguna arremetida esporádica para dejar clara la entidad y el trapío, esperando con la calma de un tigre asesino, el mismo que afila sus uñas en la piedra mientras aguarda a que llegue el momento de morder a la víctima cansada y hastiada del ir y venir. Hasta el descanso y algo más consiguió el equipo seguir el libreto establecido. Hasta el gol concretamente: un gol estupendo, todo es de decir, que vino en una gran jugada rubricada por Diego Milito.

Se había conseguido abrir el marcador, que era lo más complicado, pero poco iba a durar la alegría. Al minuto siguiente, en un error defensivo, veíamos como aquello que teníamos al alcance se nos volvía de nuevo esquivo y alejado. Todo volvió a estar como al principio, pero sin guión, con un final abierto a todo. El remate del tomate fue ya encajar el gol de la derrota a falta de pocos minutos y con muy poco margen para la reacción. No se puede decir que el resultado fuera injusto, pero tampoco lo hubiera sido un empate o una victoria del Real Zaragoza si no hubiese fallado en defensa en ocasiones puntuales.

Hay momentos en la batalla en los que hay que estar especialmente atento. Por ejemplo en el inicio de la misma, cuando chocan los frentes, o también cuando acabas de fulminar a un adversario y estás aún sin espada porque la estás desclavando de su armadura. Ahí nos dieron. Para los insulares fue sin duda decisivo el empatar tan pronto, pues nunca llegaron a perder la fe y siempre mantuvieron una actitud de aplomo. Probablemente de haberse conservado algunos minutos más la ventaja visitante en el marcador, hubieran acabado deshaciéndose ante el paso inexorable del reloj, pero les dimos la oportunidad de revivir y a ella se acogieron. Eso es perdonar, y los equipos grandes no perdonan. Todavía hay muchas cosas que mejorar en este nuestro equipo.

Otra vez, como en tantas, perdimos lo que habíamos logrado. De alguna forma, parece ser el sino de este Zaragoza joven y retozón de esta temporada, capaz al mismo tiempo de generar expectativas y de neutralizarlas, con los consiguientes bajones anímicos por parte de la afición. Y así andamos. Dando una de cal y otra de arena. Hasta ahora los resultados, que no son malos, nos han ido situando en una desahogada posición en la tabla, dejando ver en lontananza objetivos que antiguamente ni se soñaban, pero aún están demasiado lejos, pues no acaba el Zaragoza de dar ese golpe de autoridad necesario para subir el siguiente escalón. Y así seguirán si no se actúa con más regularidad. Un equipo que es capaz de derrotar al Sevilla a base de coraje y juego, así como de doblegar a domicilio al Barcelona en Copa a base de táctica y oportunismo, no debe incurrir en el error de perder la tensión ante un rival como el Mallorca. No puede y no debe ser.

Por Ron Peter

aupazaragoza

Deja tus comentarios el foro de AupaZaragoza.com. El Real Zaragoza es nuestra pasión.

Comentarios

(required)