Anarquía destructora | La Lupa

Real Zaragoza 2 – 1 Levante

«La anarquía tiene dos caras: La creadora y la destructora. Así, los destructores derriban imperios; crean un lienzo de escombros sobre el que los creadores pueden pintar un mundo mejor». V, el protagonista de V de Vendetta, creado por el genial dibujante Alan Moore, con estas palabras, definía la necesidad de destruir, de derribar, de romper con el pasado para poder recomenzar. Y es que en muchas ocasiones para poder crear algo nuevo, que nazca puro, sin condicionantes o vicios adquiridos, es preciso destruir lo anterior, renacer de las cenizas cual Ave Fénix.

El Real Zaragoza ha terminado la primera vuelta fuera de los puestos de ascenso y eso, se mire como se mire, hay que calificarlo como un fracaso, porque el único objetivo es volver a primera y cualquier resultado que no sea ese no es tolerable. El experimento ha salido mal y evidentemente hay que cambiar algo, porque no podemos permitirnos ese fracaso a final de temporada, porque estamos en quiebra y todos sabemos que si permanecemos en segunda llegará la ley concursal y la desaparición del club empezará a sobrevolar nuestras cabezas. Y eso no es ser catastrofista, porque lo ve todo el mundo, aunque nos duela, aunque queramos mirar hacia otro lado. 

Es muy difícil hacer un análisis breve de los múltiples problemas que han ocasionado el mal resultado del equipo en la primera vuelta, cada aficionado tiene un entrenador dentro y seguro que casi todos planteamos diversas opciones para poder mejorar, pero lo que es absolutamente indiscutible es que hay que cambiar algo, que esto no puede seguir así y necesitamos una catarsis, un revulsivo, una transformación. 

Desde mi punto de vista, el empecinamiento de Marcelino en un esquema cerrado de un doble pivote con escasa capacidad para hacer circular la pelota y dos jugadores en banda que nos permita abrir el campo no ha funcionado. Creo que la gran mayoría coincidimos en que el centro del campo es el gran problema de este equipo. Es ahí donde es necesaria la reforma. Quizá ha llegado el momento de jugar con menos bandas y más fortaleza en el centro, para que no sea tan fácil para el rival ahogarnos y borrarnos del partido. Quizá debemos volver a aquel conflictivo trivote pero añadiendo un jugador con algo más de visión, de capacidad para generar juego. 

Caffa es un cero a la izquierda, no aporta absolutamente nada y se dedica a soltar inofensivos globos sobre el área que rara vez dan resultado positivo. El partido del domingo frente al Levante fue la muestra más evidente de su absoluta inoperancia y creo que ha llegado el momento de que salga del 11 titular. Jorge López, mientras juega protegido en la banda, aporta con cuentagotas algunas dosis de calidad y sirve buenos balones a los delanteros, así se pudo ver el domingo en la Romareda, desgraciadamente, se diluye bastante cuándo juega en el centro, o eso ha ocurrido al menos la mayoría de las veces que Marcelino lo ha colocado allí.

Pero siempre nos queda la esperanza y desde el domingo tiene nombre, se llama Ander Herrera, que frente al Levante, en los minutos que estuvo en el campo ha demostrado la calidad, la visión de juego, las ganas y el desparpajo que probablemente estamos necesitando. Tiene 19 años, no sería justo cargarle ahora con toda la responsabilidad, pero los buenos jugadores no deben desaprovecharse y después del esperanzador debut del domingo merece, cómo mínimo, la oportunidad de demostrar si realmente es el jugador que necesitamos, merece continuidad.

En esta especie de bis repetita volvemos a tirar de la cantera. Goni se ha hecho con un puesto fijo y muy merecido en el 11 titular y ahora llega otro canterano, cómo en su momento llegó Cani, para darnos ese aporte de entrega y calidad que necesitamos como el aire que respiramos. A ver si hay suerte y la historia termina de nuevo bien. 

Pero que nadie se lleve a engaño. Esto no está arreglado, no ha cambiado tanto y el Zaragoza ha ganado por la mínima un partido que podría haber perfectamente perdido porque en ningún momento ha demostrado superioridad suficiente cómo para ganar con facilidad, pero el segundo tiempo de los blanquillos es, al menos, esperanzador. Ese centrocampo con el que terminamos el partido tuvo criterio, capacidad de mover la pelota y conectar con los delanteros y pienso que es muy interesante para el futuro. Ojalá no sea un espejismo, ojalá las buenas sensaciones sean reales y esto esté a punto de dar el giro que todos deseamos. Habrá que tener esa esperanza, porque no nos queda otra. 

La victoria frente al levante era imprescindible, pero la clasificación sigue estando tan apretada que dos partidos ganados seguidos te aúpan arriba y dos sin ganar te pueden llevar al octavo puesto. Hay que trabajar mucho, hay que luchar mucho, pero no podemos quedarnos con los brazos cruzados confiando en el axioma de nuestra supuesta superioridad cualitativa que es, a todas luces, la gran mentira de esta temporada. No sé si la transformación pasa sólo por cambiar nombres, creo que no, pienso que la solución, además, debe pasar por reconocer necesariamente que nuestro sistema de juego no funciona y que debemos cambiarlo. ¿Será suficiente con esto? Ojalá. Lo único cierto es que algo hay que cambiar porque estamos fuera del ascenso y ese es el único objetivo, lo demás son tonterías. 

Por Gualterio Malatesta

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