Esto es la guerra | La Lupa

Eibar 2 – 3 Real Zaragoza

4 de agosto de 1.808 el General Verdier al frente de las tropas Francesas había ordenado un intenso bombardeo sobre Zaragoza que había durado 3 días. La ofensiva enemiga había superado las defensas de las puertas de la ciudad, pero los zaragozanos seguían resistiendo atrincherados en cada casa, en cada piso, en cada habitación de la arrasada ciudad. El General manda entonces un escueto mensaje al alto mando Aragonés: “cuartel general de Santa Engracia: paz y capitulación.” La respuesta de Palafox es también lacónica y taxativa: “cuartel general de Zaragoza: guerra a cuchillo”

Apenas 10 días después el contraataque de los defensores obliga al ejército Francés a retirarse, incapaz de vencer la encarnizada resistencia. Habían perdido 4.000 hombres y 50 cañones. Y es que, cómo dice el historiados José Antonio Armillas Vicente, comisario del bicentenario, ayer, hoy y siempre a Zaragoza la defiende su gente.

Nos costó enterarnos, pero la liga Adelante es una guerra sucia. No valen florituras, no vale la supuesta calidad, ni las estrellas. Para sobrevivir sólo se puede apelar a la testosterona, a la lucha cuerpo a cuerpo, al esfuerzo y al compromiso. Y Marcelino ha conseguido conjurar a sus hombres, formar un grupo convencido y comprometido, que de verdad cree en el objetivo y se deja la piel en cada partido.

El encuentro ante los armeros era el siguiente capítulo de esta guerra a cuchillo que el Real Zaragoza está afrontando esta temporada y cómo fueron los anteriores y serán los choques venideros, se antojaba fundamental, porque la presión estaba en nuestro bando, obligados a la victoria para recortar los puntos que nos apartaban del ascenso.

El Real Zaragoza salió a Ipurúa cómo un vendaval, con intensidad, con ganas, dominando la pelota, presionando y asfixiando al rival y pronto obtuvo el ansiado premio. Una magnífica jugada del centro del campo zaragocista fue culminada por Gabi con un precioso testarazo que se coló por la mismísima escuadra derecha de Zigor. Un auténtico golazo.

El Zaragoza cometió los errores habituales en defensa pero la suerte, la candidez del Eibar y el magnífico trabajo (una vez más) de Toni Doblas evitaron que esos fallos, los de siempre, tuvieran consecuencias nefastas y a los 33 minutos el dominio del Zaragoza se plasmó en el 0-2, un buen testarazo de Arizmendi a centro de Jorge López, que también había dado la asistencia del primer gol, que hacía justicia a la superioridad zaragocista y parecía sentenciar el partido.

En el segundo tiempo, sin embargo, sufrimos un duro encontronazo con la realidad. Probablemente eran necesarios, pero los cambios de Marcelino y el empuje local arrinconaron al Zaragoza en su área, el Eibar, con más corazón que orden y calidad, abusaba de los balones colgados, del patadón arriba que tanto daño hace a los blanquillos. Los Zaragocistas no podíamos creer lo que estábamos viendo. El Zaragoza se defendía como gato panza arriba, pero nuestra peor pesadilla se estaba haciendo realidad ante nuestros ojos. El Eibar en dos mazazos, en dos fallos defensivos, había remontado el partido y lo que aparentaba ser una victoria cómoda se trasformó una vez más en una lucha sin cuartel por los vitales puntos.

Pero el Real Zaragoza no bajó los brazos, no se rindió porque no podía rendirse, porque de nada valía el empate, había que seguir luchando. Y la lucha dio sus frutos. Un magnífico contraataque de los maños, un medido pase de Gabi y la sensacional definición de Arizmendi volvían a ponernos por delante en el marcador. Desde ese momento, una agonía horrorosa, un constante sufrimiento hasta el final del partido.

Está siendo durísimo. La afición esta sufriendo mucho, pero ahora no queda otra que estar todos unidos. Nada se le puede reprochar a un equipo que se vacía cada partido, que lucha, que se esfuerza y que nunca se rinde. Llevamos 9 jornadas sin perder, en la segunda vuelta hemos hecho 28 puntos de 39 posibles. Llevamos una magnífica racha y estamos en números de ascenso 16 de los últimos 18 puntos. Así, sí. Con esta raza, con esta actitud, con este empuje, podemos ascender, debemos hacerlo. Sólo nos hacía falta creer en nosotros mismos, entender que sin lucha y sin esfuerzo nada podíamos conseguir. El sábado ante el Eibar derrochamos esfuerzo y entrega. Allí estaba Ayala con la cabeza vendada, montando tangana para defender a Vicente Pascual, comprometido y entregado cómo si fuera su primera temporada. Allí estaba Gabi, recorriendo kilómetros, cortando balones, dando la asistencia definitiva, marcando un precioso golazo, allí estaba Arizmendi que ha demostrado que es un buen delantero y se multiplica para suplir la obligada ausencia de Ewerthon y Braulio. Y allí estaba Doblas, saliendo valiente a por cada balón, arreglando los desgraciadamente habituales errores defensivos.

Y por fin la diosa Fortuna se ha puesto de nuestro lado. El Hércules empató y el Rayo perdió. El Real Zaragoza vuelve a estar en puestos de ascenso, muchas jornadas después, la ventaja vuelve a ser nuestra y la presión cambia de bando. Ahora son los otros los que deben remontarnos y nosotros los que debemos seguir luchando hasta el final para consolidar esta plaza que tantísimo esfuerzo está costando.

Sólo una nota para terminar. Gracias a los 400 Zaragocistas que convirtieron Ipurúa en una fiesta blanquilla. Gracias por su esfuerzo, por sus ánimos, por acompañar al equipo en su lucha, por demostrarnos que ser Zaragocista no es una obligación ni una condición genética. Es una elección y nosotros hemos elegido serlo, hemos elegido sufrir y estamos orgullosos de ello. Y no nos rendiremos, porque no sabemos hacerlo y hoy, como ayer, a Real Zaragoza la defiende su gente.

Por Ron Peter

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