Legión | La Lupa

Real Zaragoza 1 – 1 Castellón

En 1.983 William Peter Blatty publicó “Legión” una especie de secuela de “El Exorcista” publicado por el mismo autor en 1.972. El libro, denso y algo lento en la descripción, pero tan inquietante y sobrecogedor cómo aquel original, basa su título en el texto bíblico de Marcos en el que un demonio, que había poseído el cuerpo de un hombre, afirma que su nombre es legión porque no es uno, sino muchos.

Este domingo el real Zaragoza también era legión. Legión de errores y de problemas, un corolario de cosas mal hechas que dieron cómo resultado uno de los peores partidos de ¿fútbol? Que hemos tenido la desgracia de ver en los últimos años. Lo que vimos en La Romareda no sólo no invita al optimismo, sino que tira por tierra argumentos que se tornan excusas y plantea multitud de obstáculos en el camino al ansiado ascenso que ahora se convierte, como mínimo, en un camino muy, muy complicado.

Sólo había que escuchar. Los pitos, el enfado y los comentarios de los aficionados de a pie, tejían un tapiz de desencanto, de dudas y temores que empiezan a recordar demasiado al convulso equipo que el año pasado nos condenó al infierno.

Y es que el análisis del patético espectáculo que tuvimos que sufrir ante el Castellón lleva necesariamente a una conclusión desastrosa. Este equipo tiene muchas sombras y pocas luces. Para algunos el problema era de preparación física, puesto que el Castellón nos superó con claridad en el primer tiempo y aguantó perfectamente en el segundo. Es evidente que, aunque el problema no es tan acuciante cómo el año pasado en el que el dueto artístico Arjol y Fernández destrozaron a este equipo, la preparación de los rivales es claramente superior a la nuestra en muchas fases del partido. Quizá la motivación de jugar contra el supuesto gallito de la categoría sea un suplemento vitamínico que hace que los rivales luchen y corran más, pero eso sólo se puede suplir con esfuerzo, no hay otro remedio.

Otros ven un problema táctico en un equipo empeñado en mover el balón a la banda pero carente de recursos en el centro con unos inoperantes Hidalgo o Zapater, que están bajo mínimos técnicamente. Hidalgo no da un pase decente ni por recomendación y el ejeano ha alcanzado un nivel de estancamiento y torpeza que ni todo el pundonor del mundo puede suplir. Las alternativas son aún más preocupantes, Jorge López, una apuesta de Marcelino, fichado a golpe de talonario, un jugador al que nadie le discute calidad, sin duda el único que mueve la pelota con criterio, pero que desgraciadamente se pierde en el momento de pisar el centro y sólo rinde jugando en una banda o Generelo que es un clon de Hidalgo o de Zapater y no aporta nada nuevo.

Las bandas en un equipo ideado para jugar por las bandas, no son mucho mejores. Arizmendi es lento y limitado técnicamente y en un caso asimilable al de Zapater, sólo el pundonor que demuestra ocasionalmente le hace apto para jugar. Caffa es el Guadiana. Aparece y desaparece con demasiada facilidad y alterna primeras partes calamitosas e impropias de un profesional, como la que jugó el domingo ante el Castellón, con momentos mejores en los que brilla su evidente calidad técnica.

Pero lo más preocupante es el problema técnico. Y no debemos ignorarlo u obviarlo. El problema más preocupante, el más grave y desgraciadamente el único irresoluble, es el de las evidentes carencias técnicas de esta plantilla. Hay jugadores que son muy malos. Así de simple y así de sencillo. Y basta de paños calientes y de metáforas hilvanadas para justificar la desastrosa labor de una secretaría técnica que ha destrozado a este equipo en demasiadas ocasiones y que debería haber sido defenestrada sin miramientos al finalizar la pasada temporada. Si alguien sabe un solo motivo por el que Pedro Herrera sigue cobrando del Real Zaragoza, que lo exponga. Pero me temo que no será posible, porque si los hay, no pueden hacerse públicos por su dudosa legalidad.

Y podemos seguir hasta la extenuación o la rabieta. El equipo no evoluciona, no se ha adaptado a la categoría, el entrenador pidió un mes y dos después el equipo sigue hecho un asco, los jugadores no están motivados y se creen demasiado buenos para lidiar en esta categoría, los rivales corren más, luchan más y con menos calidad nos sacan del campo a empujones, la grada empieza a estar hasta las gónadas, cada uno hace la guerra por su cuenta y los jugadores, cómo sucedió el año pasado, empiezan a dar su opinión acerca de errores tácticos (Ayala declaró al acabar el partido que nos falta un “patrón táctico”), los argumentos de Marcelino ya resultan repetitivos y aburridos, ya han dejado de ser argumentos para convertirse en burdas excusas y hasta su estrella acabará por apagarse si no hacen algo.

Este equipo tiene muchos problemas, huele demasiado al desastre que nos descendió la temporada pasada y por mucho que el entrenador pida que olvidemos la temporada anterior, resulta imposible cuándo estamos volviendo a ver algo muy parecido. La cosa tiene muy mal color y algunos empezamos a estar hasta las narices de que una cuadrilla de vergonzantes pseudoprofesionales provoquen una semana tras otra el único momento amargo e infumable del fin de semana.

Y a modo de anecdótico resumen dos estupideces que reflejan lo que somos, esta gran mentira en la que se ha convertido el Real Zaragoza.

La primera ese minuto 29 del partido ante el Castellón. Ayala se resbala patéticamente y regala el balón a Nsue. Este se mete en el área y cede el balón a Ulloa que de forma inexplicable tira fuera una pelota que sólo debía empujar a gol. Bienvenidos al mundo real, caballeros. Esta es la segunda división. La defensa es mala y el delantero peor. Y el que quiera espectáculo que se vaya al circo, ¿Verdad Paco?

La segunda aún mejor, por si alguien tenía dudas, Marcelino nos explica en la contraportada del Heraldo del domingo, el gran proyecto que el Real Zaragoza va a construir la próxima temporada. Seguimos vendiendo humo, manipulando a la afición y construyendo castillitos de arena en el aire. ¿Y si nos preocupamos primero de ascender, compañero? ¿O es que vamos a subir por Real Decreto? ¿Y si os vais a tomarle el pelo con vuestros infundados delirios de grandeza a quien yo os diga?

Y el que no quiera verlo, que no lo vea, pero a mí esto me da pena, vergüenza y un tremendo desasosiego. Ojala las cosas cambien, pero si parece leche, es blanco y en botella es que es leche. Y lo demás, pijadas.

Por Gualterio Malatesta

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