Victoria de grande | La Lupa

Real Zaragoza 2 – 1 Xerez

El Real Madrid es el prototipo de equipo “grande” en España. Esa consideración también la podrían tener otros grandes como el FC Barcelona o el Valencia, pero por ejemplo los azulgranas, para ganar, necesitan jugar bien e incluso muy bien, en el 85% de los casos. En cambio el equipo madridista tiene como norma realizar un juego insatisfactorio, lleno de lagunas, con su guardameta (ahora Casillas, antes Buyo o el que correspondiese) multiplicándose como un coloso parando lo que no está en los escritos, con pérdida del dominio del balón pero… gana casi siempre por su poderosísima pegada, con sus delanteros en estado de gracia perpetua; les bastan tres balones de gol para sentenciar cualquier partido, por complicado que sea. El Real Zaragoza de esta segunda división se asemeja muchísimo a la versión “resultadista” del Real Madrid de siempre.

El Xerez llegó a Zaragoza con los mismos puntos que nuestro equipo y había interés por comprobar si tenía al menos la mitad de las aspiraciones del nuestro. Tras el partido, visto su juego, cabe deducir que estamos ante uno de los favoritos al ascenso. Desde el comienzo, el equipo jerezano se plantó en el césped magníficamente, con un extraordinario despliegue físico y un sistema defensivo prácticamente perfecto. El Real Zaragoza no existió en los primeros 45 minutos, falto de potencia atacante porque en la sala de máquinas del centro del campo no se creaba nada digno, las bandas no existían y en la defensa, especialmente por el costado de un Pignol desacertado, se sufría más de la cuenta.

El trasvase de posición de Jorge López de la banda izquierda al centro del campo, que ordenó Marcelino para la segunda parte, funcionó durante unos minutos, que coincidieron con el único error de la zaga del Xerez, que aprovechó el “Killer” Oliveira y que supuso el 1-0. Pero los jerezanos dieron un paso adelante y superaron fácilmente la oposición de los medioscentros zaragocistas y se produjeron minutos de dominio visitante. La entrada de Generelo tampoco supuso un alivio para descargar de presión al equipo y el gol de Antoñito, en fallo lamentable de marca de los dos centrales zaragocistas, puso un justo empate en el marcador. A partir de entonces se produjo el habitual desbocamiento atacante del equipo, que por su calidad resulta temible, y el gol de Ewerthon en el último minuto dio paso al sufrimiento de los cinco de prolongación, que convirtieron a López Vallejo en el héroe de la jornada zaragocista.

El Real Zaragoza gana, es algo evidente, pero también lo es que su juego no acaba de despegar. Contra el Xerez fue inferior y sólo su enorme pegada, que le hace crear oportunidades de donde no se pueden sacar, le hace salir adelante. Pero llegará el momento en el que no se estará tan acertado en la definición del gol, en el que los rivales verán nuestra puerta con mayor facilidad, y entonces nos lamentaremos del mal juego. Por eso, y teniendo en cuenta que los dos meses que pidió Marcelino para conjuntar al equipo y hacerlo temible han llegado a su fin, habrá que exigir que las victorias vengan acompañadas de dominio del juego y superioridad táctica.

Al menos estamos en puestos de ascenso, de los que no nos debemos mover en toda la temporada, pero…buff, aún quedan ¡8 meses de liga!, ¡qué largo se nos va hacer esta temporada!, ¡más que un día sin pan!.

Por Jeremy North

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