Y si no, no | La Lupa

Real Zaragoza 2 – 2 Real Sociedad

“Nos que somos tanto como vos, pero juntos más que vos, os hacemos principal entre los iguales, con tal que guardéis nuestros Fueros y libertades, y si no, no»

Con esta fórmula, el Justicia de Aragón le recordaba al Rey, en su coronación, que su condición Real era sólo la de “primun inter pares” y que en ningún caso esa condición podía estar por encima de los derechos y libertades de sus ciudadanos recogidas en los Fueros de Aragón. Eran otros tiempos y otra realidad. Los fueros fueron abolidos en 1.707 por Felipe V, mediante los Decretos de Nueva Planta, pero el mensaje sigue teniendo toda su vigencia. El Rey representa a sus ciudadanos y ni debe, ni puede, por su condición, perjudicarles, porque en ellos se sustenta su legitimidad y sin ellos no es nada.

No tenemos Rey, al timón del destino de los zaragocistas se sitúa un nuevo rico, que nos representa con una legitimidad basada en el dinero. Y ese dinero es lo que le da poder casi omnímodo. Pero aunque nadie puede discutir ese liderazgo, cómo en aquellos tiempos el “Primero entre los iguales” no debería perjudicar a los que son la esencia de su condición, a los que realmente conforman la razón de ser de su liderazgo, los aficionados, los socios y seguidores del Real Zaragoza, porque sin ellos, aunque no parecen darse cuenta, no son nada y ni todo el dinero del mundo puede comprar los sentimientos y la pasión que nos mueve. Y estamos bastante hartos de regalar amor incondicional a cambio de un maltrato constante.

Porque la afición está harta. Este año no hay paciencia, no hay condescendencia. Esto no es serio. La planificación deportiva es simple y llanamente un desastre y al final los milagros no existen. Y cuando el pueblo se siente maltratado, cuándo se cuestiona el trabajo de los dirigentes, hasta el Rey más poderoso puede perder la cabeza. La pancarta del Ligallo era todo un aviso para navegantes y claro reflejo de los negros nubarrones que se ciernen sobre el zaragocismo: “90 minutos sin canciones por una directiva que roba escudos e ilusiones”.

El partido de liga ante la Real llegaba tras una semana terrible. Una humillante eliminación en la Copa, a manos del mismo verdugo y más por la forma que por el fondo. La eliminación quedó maquillada por la evidencia de que el único objetivo de esta afición es retornar al lugar que le corresponde y sólo por eso no ha tenido más relevancia. Llegaron, cómo no, los consabidos llamamientos al apoyo de una afición que está hasta las gónadas de arengas baratas. La cantinela cansa. Váyanse ustedes a hacer puñetas, hombre, que ya está bien. No señor, no hay paciencia, hay exigencia. Exigencia para una plantilla que vale más que la de los otros 21 equipos sumados de la categoría, para el segundo entrenador mejor pagado del fútbol español, para una directiva que cada día aparece más desorientada y menos acertada, que repite errores una vez tras otra, que mantiene en su sitio a los responsables del desastre y que o no sabe o no quiere corregir el errático rumbo que conduce al abismo más absoluto.

El partido se encarriló pronto y en el minuto 15 los dos goles de Ewerthon nos ponían en una inmejorable situación. Con 2 a 0, dominio absoluto del partido y acierto rematador, nadie imaginaba que la cosa iba a terminar como acabó. Pero llegó lo intolerable, lo que no estamos dispuestos a aceptar y lo que ha marcado la realidad blanquilla desde hace demasiado tiempo: una vergonzosa desconcentración y una falta de actitud indignante. Y eso sí que no. Hasta ahí podíamos llegar. ¿Y ustedes se hacen llamar profesionales? No me hagan reír. El lamentable segundo tiempo que vimos no se justifica con la falta de conjunción de la plantilla ni con una preparación física muy por debajo de la media de los restantes equipos, lo de ayer no tiene otra definición que una vergonzosa falta de profesionalidad, de concentración, de ganas y de motivación. Y eso no nos lo vamos a tragar. No sé quien es el responsable, porque creo sinceramente que todos lo son. La planificación deportiva es simple y llanamente un horror de dimensiones bíblicas, un despropósito inexplicable. Nada funciona. No sabemos vender, compramos tarde, caro y malo. La plantilla no funciona porque nada de esto parece ir con ellos, la preparación física es, como poco, lamentable, el juego una extraña mezcolanza con más caras que un icosaedro y la motivación del grupo una utopía inalcanzable.

Claro que hace falta tiempo, ya sabemos que esto no empezará a funcionar correctamente hasta dentro de semanas. Es lógico puesto que la plantilla se ha confeccionado el último día de plazo, tirando por tierra los casi tres meses de descanso. Pero lo de este sábado no es opinable. Lo que no debemos consentir es que nos ganen por testosterona. Lo que no es permisible es la falta de concentración, la falta de esfuerzo y de ganas. Ya ni siquiera me atrevo a decir que hay calidad, porque hasta eso empiezo a dudar, pero al menos tiene que haber profesionales sobre el césped capaces de luchar, de entregarse y de no dejarse sacar del campo a empujones. Pero ni eso. Y por ahí no pasamos. Estamos hasta las narices de maltratos, de ninguneos y de humillaciones. Si falta forma física a correr al parque cada puñetera mañana, si falta conjunción que entrenen mañana, tarde y noche. Pero basta de pijadas y de excusas. Les exigimos que empiecen a jugar y que empiecen a hacerlo YA mismo. Se acabó el templar gaitas. Si son profesionales demuéstrenlo.

Es difícil expresar con palabras la decepción con la que la mayoría salimos de la Romareda, la indignación con la que sufrimos cómo una Real Sociedad conjuntadita y sin alardes, ataviada con una de las camisetas más horrorosas que he tenido el disgusto de ver en mi vida, no tuvo que hacer demasiado esfuerzo para arrasarnos, encorrernos y machacarnos en 45 minutos. Si nos tienen que ganar porque son mejores o tienen más fortuna, lo encajaremos, que remedio queda, pero perder así no, no de esta forma, no con esta dejadez, con esta falta de entrega y de esfuerzo. Y visto lo visto, un puntito de milagro, porque si el partido dura media hora más nos cae un saco. Y es que esto ya pasa de castaño oscuro y la olla a presión está al límite de su capacidad. Esto va a estallar y nadie quedará indemne tras la explosión. Por el bien de todos que alguien se tome esto en serio porque sino el futuro pinta negro.

Por Gualterio Malatesta

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