José Aurelio Gay (futbolista) llegó al Real Zaragoza en 1991 y su estancia en nuestro equipo se prolongó hasta 1996. Los que lo recordamos en su faceta como jugador sólo podemos decir cosas positivas sobre su trabajo honrado y profesional. Era un centrocampista con llegada, virtud que muy pocos jugadores poseen en la actualidad, con una apreciable técnica y buena colocación. Fue una de las piezas decisivas para conseguir la Copa del Rey de 1994 y la Recopa de 1995. Se guarda de él un gran recuerdo hasta que…
José Aurelio Gay (¿entrenador?) llegó a la SAD en este verano de 2009, para sustituir a Manolo Villanova en el Real Zaragoza B. Sus anteriores equipos son los poderosos Fuenlabrada y Pontevedra, muestras evidentes de un impresionante currículo. Su presencia en Zaragoza tiene su razón de ser en la promesa que recibió por parte de los prebostes de la SAD de que obtendría el puesto de entrenador del Real Zaragoza en cuanto se cargasen a ese bizarro asturiano, de nombre Marcelino. Y el bueno de José Aurelio aguantó hasta que a mediados de diciembre de 2009 se le abrió el cielo zaragocista y consiguió el puesto de jefe de vestuario. Las cosas de palacio fueron deprisa en enero y el dúo Agapito-Poschner le pusieron siete caras nuevas, siete, en la plantilla, para recomponer el desastre que estaba montando José Aurelio con la, eso sí, muy deficiente plantilla anterior. Siete minutos alucinantes en Tenerife le salvaron del cese, que a pesar de lo bien mandado que es, su continuidad con una derrota en la isla era imposible.
Desde entonces lo tenemos firme y seguro en su puesto, con una buena labia, que le permite decir en las ruedas de prensa, al más puro estilo “Víctor F.”, frases rimbombantes que suenan bien y dicen nada, con capacidad inabarcable para excusar lo inexcusable. Ha mejorado en el tratamiento del sistema defensivo, ayudado por los acertados fichajes de Contini y Jarosik y es algo que hay que anotar en su “debe”, porque en el resto de los asuntos propios de un “míster”, sólo se pueden relacionar en la columna del “haber”, como los siguientes de tantos otros:
Un cambio de entrenador a estas alturas de campeonato no tiene sentido, habrá que apechugar con José Aurelio Gay y sus arranques irracionales. No queda otra. La categoría debe ser salvada como sea. Pero deberían ser conscientes Agapito y Poschner que el puesto de entrenador debe ser ocupado por alguien con personalidad y conocimientos, no por una persona presta a complacerles y que vive en un mundo aparte, alejado de la realidad futbolística. En definitiva, expreso mi deseo que José Aurelio Gay termine las prácticas en Zaragoza a finales de mayo y se busque un trabajo con contrato indefinido lejos de aquí.
Por Jeremy North
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