Elegiré mi perdición | La Lupa
Real Zaragoza 0 – 1 Atlético Madrid
Este sábado 19 de febrero, a una hora coincidente con la del partido del Real Zaragoza contra el Atlético, el legendario grupo Barón Rojo, baluarte eterno del heavy rock español durante los últimos 30 años, tocaba en una sala de nuestra ciudad. En su tema “los rockeros van al infierno” defienden la convicción personal en los propios valores del rock por encima de cualquier imposición.:”si he de escoger entre ellos y el rock, elegiré mi perdición”. Toda una declaración aplicable a cualquier pasión que nos remueva la vida. El fútbol, el Real Zaragoza es una de ellas. La hemos elegido y sí, en este caso, me temo, para nuestra perdición.
Lo que este año nos está deparando es de difícil digestión: un equipo mal diseñado desde el principio, con el lastre de unos directivos incapaces de sobrellevar el peso de la historia, ajenos a los propios valores del club, buscaperras arriesgados metidos en negocios que les vienen grandes, desafortunados apéndices de váyase a saber qué escarpados intereses. En lo deportivo, un equipo que ha tenido que aprender a apañárselas, a tejerse una armadura de coraje y de pundonor, a falta de las virtudes que adornaban a los Reales Zaragozas de otros tiempos. Mientras el equipo aprende a sobrevivir, que aún del todo no sabe, también la afición se recubre de una capa de resignación y de rabia, de vergüenza ante los desvergonzados.
No hay más. El equipo ha llegado hasta donde puede llegar. Fuimos los últimos, fuimos los peores. La remontada en enero sirvió para poder equipararse con otros conjuntos, pero poco más. Ahora, con un par de malos resultados, de nuevo en el descenso. Y no se puede decir que sea injusto. Es lo que hay. Los zaragocistas han aprendido a jugar más conjuntadamente, el equipo se sostiene en el terreno de juego, no se descompone, pero claro, sin delanteros decisivos y sin creación en el centro del campo es complicado tener una presencia en el área que fabrique goles. La estructura defensiva ha mejorado, también es de señalar la resurrección de Franco, pero es muy difícil en 90 minutos no tener algún pequeño error o, como en el caso de hoy, no ceder en algún momento ante delanteros rivales de alta calidad.
Los jugadores, con alguna excepción, dan todo lo que pueden. Esto tiene consecuencias lógicas: derrotas no demasiado humillantes contra equipos mejores, y arduas luchas de fondo contra equipos similares que pueden acabar de cualquier manera. Contra un Atlético venido a menos, y aunque el resultado pudo ser otro, se acabó imponiendo el equipo que más se había acercado al área.
Y así va a ser hasta final de curso. Ya no cabe confiar en reacciones milagrosas. Tras 24 jornadas ya hemos visto qué es lo que puede dar de sí este equipo, (con la salvedad de Uche y N’Daw). Nadie debe llevarse a engaño. Más de la mitad de la liga hemos estado en posiciones de descenso, y es probable que acabemos bajando. La salvación, si llega, pasará por los enfrentamientos directos contra unos rivales que cada vez parecen más despiertos. Vamos a sufrir, y no poco. Mientras ese momento final llega, no se me ocurre otra cosa mejor que darle al chisme de la música y buscar a Barón:: “¡LARGA VIDA AL ROCK AND ROLL!!!!
Por Ron Peter
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