El largo y feliz verano | La Lupa

Dep. Coruña 0 – 0 Real Zaragoza

Desde que somos chicos esperamos los meses veraniegos como “agua de mayo”. Son las vacaciones, el período estival en el que el sol, la fiesta y el descanso son parte esencial de nuestro modo de vida. Y este verano ha sido único, no sólo para los amantes del fútbol sino para una inmensa mayoría de los españoles, por el triunfo de nuestra selección en el Mundial de Sudáfrica, ¡qué enorme alegría!. Además podemos añadir los triunfos del totémico Rafa Nadal en Wimbledon y de Contador en el Tour para rematar la fantástica racha de victorias de los deportistas españoles, en el mejor momento de la historia del deporte patrio.

Así llegamos a finales de agosto, y como todos los años tenemos el comienzo de Liga y la vuelta al tajo del Real Zaragoza. Pasan los años y la ilusión por el destino anual de nuestro equipo permanece, pero en fase decreciente. Sabemos que las expectativas son mínimas, mantener la categoría y poco más, y esa certeza anima bien poquito. Hemos pasado, sin solución de continuidad, de ser los nuevos ricos a los pobres del barrio, que van a comprar su mobiliario al rastro futbolístico. La dantesca situación económica provocada por la nefasta labor de Agapito Iglesias y sus secuaces, nos ha llevado a esta situación y no queda otra que asumirla. Es una lástima.

Pero dentro de la modestia que nos embarga, se debe buscar la decencia y parece que se está encontrando. El otrora entrenador en prácticas, José Aurelio Gay, al que se le ha hecho un contrato fijo, con posible cambio depende de las circunstancias del mercado al de interinidad, conoce los puntos flojos de su plantilla, que son muchos, y los intenta minusvalorar con esfuerzo, sacrificio, dedicación y defensa. En Riazor y ante un Deportivo monórquido, que jugando en casa planteó un partido lastimosamente defensivo, el Real Zaragoza fue superior en líneas generales, sin estridencias ni alharacas, pero con mayor posesión de juego y llegando con cierto peligro al área rival, en especial por el trabajo en la banda de Bertolo, que se puso asaz de balones de gol, para que los desaprovechasen Jorge López y Marco Pérez. Fue un estreno interesante que nos transmite ciertas esperanzas de que la temporada no sea de sufrimiento como las tres últimas, y sí de tranquilidad, con el objetivo de navegar por las tranquilas aguas de la zona media del océano liguero.

Por Jeremy North

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