Los pueblos inmundos | La Lupa

Hércules 2 – 1 Real Zaragoza

En los confines de oriente, existe un mítico lugar en el que Alejandro Magno encerró a los que se dieron en llamar “pueblos inmundos.”

Aquellos pueblos, de costumbres depravadas e inhumanas, entre los que se encontraban los antropófagos o las Amazonas, fueron confinados por el conquistador en un recóndito paraje rodeado de altísimas montañas cuyo único paso se selló con la puerta de Alejandro, un portón de bronce ungido con la mítica sustancia “Ansynchyton” que la hacía invulnerable e indestructible.

La leyenda dice que sólo podrán escapar de su cautiverio en el fin de los tiempos para unirse a las apestadas huestes del Anticristo durante el Apocalipsis.

La versión doméstica del mito habla de un conjunto de equipos inmundos que se arrastran lastimeramente por los sótanos de la clasificación de la mal llamada liga de las estrellas. Esos conjuntos están condenados a luchar entre sí, para escapar de la condenación y 3 de ellos no sobrevivirán. Así está escrito y así sucederá.

En el Rico Pérez, el pasado domingo, se enfrentaban, precisamente 2 de esos despojos balompédicos, en esa lucha mortal para escapar de la condenación. El partido era, obviamente tenso, peligroso y a priori poco agradable para el espectador imparcial y de alto riesgo cardiovascular para el forofo incondicional.

No empezó mal, nada mal. Apenas nos había dado tiempo a acomodarnos frente a la tele cuándo un magnífico servicio de Boutahar es cabeceado con picardía por Braulio a la red. Gran alegría para todos y gran temor también para unos pocos que en seguida comenzaron a rumiar aquel maldito adagio que dice: “demasiado pronto… queda demasiado partido”

La SAD, comenzó a ralentizar el juego, a cerrar las líneas e intentar destruir cualquier atisbo de creación del rival y lo consiguió ante un rival nervioso, descolocado e impotente. Renunció al juego y se dedicó a la presión, practicó el antifútbol al que están condenados los que no pueden jugarlo porque no tienen la calidad necesaria para hacerlo, por obra y gracia de la peor directiva de la historia del Real Zaragoza.

Y salió bien, al menos durante el primer tiempo. Los minutos iban pasando y el Hércules no daba señales de poder hacer más. El equipo maño se sentía sólido y cuajado, no cometía errores y presionaba bien a los ilicitanos cuyo único bagaje fue una ortodoxa aunque ineficaz chilena de Trezeguet a mediados del primer periodo.

El segundo tiempo comenzó como había acabado el primero, con un Hércules perdido y espeso y un equipo aragonés bien colocado en el campo. No daba la sensación de que los nuestros se estuvieran echando demasiado atrás, aunque sí que estaba claro que habían casi renunciado a volver a golpear a un rival claramente noqueado.

Y los caprichosos hados del fútbol decidieron darse una vuelta por el Rico Pérez. El golpe de gracia estuvo en la bota de Boutahar que no llega a culminar un buen servicio de Gabi, pero fue la ofrenda de Farinós la que más les satisfizo y guiaron su tremendo zapatazo desde más de 35 metros, para que se colara por la escuadra de Leo Franco.

El Hércules no había tenido ni una oportunidad digna de llamarse como tal, pero los maños no había podido sentenciar y el fútbol tiene estas cosas. La puntilla llegó minutos después con el magnífico control de Trezeguet, al gran pase de Farinós y el consiguiente ajusticiamiento a bocajarro del cancerbero zaragocista. 

No sé si fue justo. No sé si fue el castigo normal por especular, quizá sí. Pero la pregunta es ¿podemos hacer otra cosa? ¿Sabemos jugar de otra manera? ¿Tenemos la capacidad para haber apretado un poco más y haber machacado al desorientado y espeso Hércules?

Unos hablan de los cambios, inoportunos e ineficaces que debilitaron al equipo. Otros de la cobardía de un conjunto que, de haber presionado, podría haber sentenciado mucho antes… pero al final no hay más cera que la que arde: somos un equipo inmundo condenado a vagar por el pozo de la clasificación y luchar hasta el final para no ser uno de los 3 condenados.

Y todo lo demás da igual. Somos malos. Es lo que hay. Y sólo nos queda luchar hasta la extenuación, pelear hasta el final. Claro que resultados como el de Alicante no ayudan e imbecilidades como ponerse a hablar de la Uefa, aún menos. No queda otra que seguir la pelea y sobrevivir a la espera de tiempos mejores en los que los incompetentes que nos gestionan y han confeccionado esta desastrosa plantilla, abandonen la nave.

Por Gualterio Malatesta

aupazaragoza

Deja tus comentarios el foro de AupaZaragoza.com. El Real Zaragoza es nuestra pasión.

Comentarios

(required)