Equipo en obras, disculpen las molestias | La Lupa

Real Zaragoza 0 – 0 Málaga

Las cosas necesitan su tiempo de planificación, desarrollo y asentamiento. Eso lo sabe todo el mundo. A la hora de iniciar la construcción de algo hay que tener en cuenta el tiempo que llevará y advertir a aquellos potenciales usuarios que tengan paciencia, que mientras llega el momento en que la cosa funcione habrá un periodo transitorio en el que las obras estarán a la vista de todos. También habrá posibles apaños que luego no fructificarán. Y es que hay cosas que se saben, y otras no. Y a veces hay que hacer pruebas. Cuando se trata de conjuntar personas para que formen un equipo, como en este caso, el enigma aún se hace mayor, pues no hay anda más imprevisible que los seres humanos. Y si son del Real Zaragoza, ni te cuento.

El maestro Aguirre, encomendado Señor de los Vestuarios, tiene una tarea difícil, pero cuenta con nuestra paciencia. Le toca ordenar las piezas que otros por encima de él, han puesto a su disposición. Y lo intenta hacer bien, desde los cimientos, como dicen que se han de hacer las buenas obras. Cuenta para ello con una envidiable piedra base, un portero excepcional que lo demuestra cada día. En estos años de caminar por el desierto los espectadores con una cierta edad recordamos a veces las glorias de otras épocas. Pues bien, la portería es lo único que ahora mismo resistiría (y superaría) una comparación con esa “Arcadia feliz” de hace dos décadas. Contra el Málaga, Roberto tuvo dos intervenciones mágicas.

Y tras (o mejor dicho, delante de) el portero, empezamos a construir la línea defensiva. Es lo que dicen los cánones, y lo que se debe hacer. Cimentar una seguridad, que aporte tranquilidad y orden a todo el equipo. Aguirre ha probado con defensas de cinco, con defensas de cuatro más uno, de cuatro más dos, etc…Aquí cobra importancia la figura de Meira, que va jugando mejor, dando confianza y mostrando ya toques de autoridad.

Pero desde ahí hacia arriba donde el equipo no acaba de encontrarse. El centro del campo se ve a veces superado por las circunstancias. Aguirre no cuenta con un creador a la vieja usanza y ha apostado por las bandas. De hecho, el domingo el Real Zaragoza parecía jugar como visitante, dejando la iniciativa a un Málaga poderoso que no pudo tampoco dominar claramente en ningún momento el partido. Fue un encuentro de alternativas, entretenido en ocasiones, que bien podría haber acabado con goles. De hecho, y aquí toca el capítulo de los lamentos, con el gol anulado a Postiga, de nuevo toca hacerse la Mourinhística pregunta: “¿Poi qué?”

En este principio de temporada, cada partido es un mundo nuevo, una experiencia de la que sacar conclusiones. Día a día, algunos de los fichajes nuevos nos van mostrando cosas. Además de Roberto, es grato contemplar la velocidad de Juan Carlos, que incluso arrancó en un momento dado, un “oooooooh” de admiración por parte de la grada, al estilo de los toreros audaces. Juarez se entonó un poquito, y Postiga, bueno, marcó un gol. Otros como Barrera o Micael tendrán que esperar su momento. Y sobre los de antes, destacar a Lanzaro, que demostró que en el banquillo hay una garantía de profesionalidad, que eso siempre viene bien.

¿A dónde irá este Zaragoza? ¿Surgirá algún nuevo embolado extradeportivo? Quien sabe. Mientras tanto, seguimos en obras.

Por Ron Peter

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