Un Real Zaragoza de fábula | La Lupa

Betis 4 – 3 Real Zaragoza

No. No me he vuelto loco al mirar por la Lupa. Sin duda es un reto para el que he tenido que armarme de valor, porque no sabía qué ocurriría al acercarla a mis ojos por primera vez. Pero no me ha quemado el cerebro. No he visto renacer al Real Zaragoza de los Magníficos. Lo que pasa es que la Lupa es un artilugio que tiene curiosas maneras de mostrar la realidad. Y yo he visto dos equipos que parecían protagonizar una nueva versión futbolística de una famosa fábula de Esopo.

Dicen que donde menos te lo esperas salta la liebre. Y el sorprendente Betis ha comenzado la carrera de la temporada 2011-2012 a toda velocidad, encaramándose al liderato a costa de un Real Zaragoza que lleva moviéndose a paso de tortuga desde la pretemporada, llegando a estas primeras jornadas de Liga con muchas cosas pendientes de afinar en todos los aspectos del juego.

Aguirre dio en Sevilla la tercera vuelta de tuerca a sus planteamientos, y el hecho de que sigamos con probatinas a estas alturas deja bien a las claras que precisamente claras no tiene las ideas este Real Zaragoza reformado de arriba abajo y apenas completado sobre la bocina del período estival de fichajes. Si antes había cambiado el sistema de tres centrales por una línea defensiva de cuatro reforzada por Meira como una suerte de pivote flotante por detrás de Ponzio y Micael, la ausencia del veterano defensa portugués llevó al entrenador mejicano a dar entrada a su compatriota Barrera en una alineación titular que se colocó en el campo con una aparente disposición de 4-1-4-1. A priori, este sistema parece interesante, porque utiliza un buen número de recursos ofensivos de esta plantilla y sitúa a Micael y Luis García en posiciones más naturales para ellos. Sin embargo, se desguarnece el centro del campo y la defensa, zonas que hasta ahora Aguirre había tratado de mantener protegidas por motivos que se hacen cada vez más evidentes.

En el terreno de juego, ambos equipos continuaron en sus respectivos papeles de liebre y tortuga. El comienzo no pudo ser más fulgurante para el equipo local, que en poco más de diez minutos iba ganando 2-0 sin que el Zaragoza hubiera comenzado siquiera a correr, merced a la blandura de nuestra línea defensiva, con un Abraham especialmente desafortunado en las dos jugadas. Aunque también hay que decir que el penalti del segundo gol fue consecuencia de un contraataque provocado por un fallo de Ponzio que resultó letal, dada la soledad del argentino en su zona. Siguiendo el guión de la fábula, la liebre bética se echó a descansar, dejando pasar los minutos para llegar a la mitad de la carrera. Y eso lo aprovechó el Zaragoza para ir ganando terreno poco a poco. Por desgracia, el que pudo haber sido el primer gol de Postiga con la camiseta blanquilla fue invalidado por el linier por un fuera de juego inexistente. Sí que subió al marcador el gol de Juárez, favorecido por el bloqueo de Lafita al portero rival, y así quedaba todo pendiente para la segunda parte.

Pero quizá Pepe Mel les recordó a los suyos en el vestuario lo que le pasó a la liebre de Esopo, porque los béticos salieron enchufados tras el descanso y esta vez tardaron menos de diez minutos en ponerse 4-1 gracias a un penalti por dudosa aunque posible mano de Da Silva y a un nuevo descontrol de nuestra zaga. A favor del Zaragoza hay que decir que nunca perdió la cara al partido y de nuevo se fue arriba con toda la intención de remontar. El portero bético Casto nos puso las cosas un poco más fáciles cometiendo una torpe falta que le costó la expulsión. Pero lo que realmente marcó la diferencia, entre tanta liebre y tanta tortuga, fue la aparición de un galgo, de Boadilla por más señas. Como sustituto de Barrera, Juan Carlos revolucionó el partido por la banda izquierda y marcó dos fenomenales goles que hicieron soñar con el empate a cuatro. Ocasiones hubo, pero alguien tendrá que decirles a estos chicos que el fútbol consiste en rematar a puerta y, a poder ser, con fuerza.

La moraleja es que las tortugas normalmente sólo ganan a las liebres en los cuentos. Y puede que los dirigentes de la SAD conocida como Real Zaragoza tengan mucho cuento, pero si se quiere empezar la Liga en condiciones de competir, lo que hace falta es un proyecto serio, donde el equipo tenga una cierta continuidad de un año para otro, cosa que ya se vislumbra que tampoco ocurrirá al año que viene. No obstante, el partido deja sensaciones positivas. Hay mejor manejo de balón que el año pasado, idéntico pundonor y jugadores como Juan Carlos capaces de ilusionar a la afición.

Aguirre deberá seguir trabajando para encontrar la manera de cerrar tácticamente las vías de agua en defensa, porque los jugadores son los que son. Pienso que el sistema adecuado para este Zaragoza sería un 4-2-3-1 con un elemento como Zuculini junto a Ponzio para conseguir el equilibrio necesario en el medio campo y mantener el espíritu ofensivo con una línea de tres por detrás de Postiga, que por cierto sigue esperando a que sus compañeros le surtan de balones para poder demostrar si es un goleador o no. Lo que es evidente es que la tortuga tendrá que acelerar el paso, porque cada partido de esta prolongación de la pretemporada en plena Liga puede ser una oportunidad menos para asegurar la salvación.

Por Poyet11

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