Al rescate | La Lupa

Dep. Coruña 3 – 2 Real Zaragoza

En 1980, la banda británica Echo & The Bunnymen lanzó su magnífico album de debut Crocodiles, cuyo single de mayor éxito fue sin duda Rescue, donde Ian McCulloch cantaba «¿No vendrás a rescatarme?». El Real Zaragoza se ha perdido. ¿Vendrá alguien al rescate? ¿Alguien sabe cómo frenar esta terrorífica caída libre que parece llevarnos sin remedio, esta vez sí, a la Segunda División?

La canción que nos ocupa parece muy adecuada para cualquiera de los actuales responsables del Real Zaragoza, especialmente Agapito y Jiménez, que quizá podrían cantar al alimón: «si te dijera que he perdido el rumbo, ¿me comprenderías?, estoy hecho un lío, quizás esté perdiendo facultades, aunque de todos modos ya sabes que nunca las tuve».

Podríamos decir que Agapito y Jiménez perdieron su rumbo hace tiempo, si no fuera porque quizá la explicación más sencilla sea que jamás supieron por donde iban. En ambos casos, a buena parte de la afición nos costó darnos cuenta… a unos más y a otros menos, como siempre… Pero solo se puede llegar a la conclusión de que ni Agapito supo jamás cómo llevar un club de fútbol… a juzgar por el desastre económico y deportivo en el que nos ha sumido… ni Jiménez supo nunca qué hacer con el proyecto que pusieron en sus manos, ni cómo trabajar bien un equipo… a juzgar por esta lamentable racha de 13 partidos sin ganar que venimos padeciendo, que tiene toda la pinta de seguir alargándose y de llevarnos al desastre absoluto.

Es duro hablar así de Jiménez, sí, porque el año pasado consiguió una gran proeza deportiva y porque se le veía como el gran baluarte «contra Agapito». Pero yo tengo otro análisis, que vengo desgranando poco a poco desde principio de temporada, en estas Lupas y sobre todo en mis intervenciones radiofónicas, aunque reconozco que con mucha precaución, porque había un ambiente auténticamente opresivo en el sentido de que las cosas se estaban haciendo bien, no se podía quitar a la gente la ilusión, Jiménez era Dios y criticarle era anatema.

Lo primero es que la gran hazaña deportiva lo fue, sí, claro, pero uno de sus factores determinantes ahora no se ve por ninguna parte: los cojones. Sí, los famosos cojones de Manolo, y los de los jugadores y los de la afición, que puso lo suyo, como siempre. Los cojones que se echan cuando tienes que salir a por todas, a comerte el mundo, porque no tienes ya nada que perder. Sin embargo, este año no se hace otra cosa que jugar con el margen que nos dejan los de abajo, que por increíble que parezca hay tres que lo están haciendo todavía peor que nosotros. Pero ahora ellos vienen de remontada y nosotros de bajón, y no sabemos cómo gestionar ese margen. Y en lugar de ir a ganar el partido en Riazor, vamos a remolque… ¡¡y salimos en la segunda parte a conservar un empate cuando nos hace falta la victoria!!. ¿¿¿Los cojones donde están???

Lo segundo es que el año pasado a Jiménez le resultaba muy fácil hablar de lo mal que se hacían las cosas en este club, cuando él no tenía ninguna responsabilidad en el asunto. Este año, si algo ha hecho ha sido defender a Agapito y defender la gestión que ambos han hecho, porque no podía criticar nada cuando él mismo se había hecho responsable de todo, ante el inteligente paso atrás que dio Agapito… fuera de los focos, que no de la gestión.

Es verdad que se han dado algunos pasos en la buena dirección, como fichar jugadores jóvenes, revalorizables y en propiedad, pero ha seguido habiendo más de lo mismo de todos los años: fichajes incomprensibles (tanto de Jiménez como del propio Agapito, que la famosa Comisión Deportiva nunca ha existido realmente), empecinamiento en determinados jugadores, sospechoso ostracismo para otros, grandes alabanzas para una cantera que no cuenta para nada y excusas de mal pagador en las ruedas de prensa. Ah y de dimitir, por supuesto nada. Hay que irse del club con el dinero del contrato en el bolsillo. Lo normal, vamos. Lo mismo que todos. En eso hay que reconocer que Jiménez siempre ha dicho lo que era: un profesional. Aunque mucho me temo que esa pátina de profeta omnipotente e infalible del zaragocismo que muchos aficionados le han aplicado ha terminado por endiosarle, porque yo no sé quién diablos es él para decir a quién tiene que dejarse subir al carro de la salvación si finalmente se logra. Ojo, que si se logra, todos respiraremos aliviados. Pero eso no quita para que Jiménez haya dilapidado toda la confianza que se había puesto en él. ¿Qué motivos reales y razonables puede haber ahora para creer en este equipo? Desde luego, si se le hubiera tratado con el mismo rasero que a cualquier otro entrenador, Jiménez tenía que haber sido cesado hace tiempo.

Pero ¿se puede echar a Jiménez ahora? ¿Quién vendría al rescate? ¿De verdad alguien podría sacarnos de este apuro con tan solo 8 jornadas por delante? No parece la solución. Jiménez tampoco es la solución. ¿Entonces qué? Después de todo lo que hemos rajado de Agapito y sus maniobras… ¿de verdad tenemos que encomendarnos ahora a esos oscuros tejemanejes que habrían sido otro factor determinante de las hazañas conseguidas en los últimos años, como parece sugerir un artículo que he leído hoy en prensa? ¿Y de verdad a Agapito le interesa mantener al Real Zaragoza en Primera cuando la entidad sigue perdiendo dinero a raudales y un descenso supondría una inyección de dinero de la LFP y un aplazamiento de la deuda concursal?

Al final, las cosas no se estaban haciendo tan bien. Y cuando esto pasa, y nos vemos en el trance de caer al pozo de Segunda, suenan las trompetas y se llama a la afición al rescate. Y la afición, como siempre, acudirá al rescate. De eso no me cabe duda. Lo que no sé es qué fuerza tiene ahora mismo una afición maltratada, hastiada y decepcionada al máximo. Yo me temo que esta temporada no nos salva nadie. Pero seguro que la afición acudirá. Y quiero dejar constancia aquí de que muchas veces se ha instado a la afición a no criticar porque era perjudicial para el equipo y este año no se ha criticado nada y el equipo se ha metido en el barro él solito. Y ahora se la volverá a instar a dejar a un lado la crítica. Pero esto tiene que tener fecha de caducidad. Iremos al rescate, pero alguna vez tendremos que decir que #hallegadoelmomento.

Por Poyet11

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