Volver | La Lupa
Espanyol 1 – 2 Real Zaragoza
El regreso nunca es fácil. Como cantaba Gardel, el temor a reencontrarse con el pasado que vuelve, la ansiedad por lo que fue y dejó de ser, marca nuestro retorno y un mar de dudas y miedos se apoderan de nosotros.
Lo que debería ser una fiesta, un alegre reencuentro, choca cada año con la tozuda borrasca que anuncia la tormenta. Como cada año, los zaragocistas nos encontramos con una plantilla descompensada, inacabada y sin conjuntar, con una pretemporada escasa y torpe que una parte importante de la plantilla ni siquiera ha realizado y que nos obliga, una vez más, a hacer la puesta a punto durante las primeras jornadas de liga, apurando el cierre de la plantilla hasta el último minuto del último día habilitado para ello.
Cada año más, las empresas televisivas que controlan la voluntad de una Federación vendida al mejor postor y regida por espurios intereses crematísticos se empeñan en quitarnos las ganas de volver, con horarios ridículos e irrespetuosos que solo buscan el hastío de los que aún creemos en la belleza del fútbol en directo.
Pero cada año, cual Ave Fénix, los aficionados blanquillos, con el sempiterno optimismo del que siente amor por una historia y unos colores, encuentran el clavo ardiendo al que amarrar su pasión y ven la posibilidad ya no de recuperar tiempos pasados y sin duda mejores, no ya de trocar la indignación y la agonía por disfrute, sino de menguarlas al menos, de dejar de pasarlo mal para, al menos, entretenerse. Solo eso pedimos, ya no gozar, sino mitigar nuestro dolor.
Y este año las esperanzas se centran en Manolo Jiménez, el héroe de la épica e inédita remontada del Real Zaragoza la pasada temporada y en el choque de voluntades entre el técnico sevillano y el mercachifle soriano. El resultado aún es incierto, pero Manolo Jiménez está demostrando carácter, mucho carácter. Mira, analiza y toma decisiones según su criterio. Deja fuera a unos jugadores con el teórico cartel de titulares para dar opción a otros que nunca habían jugado en primera división, canteranos y jóvenes, que si no pueden aportar extraordinaria calidad pueden sumar con garra, ilusión y ganas de pelea.
El Técnico del Arahal supo interpretar (que no leer, en la vida se ha leído un partido, salvo cuándo nuestros compañeros escriben la crónica a su finalización) muy bien el encuentro ante el RCD Español de Barcelona. A pesar del nefasto primer tiempo, a pesar de no haber tirado a puerta y de tener un resultado en contra no sé si inmerecido pero sí que demasiado riguroso para 2 equipos que no estaban haciendo mérito alguno para llevarse 3 puntos, los acertados cambios y el guiño de la diosa fortuna que, en forma de inexplicable e innecesario penalti nos devolvió al encuentro, cambiaron el triste devenir que se vislumbraba.
En pocos minutos el Real Zaragoza pasó de víctima propiciatoria a dominador, controló el partido y marcó los tiempos. Y todo gracias a gente como Goni, Víctor, Jorge Ortí o José Mari. No son estrellas del fútbol, pero tienen el desparpajo que da la juventud y el futuro por delante. Quizá esa sea la clave, el equilibrio entre juventud y veteranía, el arrojo de los jóvenes sumado a la implicación de veteranos como Apoño, Roberto o Postiga. Jiménez, con las armas que tiene, decidió ir a por el partido y esta vez salió bien. No fue un gran partido, desde luego, pero fue un partido inteligente y el premio con el gol del luchador delantero portugués a centro de Ortí es el perfecto resumen de nuestra realidad.
Ni podemos condenar al equipo en 2 jornadas, ni debemos creernos que este año las cosas van a ser distintas. Solo se han jugado 2 partidos y todavía es escaso bagaje para hacer cábalas. Aún deben llegar fichajes, aún debemos conjuntar y completar la plantilla. Esto no ha hecho más que empezar y no hay datos procesables suficientes como para aventurar si algo ha cambiado. Pero permitidme decir que ver la clasificación y no tener que buscar al Real Zaragoza entre los 5 últimos es simplemente un tremendo alivio. Que nos dure, que nos lo hemos ganado a pulso.
Por Gualterio Malatesta
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