Ya están aquííí… | La Lupa
Real Zaragoza 0 – 3 FC Barcelona
La familia Freelings se ha quedado dormida frente al televisor. Suena el himno americano y la pantalla se queda en blanco. Algo extraño emerge del monitor. El temblor despierta a los padres que, sobresaltados, tan solo ven a la pequeña Carole Anne que se gira hacia ellos lentamente susurrando una frase que se ha hecho un hueco en la historia del cine de terror: “They`re here”, una frase que sirve para describir cualquier situación en la que ya, por fin, uno es consciente de que el mal se ha manifestado. Para el Real Zaragoza podemos decir que los fantasmas del descenso…ya están aquí.
La relativa calma que se generó en la primera parte de la temporada ya no existe. Tras tres años de lucha (cada año más apurada), la afición se agarraba a cualquier atisbo de recuperación. Y así fue durante un tiempo. El Real Zaragoza de hace cuatro meses llevaba una proyección de absoluta tranquilidad. Asusta recordar que, bien entrada la liga, se estaba por delante de Sevilla o Rayo. Hemos asistido a una degeneración progresiva de la que no se encuentra salida. Diversas causas que no merece ya la pena nombrar iniciaron la mecha, y ahora la culebra del horror mide catorce partidos sin ganar.
No parecía el Barcelona el mejor rival para salir de la crisis. Sin embargo, con todas las bajas, no era el Barcelona más potente de los últimos tiempos. El principio del partido mostró la posibilidad de robarles balones en el centro del campo, pero ninguno llegaba a entrar en zona de peligro. El Zaragoza pecaba de ansiedad, de pelotazo largo y de escasa combinación de pases. En cuanto los culés despertaron un poco, se acabó el partido. Con un gol en contra, el equipo se derritió y empezó el martirio.
Como decía la pequeña de Poltergeist: Ya están aquí, sí, ya están aquí los fantasmas del pasado, con toda su carga de penuria y de sensaciones angustiosas. Volvemos a recordar cuando mirábamos los mapas del infierno, cuando sentíamos el soplo gélido del descenso en nuestras nucas. Las señales de alarma se multiplicaban el domingo sobre el campo: un equipo inerte, incapaz de hilvanar juego, dió paso al último escalón, como son los errores individuales. Cuando eso aparece, es que se ha llegado a un nivel de bloqueo y nerviosismo difícil de revertir. Dichos errores arrancaron de la grada abucheos y algunos aplausos irónicos, además de indignación y espaldas.
El poltergeist ha empezado: el entrenador ha sido movido de su altar y a su alrededor se agitan los jugadores como juguetes en un trastero embrujado. En lo más profundo de la casa se encuentra el monstruo, pero hasta ahora ningún exorcista ha sido capaz de acabar con él. Nadie ha sido capaz de desentrañar el cementerio indio sobre el que construyó su piscina.
¿Hay esperanza? ¿Hay alguna luz hacia la que ir? ¿Es una luz benéfica o es un engaño? ¿ Es Poltergeist una película de Spielberg o de Tobe Hopper? Demasiadas preguntas. En todo caso, siete partidos por delante y un punto no pueden desanimarnos, después de lo que hemos vivido estos años, o sea que…welcome to hell again, friends!!!
Por Ron Peter
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