El caganer | La Lupa

Dep. Coruña 1 – 1 Real Zaragoza

Un caganer es una figurita de nacimiento que se suele colocar en los belenes, como tradición en Cataluña, normalmente escondida en un rincón, detrás de un arbusto, agachada representando que está haciendo sus «necesidades». Tradicionalmente, el caganer era un campesino ataviado con la indumentaria tradicional catalana, pero en la actualidad se han realzado todo tipo de versiones del caganer, utilizando a menudo la imagen de personajes populares de políticos con Barack Obama o deportistas como Puyol o Rafa Nadal. Si tuviésemos en Aragón una figura similar, el primer candidato a ser inmortalizado en esa postura sería Paco Herrera.

Si contra la Ponferradina se demostró la inexistencia de carácter y de dominio de la situación en el centro del campo, con el Deportivo se palió esa limitación con la entrada de Movilla y José Maria, que puntearon mejor las evoluciones del mediocampo gallego. Esta lucha de poder conllevó una primera parte trabada y disputada, con escasas oportunidades por ambos lados y quizás con cierta superioridad zaragocista en el control del juego.

Desgraciadamente el bajón físico de Movilla propició el derrumbe del equipo, que se dedicó en la segunda mitad a sofocar las acometidas locales. En una jugada ensayada a balón parado, Víctor Rodríguez consiguió un gol decisivo y a los pocos minutos fue expulsado el deportivista Luisinho. 0-1 a favor y con un jugador más, este partido a la buchaca… qué va. Paco Herrera “el caganer” comenzó una sucesión de cambios erróneos, con presencias incomprensibles y repetidas como la de Cidoncha y la aparición de un tercer central, Laguardia, un mensaje evidente de que sólo pretendía montar nuevamente la defensa de la Puerta del Carmen colgados del larguero de Leo Franco. El Deportivo, ante tanta facilidad para dominar, aprovechó el regalo y obtuvo un empate justo, gracias a la suma ineptitud de los zaragocistas en la defensa de una falta.

Han transcurrido diez jornadas y el Real Zaragoza es un equipo nada trabajado, en el que los movimientos ofensivos dependen de la inspiración de un buen grupo de atacantes, en el que el centro del campo es incapaz de dominar partido alguno por su falta de calidad y de físico, y en el que la defensa es burlada con relativa facilidad por las bandas y superada por alto en el centro. No se ve mejora táctica alguna, es más, en vez de corregir errores se aumentan. En el aspecto físico los jugadores se muestran superados por los rivales, más contundentes en sus movimientos. Solamente la calidad de los jugadores de la vanguardia nos está manteniendo cercanos a los puestos de play-off.

No existe aspecto en el que se demuestre el trabajo de Paco Herrera, un entrenador que está demostrando su falta de recursos constantemente. Debe ser muy majete, puesto que los medios de comunicación, en vez de resaltar lo obvio, que no es el entrenador necesario para obtener el ascenso, único objetivo de esta temporada, descargan culpas contra todos excepto para él. Pero si de verdad se pretende el ascenso, que está por ver, con Paco Herrera va a ser imposible, puesto que desprende en sus actuaciones incapacidad y tristeza. Su cese debería ser inmediato.

Por Jeremy North

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