Un claro en la selva | La Lupa

Real Zaragoza 3 – 0 Tenerife

Al más puro estilo de los guiones baratos, en los que al protagonista se le van acumulando las dificultades hasta rozar el ahogo, así se encontraba el Real Zaragoza de este principio de temporada cuando afrontaba al Tenerife. Cualquier cosa que no fuera la victoria hubiera resultado insostenible para todos. Había que ganar, y se ganó. Además, se ganó con cierta holgura, lo cual hace más llevadero el análisis y además, abre una puerta a la esperanza.

La derrota contra el Lugo y la posterior eliminación de la Copa vinieron a mostrarnos una dura lección: el entrenador no terminaba de encontrar la tecla adecuada. Además, demostró la escasa calidad, natural o inducida, de algunos jugadores. Así es como nos ha quedado la cosa tras varios años de destrucción Agapítica. El mensaje estaba meridianamente claro, el Real Zaragoza es un equipo más de segunda división. El objetivo del ascenso es un deseo legítimo, pero se podía convertir en un objetivo utópico. Ahora mismo, la categoría de plata se percibe como un ovillo de conjuntos similares, como un emplasto informe donde no se ven favoritos ni condenados. Pero eso puede cambiar muy pronto. Por eso había que ponerse las pilas cuanto antes.

El día del Lugo, que guardaremos en la memoria como referencia de lo inapropiado, los problemas fueron de todo tipo. Los jugadores no se movían. Cuando eso pasa, puede ser por varias razones: por falta de escrúpulos (jugadores malvados), por falta de actitud (jugadores indolentes), por falta de entereza ante la adversidad (jugadores endebles) o por falta de directrices correctas (jugadores desorientados, que no saben a donde correr ni a quien pasar). Las dos últimas parecían las más probables. Ambas se pueden arreglar desde el banquillo.

El equipo saltó al césped un poco más enchufado y aunque durante la primera parte el dominio fue más voluntarioso que próspero, al menos se veían intenciones. Se habían cambiado algunas piezas. Henriquez se reveló como una solución más ágil para el ataque. Bastó una jugada en la que se metió en el área y disparó a bocajarro para arrancar el aplauso del personal. Había peligro.

Pero no era suficiente, y en el descanso, el entrenador movió ficha. La apuesta por un Victor Rodríguez agitador de partidos en las segundas partes, le salió bien en esta ocasión. El delantero transformó un fantástico gol de falta como hacía tiempo que no se veía por estos lares. El Tenerife, que hasta el momento había tenido algunas ocasiones muy peligrosas, pero marradas, empezó a descomponerse. La llegada del segundo gol fue decisiva. A partir de ese momento, el equipo iniciaba una nueva obligación: gestionar la ventaja con concentración y sin nervios. Y para eso nadie mejor que Movilla.

Viendo la segunda parte, a uno le dan ganas de pensar: “coño (con perdón), si es que no es tan difícil, solo hay que jugar a fútbol”. Parece fácil, pero es así. EL balón podría no haber entrado, pero entró, y entró porque Victor es un jugador que hoy en día marca la diferencia. Su velocidad está por encima de la categoría, y si está en racha (como parece ser) hay que darle cancha. También, con 2-0, los jugadores podrían haberse nerviosos y empezar a perder balones, y dejarse marcar y….bueno, pues para eso está un chavalín tranquilo llamado Movilla, que casi no tiene experiencia ni nada, para leer los partidos y marcar los tiempos.

Más cosas buenas: no es en absoluto baladí pararse a analizar la presencia de Laguardia y Rico en la defensa. Cumplieron, y tienen virtudes. Sobre ellos ha de asentarse el futuro por la zona defensiva, y sumarse a los Victor, Henriquez, Montañés y Alvaro como piezas primordiales. Además, pueden servir de llave para otros canteranos que puedan llamar a esta puerta que parece se ha abierto.

Por algo se empieza. Si poco a poco se van enchufando más jugadores, habrá equipo como para desenvolverse con dignidad. Se ha abierto un claro en esta selva llena de trampas en la que nos hemos visto metidos por culpa del Destructor y sus sicarios. Pero hay que seguir dando machetazos. Las plantas carnívoras crecen muy rápido a nuestro alrededor y no hay que relajarse. Hay que asentarse cuanto antes en la vereda correcta.

Por Ron Peter

aupazaragoza

Deja tus comentarios el foro de AupaZaragoza.com. El Real Zaragoza es nuestra pasión.

Comentarios

(required)