A cara o cruz con lo puesto | La Lupa

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Racing 0 – 2 Real Zaragoza

El Real Zaragoza ganó el pasado domingo en El Sardinero, un viejo estadio con sabor a partidos complicados, a barro y pelea, un encuentro que trae al recuerdo nombres que suenan a mito como Chinchón, Damas, Arteche, Radchenko, Mutiu Adepoyu, Quique Setién, el llorado Manolo Preciado o, más recientemente, los de Marcelino García Toral, Zigic y Munitis. Al final de los noventa y pico minutos regresaron sensaciones gratas y lejanas, como una victoria tras cinco partidos sin conocerla, el debut como titular de un canterano de enorme futuro o el que se rompiera el maleficio que este año nos perseguía con los encuentros matinales. Pero lo ocurrido en Santander tiene también otras lecturas.

En primer lugar hay que seguir hablando del peculiar maleficio que nos persigue este año; si ya sonaba a maldición bíblica la grave lesión sufrida por Eldin en uno de los entrenamientos semanales, dolencia que posiblemente lo tendrá aparcado lo que queda de temporada, a los zaragocistas estuvo a punto de parársenos el corazón cuando nos enteramos que poco antes de iniciarse el match José Fernández se caía de la alineación por unas molestias. A lo largo del partido, Borja Bastón y Lolo vieron cómo se les cerraba el ciclo de tarjetas amarillas, y serán baja frente al Alcorcón, mientras que una vez terminado se comentaba entre bastidores que Nacho Insa lo había acabado con llamativos dolores en una pierna. Queda claro que nos ha mirado un tuerto y que a las limitaciones de calidad y cantidad en la plantilla hay que sumar una especie de desgracia continuada. El partido frente al Alcorcón se presenta otra vez como una especie de rompecabezas maldito.

Expertos y aficionados entran tras cada encuentro en la a veces subjetiva tarea de valorar la actuación de los jugadores; del disputado en la mañana de ayer cabría sacar a la luz varios nombres: la seguridad que va cogiendo Alcolea, la enésima demostración de que Vallejo es una boyante realidad con un techo que aún no se conoce, la necesidad de que reaccionen jugadores que andan a la baja como Pedro y Galarreta, la satisfacción de tener un goleador implacable como Borja o el que Mario volviera a ser el que era hasta su lesión. Pero puestos a escoger, me quedaré con tres nombres respecto de los cuales me gustaría profundizar más.

En primer lugar quiero hablar de Sergio Gil; se ha comentado en los medios esta semana que se trata de un futbolista apuntado en negrita y con subrayado en la lista de los técnicos blanquillos y que sólamente una molesta lesión en pretemporada le impidió llevar una trayectoria paralela a la de Vallejo. Efectivamente, el chico no parece una promesa más, sino que como el central de las Delicias, tiene hechuras de jugador de primer nivel y debería formar parte ya de la primera plantilla. Personalmente, no le doy importancia al hecho de que no jugara en su posición habitual, porque de eso también se aprende, los futbolistas polivalentes son muy valiosos y lo importante es que coja confianza y, fundamentalmente, tenga minutos. Hará bien el Zaragoza si sus técnicos se habitúan a confiar en los valores más importantes desde juveniles, porque como se demuestra con casos como Zapater o Ander Herrera, cuando se tienen condiciones la edad debería ser más una ventaja que un obstáculo para triunfar. Vallejo y Sergio Gil habrían de ser los cimientos del Zaragoza del futuro, siempre que nadie tome decisiones esperpénticas –no es de esperar- y la codicia de los grandes y las angustias económicas del club corten de cuajo la carrera blanquilla de los jugadores, algo que ya pasó con Cani y Ander Herrera.

Lolo jugó ayer un buen partido; he de admitir que al conocer la lesión de Fernández e intuir la nueva ubicación del onubense, me temblaron los pinreles, pero a la hora de la verdad el futbolista cuajó un encuentro serio, sacó bien la pelota y junto a Mario formaron un dúo central en el que se notaba la veteranía y el saber estar. Lolo había estado desacertado en sus anteriores encuentros en el eje de la defensa, culminados con una actuación desastrosa en el “Insular” tras la que cometió el error de negarse a dar la cara. Ahora bien, tal vez deberíamos ejercitar más la comprensión con los fallos y el perdón con los errores, y valorar que independientemente de que hasta ahora no haya destacado en exceso, no sobra precisamente en la plantilla un jugador de 30 años con 147 encuentros en Primera División.

Y el tercer nombre que me viene a la cabeza es el de Ranko Popovic; las últimas actuaciones del equipo han provocado cierto divorcio del técnico con al menos parte de la afición blanquilla: He de admitir que no era el serbio el técnico que me parecía adecuado para sustituir a Víctor Muñoz, pues hubiera preferido un entrenador con experiencia en España y conocedor de la Liga Adelante, pero junto a decisiones sorprendentes y partidos que se han escapado tal vez por algún planteamiento desacertado, no cabe olvidar sus victorias –algunas llamativas-, así como la larguísima cadena de obstáculos que, como queda dicho, ha tenido en forma de lesiones y sanciones. Queramos o no, con este mister vamos a jugarnos nuestras posibilidades de jugar el play off y, en su caso, el ascenso, y habrá que desear que termine confirmando los valores que le debió suponer quien lo trajo y demostrando a sus detractores que sabe superarse cuando llegan los problemas… porque si queremos subir, lo tendremos que hacer con lo puesto.

Por Falçao

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