La sombra y la diferencia | La Lupa

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Real Zaragoza 2 – 1 Rácing

Desde hace unas cuantas semanas la situación deportiva del Real Zaragoza invita a cierto optimismo. Hacía ya muchos años que no vivíamos un primer cuarto de liga tan positivo, con un equipo que va a más, unos jugadores a los que se ve compromiso y unas expectativas moderadamente esperanzadoras de cara a un deseable regreso al que debería ser lugar natural del club. La marcha de Agapito Iglesias y el acierto de los responsables deportivos a la hora de los fichajes nos ha traído un ambiente distinto a La Romareda, lugar donde este año se respira un aire sano y oxigenante que echábamos de menos desde la anterior década. Por desgracia la larga etapa que terminó hace unos meses ha dejado una sombra sobre el club, como unas miasmas malignas que siguen acechándonos y ahora amenazan con dejar en agua de borrajas las esperanzas surgidas a finales del tremendo mes de julio que nos tocó sufrir a los zaragocistas.

El partido del Racing llegaba en un momento en el que las gratas sensaciones deportivas habían quedado oscurecidas por la tremenda noticia de la situación angustiosa que ha provocado la radical postura de Hacienda ante la deuda blanquilla, sin olvidar el acoso procesal creciente derivado de las investigaciones que la Fiscalía Anticorrupción realiza con el Zaragoza como sospechoso. Las renovadas ilusiones del zaragocismo amanecían el sábado amenazadas por un Racing en alza, el miedo a que la situación extradeportiva influyera negativamente en los futbolistas blanquillos y la angustia de que todo se terminara yendo al traste independientemente del mejor o peor resultado del encuentro inminente.

Pero ya sabemos eso de que “fútbol es fútbol”, una frase que no tiene que tener siempre connotaciones negativas y cuando pasadas las 8 de la tarde del sábado los seguidores del equipo del león salíamos de nuestro vetusto estadio nos habíamos olvidado de amarguras y temores y vivíamos de lleno la euforia que produce un triunfo en el último instante, por mucho que el partido no hubiera sido nada bueno, quedaran reflejados puntos oscuros en el juego del equipo y hasta sintiéramos –a mi al menos me ocurrió- cierta pena por la animosa y amable afición cántabra que había recorrido un buen número de kilómetros para ver como su equipo perdía en la orilla un punto que se había ganado a pulso en el agua.

La sombra negra del derrumbe sigue, por desgracia, viva, pero son días para aparcar el pensamiento en los jinetes del Apocalipsis, y valorar esos detalles que diferencian al actual Zaragoza de ese equipo sin norte ni identidad que hemos visto deambular con toda la pena y ninguna gloria por el césped en los últimos tiempos. Así ya podemos decir que tenemos ídolos, y aunque todavía no sean de lujo y haya que esperar que avance la competición para que lo confirmen, cabe hablar de un defensa, Mario, que manda y lidera a sus compañeros de zona, rebosando sabiduría y colocación, un jugador de enlace, Eldin, al que le vemos detalles que en su momento observamos a atacantes como Pardeza, Cani o D’Alessandro y un ariete, Borja, que cada día que pasa nos confirma que no es sólo un cazador del área.

En el foro de Aupa y en la magnífica crónica que me precede ya se ha hablado de las lagunas y disfunciones que hubo en el partido, hoy prefiero mencionar las diferencias positivas respecto al errático conjunto que nos amargó la mayoría de las tardes del curso pasado, y a las ya citadas cabe añadir el buen partido de Alvaro Tierno, perfectamente definido por Víctor Muñoz en su rueda de prensa –si procede habrá que recordárselo-: “ha demostrado que se puede contar con él como uno más de la plantilla …” yo añadiría que debe de ser considerado como el indiscutible tercer centrocampista. Y podríamos seguir hablando de la pelea de William José, el trabajo constante de Dorca, la mejoría defensiva –que no ofensiva- de los laterales, el “ser distinto” de Jaime –ese gol había que saber meterlo- o la comprobación de que Vallejo sigue jugando como un veterano y de los buenos.

Mientras tanto la Liga sigue, considero que el Zaragoza se encuentra en el mejor sitio posible: se sigue progresando y se evita el desgaste de ir a la cabeza, los aficionados vemos ahora al equipo con ojos más agradecidos y comprensivos a la vez … confiemos cada uno en quien considere para tener la certeza de que, como cantaban los altavoces en el intermedio, “mil banderas ondearán en las torres del Pilar …” hoy, mañana y siempre.

Por Falçao

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