Lloviendo sobre mojado | La Lupa
Real Zaragoza 3 – 3 Huesca
El postrero gol de la Sociedad Deportiva Huesca, que firmaba las tablas en el mal llamado derbi aragonés (para ser derbi, debería tener algo de tradición), supuso un nuevo jarro de agua fría sobre la hinchada blanquilla. Como la tarde dominical, la grada del vetusto estadio zaragozano quedó desangelada, fría, salvo la esquina ocupada por los vecinos oscenses que celebraban el empate como si fuera la consecución de un título se tratara, jolgorio típico de los goles en el descuento.
La gravedad principal de este nuevo mazazo es que llueve sobre mojado. Como ante el Numancia, se escapan dos puntos que estaban en el zurrón. Nuevamente tras graves despistes defensivos.
Por otro lado, y pese al cambio de sistema inicial, el juego del equipo tampoco mejoró, siendo superado por el cuadro azulgrana durante la primera parte y un tramo de la segunda.
Lluís Carreras no lo va a tener fácil. Por un lado, tiene mucho trabajo para cambiarle la faz a un equipo que Popovic dejó nulamente trabajado, sin identidad ni recursos, además de tener que seguir cargando con las bajas de larga duración que ya sufrió el serbio. Por otra parte, sus métodos más rigurosos y menos aperturistas, más profesionales y cercanos al estilo que se lleva, por ejemplo, en Inglaterra no le van a granjear simpatías en los medios de comunicación, aspecto el mediático que fue de lo poco que supo manejar el anterior entrenador.
En este ambiente, es necesario que el nuevo preparador no cometa errores como el del primer tiempo. El equipo quedó partido en dos y el centro del campo en manos oscenses, lo que propició que el equipo azulgrana se hiciera amo y señor del tiempo del encuentro y generar mejores oportunidades que el cuadro blanquillo.
Por fortuna, los cambios fueron muy acertados y con incidencia en el marcador. Con Diamanka y Ortuño el equipo mejoró y le dio la vuelta al marcador. Sin embargo, un nuevo error colectivo dio al traste con la remontada.
Estos errores colectivos deberán ser subsanados por parte de Carreras, incidiendo en la concentración y trabajando en la colocación de sus hombres.
Carreras necesita además nuevas caras en la plantilla. Para poder aproximarse a la idea de fútbol que lleva en la cabeza necesita un mínimo de dos incorporaciones: un delantero de perfil distinto a lo que hay y un centrocampista con mayor creación de juego, sobre todo con último pase.
Narcís Julià tiene mucho trabajo este mes. Es imprescindible acertar en lo que venga y que eleve el nivel de la plantilla. Con lo que se tiene actualmente no alcanza para el ascenso directo, y los play off son una lotería.
La afición zaragocista necesita creer en algo, hallar motivos para la esperanza y la ilusión, y por ello urge incorporar gente al equipo y empezar a sumar victorias.
Por Kicooper
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