Ofrenda floral | La Lupa
Albacete 1 – Real Zaragoza 3
El Real Zaragoza aportó su granito de arena al ambiente festivo que se respira en la ciudad y realizó su particular ofrenda, en forma de victoria y el mejor juego del año. El partido en el Carlos Belmonte supuso una alegría para la sufrida afición blanquilla, tanto por la comodidad de la victoria como por la evidente mejora del equipo en su propuesta futbolísitca.
Dentro de una gran labor coral, el «pregonero» de las fiestas de ayer fue Alfredo Ortuño. El delantero, que en los primeros compases de la temporada había despertado enormes dudas por sus apáticas actuaciones saliendo desde el banquillo, floreció en tierras albaceteñas de manera espectacular. Colaborativo, fuerte, decidido en sus acciones, generoso y acertado en el remate en la primera parte, Ortuño fue la punta de lanza de un sistema que funcionó ayer a la perfección durante la primera parte.
El sistema adaptado en las últimas jornadas, curiosamente el propuesto por Martín González, parece sacar más rendimiento de la plantilla. Esta jornada pudo apreciarse una mayor presión a la salida de balón del rival, que en varias ocasiones trajo consigo una rápida recuperación del balón en campo ajeno. La labor sorda de Diamanka y Wilk en este sentido tuvo mucho que ver en el buen funcionamiento colectivo, que mejora en las ocasiones en que los extremos apoyan en la presión.
En la creación de juego, la presencia de Erik Morán también ha tenido un efecto muy positivo. Sin alardes ni detalles efectistas, Morán permite una salida más aseada del balón, sin recurrir a los frecuentes pelotazos del inicio de temporada. Resulta sorprendente, dado su rendimiento, que tanto Morán como Diamanka hayan tardado tanto en aparecer en el once inicial.
Es de justicia destacar también la entereza moral del equipo para sobreponerse a una semana muy difícil, con numerosas bajas y la desagradable noticia de la lesión de larga duración de Jaime. La gran actuación colectiva permitió que no se notase ninguna de las ausencias, lo que resulta meritorio teniendo en cuenta que entre estas ausencias se encontraban jugadores de gran importancia en el plantel, como Vallejo.
En lo negativo se encuentra el apartado defensivo. Pese a no sufrir apuros para conservar el resultado, sí se observaron desequilibrios que permitieron al Albacete llegar con claridad en varias ocasiones a la meta de Manu Herrera. Conviene encontrar una solidez defensiva mayor, dado que ante rivales de mayor entidad y en partidos más ajustados que el de ayer estos desequilibrios pueden ser decisivos.
A pesar del buen sabor de boca que deja la fiesta zaragocista en el Carlos Belmonte, hay que evitar la resaca fiestera y que las buenas sensaciones sean flor de un día. Hay que regar esta mejora con nuevas victorias, de manera que florezca aún más el equipo.
Dos pruebas de fuego aparecen en el horizonte de esta semana fiestera. En primer lugar, la primera eliminatoria copera en varios años en la Romareda. Sin ser el objetivo, la Copa sí podría ser un aliciente y dar lugar a que algún grande visite la Romareda, de manera que se recuerden tiempos mejores. Además, qué mejor esta semana que irse una noche de copas.
Por otro lado, el domingo visita el Club Deportivo Tenerife la Romareda. Rival que, pese a encontrarse en malos momentos como los blanquillos, recuerda a tardes de buen futbol en Primera. Este partido será el gran examen para el equipo, donde se apreciará si la mejora ha sido algo puntual o el equipo realmente está adquiriendo una identidad solvente para pelear el ascenso.
La ofrenda realizada en la tarde de ayer a todos ha dejado contentos, pero lo realmente importante es volver en junio a la Plaza del Pilar a ofrecer el ansiado ascenso, ese ascenso que aleje los fantasmas bien lejos.
por Kicooper
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