Y de repente, una isla de paz | La Lupa

Y de repente, una isla de paz | La Lupa

Mallorca 0 – 0 Real Zaragoza

Otras veces la visita a la isla de Mallorca venía envuelta en una atmósfera inquietante. En la memoria de todos está ese último partido de liga, hace unos años, que supuso el penúltimo descenso en un partido en el que el equipo dependía de sí mismo, pero no supo ganar. Mucho ha llovido (y no poco aquel día) desde entonces. Han sido años ominosos, en una etapa oscura de la que aún no hemos salido del todo, y en la que nos hemos acostumbrado a vivir sin demasiadas concesiones al optimismo. Por eso resulta extraño ver que el equipo lleva siete jornadas sin perder, es el equipo que menos goles ha recibido, y se encuentra tras doce jornadas en puestos de ascenso directo.

Resulta extraño ver cómo de pronto, todo se ha calmado y nos encontramos en una repentina isla de paz. El principio de liga no alentaba al optimismo, y las dos derrotas en casa supusieron dos losas de penuria, además seguidas, que abrieron el melón del sufrimiento. El entrenador Ranko Popovic estuvo un par de semanas en el ojo del huracán, pero supo salir del mal paso y su habilidad para saber interpretar los vientos y escuchar los consejos le ha librado de ser demolido por los acontecimientos. De momento.

El Real Zaragoza se ha convertido en una máquina reconocible y efectiva. Construida, como dicen los viejos cánones, de atrás hacia adelante. Sería injusto dejar de reconocer lo importante que es la contribución defensiva de las líneas del centro y del ataque. El equipo sabe ejercer una presión constante, y sus componentes ganan cada día un poquito más de coordinación. La misma posesión del balón es un poderoso argumento para no pasar desasosiegos insanos en medio de un partido. En Mallorca el equipo salió con convicción, y se plantó bien en el campo al principio, aunque tuviera después que padecer algún susto.

Pero… ¿Es esto todo a lo que se puede llegar? ¿A dejar a cero la portería propia, y luego,” si eso”, tratar de colar alguna? En Mallorca, a diferencia del partido de Gerona, hubo ocasiones cercanas que podrían haber supuesto goles. Pero es lo que le falta a este equipo, un poquito más de acierto en el área, una chispa de pimienta. Puede llegar, démosle una oportunidad a la paciencia. Y si no, habrá que buscar apósitos que aporten efectividad.

Resulta extraño, sí, después de 100 partidos, estar ya ahí, en el sitio al que se quiere llegar. Pero esta paz tan abrupta y silenciosa resulta también inquietante, como esos escenarios idílicos que se nos ofrecen en los cómics costumbristas o en las series de TV americanas, en los que todo el mundo es feliz dentro de la comunidad, y los recién llegados saborean encantados las tartas de arándanos de sus vecinos. Sí, todo es azul y bello en Alexandría, pero por la noche se oyen los gemidos de los zombies al otro lado de la valla. Ellos están afuera, son muchos, y quieren comérsenos. Hay que resistir, hacer la valla más fuerte y aplicar esfuerzo y constancia para ir ganando partidos. Y después, ya veremos que nos depara el futuro.

Por Ron Peter

aupazaragoza

Deja tus comentarios el foro de AupaZaragoza.com. El Real Zaragoza es nuestra pasión.

Comentarios

(required)