Los antiguos astronautas | La Lupa

Los antiguos astronautas | La Lupa

Extremadura UD 0 – 3 Real Zaragoza

Las pirámides de Egipto, las líneas de Nazca o las ruinas de Gobekli Tepe son algunos de los muchos lugares de nuestro planeta en los que permanecen las huellas indiscutibles de la presencia de extraterrestres en tiempos remotos. O al menos eso sostienen los llamados “expertos en los antiguos astronautas”, una estirpe de iluminados que últimamente prolifera por algunas cadenas televisivas, en documentales de buena factura técnica, con un estilo ágil y atractivo, que atrapa a los espectadores valiéndose de una mezcolanza de datos científicos o arqueológicos reales con elucubraciones paranoides que oscilan entre la curiosidad por lo casual y el puro sonrojo. El fundamento de su teoría consiste en atribuir causas extraterrestres a la brillantez de las civilizaciones de nuestro pasado. En la condición humana siempre reside la añoranza por un pasado mejor. Como individuos miramos con ternura a nuestra infancia o adolescencia. Como sociedad nos gusta recrearnos en el recuerdo colectivo de épocas antiguas y doradas.

El recuerdo siempre está ahí. Es la señal de que las cosas una vez existieron. Los zaragocistas no olvidamos ese pasado honorable aunque cada vez resulte más lejano. No solo fueron los trofeos, también ese estatus que se disolvió y por qué no, ese juego que de vez en cuando enamoraba. Hoy en día, a veces, y sin ánimo de comparación, en alguno de los partidos actuales, vestigios de buen juego y de actitud activan como varita de mago, aún por un instante, una palanquita en nuestro corazón y dejamos que nos envuelva una vaharada de orgullo por el escudo del león. Son momentos breves, más de consuelo que de gloria, pero buenos momentos, al fin y al cabo.

El partido de este sábado no fue ni mucho menos un partido espectacular o especialmente vistoso. No parece encajar en el canon mágico antes esbozado. Sin embargo, fue uno de los partidos más completos del Real Zaragoza de los tiempos recientes. De principio a fin, el equipo mantuvo una actitud ambiciosa, de afán de dominio, de querer ganar, teniendo enfrente a un rival que venía de cinco victorias consecutivas. De nuevo la chistera de Victor Fernández funcionó, y el centro del campo con Ros, Igbekeme y Guti fue corazón y motor de equilibrio y avance. Un golpe de fortuna abrió la lata y dos canteranos nos dejaron unos golazos que, estos sí, merecerán un hueco en el imaginario blanquiazul, junto a otros grandes goles marcados por los antiguos futbolistas y otras gestas como la del actual División de Honor juvenil, flamante Campeón de España.

Una victoria que aporta calma y satisfacción. No está todavía asegurada la permanencia, pero está más cerca. Contrariamente a lo que parece indicar su posición en la tabla, el Real Zaragoza no parece un equipo mediocre ni agónico. Más parece un equipo que sabe jugar bien al fútbol pero al que de vez en cuando se le apagan las luces. Amen de las lesiones y los árbitros -que bien se juega cuando los árbitros te dejan-. La clasificación parcial de la liga desde que Víctor está en banquillo no ofrece dudas. El equipo estaría en puesto de promoción. Su llegada resultó providencial. Al fin y al cabo fue figura protagonista y uno de los símbolos de la mayor gesta de nuestra Historia. Pensando en aquellos buenos tiempos pasados del Zaragoza no está de más hacerse esas grandes preguntas que tanto gusta hacer a los expertos en los antiguos astronautas:

¿De dónde vinieron?, ¿Qué dejaron tras de sí?, ¿A dónde se marcharon?

¿Volverán?

Por Ron Peter.

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