La confirmación del sufrimiento próximo | La Lupa

La confirmación del sufrimiento próximo | La Lupa

Real Zaragoza 0 – 2 AD Alcorcón

Dos puntos. Dos puntos es la distancia que separa al Real Zaragoza tras la derrota del pasado Domingo en Alcorcón de los puestos de descenso. Dos puntos por encima del descenso estando a mitad de Abril.

La situación es muy crítica. Ahora mismo el Real Zaragoza se juega la supervivencia (literalmente) en las ocho jornadas (siete para ser más precisos) que quedan hasta el final de la competición. Siete finales donde el Real Zaragoza se jugará el continuar en la categoría o adentrarse a un pozo con un futuro tremendamente incierto.

En el año que parecía ser el año para ascender de una vez por todas tras lo sucedido la temporada pasada el Real Zaragoza se encuentra al filo del foso. En un año se ha pasado de un extremo a otro: de tener muchas opciones para ascender a tener que pelear por no caer en el descenso.

Nos dicen esto hace un año y no nos lo hubiésemos creído.

El Real Zaragoza ha ido a pique. En una temporada cuyo inicio parecía esperanzador el equipo se ha venido totalmente abajo. Y la remontada que comenzó a finales de Diciembre con la llegada de Víctor Fernández es historia. Los fantasmas que sobrevolaban el seno zaragocista en aquel entonces y que parecían haber desparecido (de hecho durante varias jornadas hubo razones objetivas para pensar en un puesto de play off) no solo han vuelto si no que se han asentado con fuerza. Y se han asentado cuando quedan ocho jornadas para el final del campeonato donde el margen de maniobra es más reducido.

Algo sucede en el Real Zaragoza. Algo ocurre en las entrañas de este club que pudre todo. Porque aquí todo se pudre, todo va a peor y nada termina de funcionar. No sé lo que es pero sé que existe. Únicamente hay que ver el devenir del club para poder afirmarlo.

Nadie parece capaz de remontar el caos que parece ser el Real Zaragoza. Lalo Arantegui, quien realizó un muy buen trabajo la temporada pasada ha fracasado estrepitosamente y ha quedado muy cuestionado. El equipo, cuyo bloque era el mismo que el año pasado estuvo a punto de ascender, se ha venido abajo. Y Víctor Fernández, quien cambió a mejor el equipo en una jornada e inició una recuperación esperanzadora, no ha terminado de cumplir su objetivo.

El encuentro del pasado Domingo fue un nuevo ejemplo de que parece que es imposible que el Real Zaragoza remonte. Un encuentro donde visitaba La Romareda un Alcorcón en horas muy bajas que había pasado en unos meses de liderar la categoría a ver relativamente cerca los puestos de descenso. Un equipo que llegaba a La Romareda tras cosechar cinco encuentros sin ganar para enfrentarse a un Real Zaragoza que realizó un buen partido en Cádiz donde se le escapo una victoria segura de forma inexplicable en el que parecía un encuentro para el desquite. Pero nada de eso sucedió.

El Alcorcón tuvo la puntería que le faltó a un Real Zaragoza que lo intentó y que en algunos momentos del partido realizó cierto buen juego y creo ocasiones. Con mucho acierto y pocos méritos el conjunto madrileño finiquito un encuentro y profundizo en la herida zaragocista. Otros tres valiosos puntos que se fueron del seno zaragocista.

Como indicaba anteriormente la situación es muy crítica. Porque estar a dos puntos del descenso a falta de ocho jornadas para la finalización del campeonato lo es. Pero además, si analizamos el juego del Real Zaragoza, hay dudas de que este equipo sea capaz de remontar la situación.

El Real Zaragoza se encuentra en una situación muy parecida a la de hace dos años cuando César Laínez cogió a un equipo que se iba de forma irremediable a segunda división B. Aquella temporada, la 2016/2017, fue una de las peores campañas en mucho tiempo con opciones muy serias de descender y que, de no haber sido por el encuentro en Girona donde al equipo catalán le servía el empate para ascender, vamos a ver que hubiese sucedido en el encuentro siguiente que cerraba el campeonato y donde el Tenerife se jugaba entrar en play off. Aunque es mejor no pensar en ello para evitar escalofríos.

De nuevo la misma situación que hace dos años. De nuevo el saber que va a tocar sufrir hasta el final. De nuevo la confirmación del sufrimiento próximo. De nuevo a volver a pasarlo mal.

Creo que por fortuna llega esta semana el parón correspondiente al encuentro del Reus donde el Real Zaragoza descansará esta jornada y sumara los tres puntos. Si el Extremadura pierde la distancia aumentará a cinco  puntos lo que ayudará a que el próximo encuentro ante el Córdoba tenga una menor presión para el Real Zaragoza. Pero en esta circunstancia el conjunto zaragocista será un mero espectador sin posibilidad alguna de influir en ella.

Víctor Fernández debe aprovechar este parón para reorganizar el equipo. Fue capaz de hacerlo en tiempo record el pasado Diciembre y ahora debe de volver a hacerlo. No sé ni cómo ni si será capaz de volverlo a hacer. Pero algo hay que hacer para revertir cuanto antes esta situación tan crítica.

Quedan siete jornadas. Siete finales donde el Real Zaragoza se juega la vida en toda la extensión de la palabra. Siete finales y un solo objetivo: salvarse lo antes posible.

Ah, un detalle que me olvidaba, cuando todo esto acabe (para bien o para mal) creo que será momento de pedir muy en serio muchas responsabilidades.

Por Cuñao.

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