Consistencia y confortabilidad | La Lupa
Cádiz CF 1 – 1 Real Zaragoza
Howard Hawks fue uno de los mejores directores de cine de la historia y un representante del Hollywood clásico, que realizó películas de todo tipo de géneros, destacando en el cine negro, en las comedias y en el western. Dentro de este último género, Hawks propuso una tetralogía que tienen en común el protagonismo de John Wayne: Río Rojo, Río Bravo, El Dorado y Río Lobo.
Río Lobo tiene una trama de traiciones y amistades, situada tras la guerra de secesión americana, y supuso el testamento cinematográfico de Howard Hawks. En ella, un John Wayne veterano, torpe y cansado, tiene una escena con la bella Jennifer O´Neill, en la que ésta se acuesta más sobre él para resguardarse de una fría noche que pasan a la intemperie y le confiesa que confía en su caballerosidad pues a su lado se siente segura ya que… “no sé, me parece usted tan …confortable”, a lo que Wayne responde “¡¿Confortable? Nunca me habían echado semejante piropo”, replica él, asumiendo con humor su condición física y su edad. Y, tras el tiroteo final de la película, otra joven particularmente hermosa a la que los villanos han rajado la mejilla, ayuda a un malherido Wayne a incorporarse. El viejo héroe se apoya en su hombro y ella se lo permite no sólo por ayudarle sino porque junto a él se siente protegida. Wayne, temiendo lo peor, le suplica: “Por favor. No me diga que soy confortable.”. El Real Zaragoza actual se ha convertido en un equipo confortable para su afición y consistente en los resultados, y desde luego mucho menos vetusto que el castigado cuerpo del John Wayne de 1970.
El Cádiz es el líder de segunda división, además de un equipo al que no ha podido derrotar el Real Zaragoza en todas las temporadas en segunda. El miedo entre ambos equipos se mascaba en el césped, porque las defensas dominaban plenamente a las vanguardias y salvo las entradas de Salvi por el carril izquierdo, acompañado de Iza, y que exigieron disciplina defensiva de James y Nieto, no había vía de peligro alguna ni en una puerta ni en la otra. La ausencia postrera de Atienza fue cubierta agradablemente bien por El Yamiq, rápido y expeditivo en el corte y contundente en el juego aéreo.
La reanudación del encuentro no puedo empezar mejor para los zaragocistas, con el bonito gol de Soro. Quedaba toda la segunda parte y el Cádiz decidió adelantar líneas para cambiar el ritmo del partido e impuso una fuerte presión y un gran nivel competitivo. El Real Zaragoza respondió con varios contrataques bien llevados hasta el área rival, en el que se les hizo de noche, en especial con una oportunidad clarísima de Eguaras. Mientras Cristian aparecía decisivamente en un par de remates de Malbasic. Las bandas del Cádiz se convertían en una pesadilla, sobre todo para un Vigaray lejos de su mejor forma, que no pudo con Perea, actor vital en la jugada del penalti que supuso el empate para los gaditanos, en una acción concatenada de errores en el marcaje hasta finalizar con la errónea decisión de Eguaras.
Cuando un equipo realizar un partido de suficiente bajo, como el del Real Zaragoza en Cádiz, muy impreciso en el pase, superado en intensidad por el rival, y con varios jugadores a un nivel inferior al habitual (Guti, Vigaray, Luis Suárez, Eguaras), se tienen que buscar los puntos positivos y, en especial, encontramos el de la enorme dificultad que supone a cualquier equipo superar el entramado defensivo pergeñado (quién lo iba a decir…) por Víctor Fernández y el gen competitivo, que permite luchar resultados incluso cuando se está desacertado. En la Liga Smartbank no vamos a encontrar un rival tan pegajoso como el Cádiz, que imponga un ritmo tan elevado, y se consiguió salir indemne del choque. Seguimos en la pelea, con consistencia y confortabilidad.
Por Jeremy North.
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