El final del sueño | La Lupa

La tragedia sacudió La Romareda el pasado Domingo. Lo hizo, una vez más, de la forma más dolorosa posible.

El Real Zaragoza firmó el Domingo su sentencia. Esa sentencia le condena, otro año más, a jugar en segunda división.

El equipo aragonés ve como se hace trizas el sueño que rozaba con las manos. El ascenso a primera división se escapaba finalmente de las manos. Un ascenso que, en base de la muy buena temporada que el equipo había llevado a cabo antes del confinamiento, parecía cuestión de tiempo, tal y como presagiaban las apuestas de bet365.

Sin embargo, como si una mente cruel y maquiavélica hubiese preparado todo, el destino se encargo de proveer una serie de hechos que hicieron que un equipo con unas altísimas posibilidades de ascender de forma directa, viese como a base de derrotas y de mal juego todo ese trabajo realizado antes del parón se esfumaba.

El equipo murió en Marzo con el parón de la temporada a consecuencia de la pandemia de Covid-19. El equipo llegó hasta ahí. Y ya no hubo forma de levantarlo.

Lo vivido en las jornadas restantes tras la reanudación ha sido patético, triste y lamentable. El equipo que parecía que, esta vez de una forma definitiva, se postulaba como un futuro equipo de primera división volvió siendo un equipo propio de los peores años del agapitismo: incapaz de hacer nada bien.

Los partidos restantes fueron lamentables. El equipo no solo vio como prácticamente le regalaban su puesto de ascenso directo a la SD Huesca si no que podía llegar a peligrar el play off. No obstante el Real Zaragoza, con ciertos apuros, consiguió su siguiente objetivo tras perder el ascenso directo: quedar lo más alto posible en la calificación y entrar en el play off.

Lo que vino tras eso lo sabemos todos. El problema de los contagiados del Fuenlabrada ha sido el mayor espectáculo esperpéntico en la historia del fútbol español que se tradujo, entre otras cosas, en otro nuevo parón sin fecha fija de reanudación, sin saber quien seria el rival y perjudicando muy gravemente a todos los equipos del play off y muy especialmente al equipo que ascendiese al poder planificar la temporada con mucho menos tiempo que el resto de los equipos.

En este limbo el Real Zaragoza sufrió un nuevo varapalo. La marcha de Luis Suárez dejaba al Real Zaragoza sin uno de los dos mejores jugadores de este año. La pésima planificación de la LFP (la cual tuvo tres meses de tiempo para planificar como sería la reanudación de la temporada) tuvo como consecuencia la marcha del colombiano de nuevo a Inglaterra.

El Elche fue el conjunto con el que el Real Zaragoza tuvo que medirse en un play off que parecía que debía de jugarse como fuese y a toda costa aunque después no se supiese que sucedería.

El Real Zaragoza, sin Luis Suarez, tuvo un parón de más de tres semanas para reorganizarse y dejar atrás la pésima racha que llevaba el equipo.

Sin embargo ese parón no sirvio de nada. El conjunto blanquillo volvió de este segundo parón igual de mal. La tragedia estaba en ciernes.

Tras un buen encuentro de ida en el que el Real Zaragoza no supo aprovechar su superioridad numérica durante buena parte del partido la vuelta se solucionaría en La Romareda. Una Romareda que poco menos se había que en un lugar maldito al haber perdido 5 de los 6 partidos disputados hasta la fecha. Pero al Real Zaragoza le servía un nuevo empate a cero para pasar a la final donde esperaba un complicadísimo Girona. Pero eso era otro historia.

Lo que sucedió lo sabemos todos. Y, lo que es peor: se veía venir. Todos vimos venir lo que iba a pasar que fue lo que al final pasó. Un gol del Elche sin tiempo para nada. Sin embargo, para introducir aún más escarnio, Javi Ros olvidaba su buen arte como tirador de penaltis haciendo el absurdo lanzando un penalti a lo Panenka para errarlo poniendo la puntilla a este asunto.

Y así, de esta forma tan bochornosa a la vez que triste y terrible, el Real Zaragoza vio como finalizaba su sueño de volver a primera división.

El Martes Víctor Fernández anunciaba su marcha del Real Zaragoza. Marcha con dignidad al asumir su fracaso. Pero a la vez es una marcha tremendamente cruel, agria y amarga para alguien que ha hecho tantas cosas buenas para el Real Zaragoza. Un «premio» muy triste para finalizar de forma trágica una historia que parecía que, por fin, iba a tener un final feliz.

En su despedida Víctor dijo que si no hubiese habido el Real Zaragoza hubiese ascendido a primera división. Que nadie dude que esas palabras son una rotunda verdad.

A las marchas de Luis Suarez y Víctor Fernández se han ido uniendo las de Puado, El Yamiq, Burgui y Linares. Más otras que se irán viendo en los próximos días.

¿Que sucederá ahora? Ahora vienen días de incertidumbre y tristeza para el Real Zaragoza. Por lo pronto los dos millones menos de límite salarial que dispondrá el Real Zaragoza la próxima temporada dificultan las cosas.

Ahora se aventuran días movidos en los despachos del Real Zaragoza. Por un lado en el apartado de fichajes para conformar un bloque con las altas de Bermejo, Vuckic, Amador y Chavarria y por el otro a nivel judicial para pedir responsabilidades por el grave perjuicio que ha supuesto para el club zaragocista la pésima gestión de este problema por parte de la LFP.

El Real Zaragoza anunció en días anteriores que defendería en los tribunales sus derechos ante este perjuicio recibido. Esperemos que todo esto se traduzca en hechos y no en bravatas. Porque, como he dicho anteriormente, el conjunto zaragocista ha sido enormemente perjudicado por la gestión de toda esta situación.

Con la posible llegada de Rubén Baraja como técnico zaragocista se vienen días de mucho trabajo para iniciar la temporada con el mejor equipo posible con el inconveniente de que empezará más tarde que el resto ya que hasta el Domingl no supo para que categoría debía de preparar el equipo y con cuanto presupuesto iba a contar.

Sin duda la unión de la afición (aunque sea desde casa obligada a ver los encuentros de su equipo por televisión) con el equipo es y debe de ser inamovible y a fondo perdido. Ahora nos vienen días complicados pero pronto volveremos a estar esperanzados con el Real Zaragoza en una temporada que, en vista de la pandemia del Covid-19 y de la gestión de la LFP, no se sabe como se desarrollará.

Al final se verá la luz. Siempre se ve. Pero lo que hemos tenido que vivir estos días ha sido bochornoso, deplorable y triste. Muy triste.

Y ya esta bien. Ya vale.