Sin chaqueta cuando refresca | La Lupa

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Fuenlabrada CF 2 – 1 Real Zaragoza

Al Real Zaragoza le ha cogido el frescor otoñal sin llevar una prenda de abrigo por si acaso. A consecuencia de ello, se trajo un resfriado en forma de derrota de Fuenlabrada. Un partido, por cierto, que jamás tendría que haberse aplazado, dada la milagrosa recuperación que mostró aquella semana la plantilla del Fuenlabrada, capaz de subirse a un avión, disputar y ganar un partido de fútbol escasas horas después de estar buena parte de sus miembros supuestamente afectados con gastroenteritis aguda.

En todo caso, el Real Zaragoza acudió a este partido sintiendo el frescor otoñal, ya fuera en forma de bajas inesperadas de larga duración o necesidad de dar descanso a puntales del equipo con riesgo de lesión. Nada que ver con el esplendor de final de verano con el que hubiera acudido a Fuenlabrada de no haberse aplazado. Ante tal situación, trató de abrigarse con lo que tenía en el armario, cambiando su disposición táctica y empleando a jugadores que habían dispuesto de pocos minutos.

Si bien es cierto que no pasó excesivo frío, dado que el encuentro fue igualado sin superioridad manifiesta de ningún equipo, es evidente que lo que tomó del armario no fue suficiente para que en una par de corrientes de aire hicieran que cayera enfermo. También le faltó que le diera un poco más de calor en forma de amenaza ofensiva.

El centro del campo nunca fue capaz de llevar las riendas del partido. La sombra de Eguaras fue alargada y hubo una alarmante falta de precisión con el balón. Javi Ros e Igbekeme, en especial este último, no estuvieron a buen nivel y de ello se resintió todo el equipo, tanto en su faceta ofensiva como en la defensiva. Tan sólo Guti estuvo a buen nivel, lo que es ya una constante este año.

El centro del campo es clave en este Real Zaragoza. El desempeño del equipo depende en gran medida de si los blanquillos ganan la batalla en esa zona y son capaces de controlar el ritmo del partido. Cuando el cuadro zaragozano es dominador de la posesión y de la medular apenas sufre en defensa y tiene mucho potencial arriba. Cuando sucede lo contrario es frágil defensivamente y le cuesta responder en el área rival.

Tampoco ayudó que Papu y Álex Blanco fueran intrascendentes. La idea de jugar con bandas no salió bien. Es cierto que la falta de precisión en la salida de balón hizo que no dispusieran de muchas opciones, pero también lo es que cuando lo recibían no eran capaces de desbordar o generar peligro. Se trata de algo preocupante dado que se trataba de jugadores llamados a ser clave como fondo de armario.

En el lado positivo, Pombo dio un paso adelante respecto a otros partidos. Forzó el penalti en una gran acción, y a punto estuvo de anotar otro. Todo esto jugando con un golpe muy fuerte en el ojo, lo que deja a las claras el compromiso que tuvo. Es una lástima que ahora deba parar para ser intervenido porque su peso en el equipo estaba creciendo.

El Real Zaragoza deberá buscar prendas de abrigo para pasar el invierno. Mínimo dos delanteros, y sería recomendable un refuerzo en el centro del campo. Mientras tanto, este próximo domingo debería poner todo lo que tiene para derrotar al Mirandés. Una victoria sería como esa taza de chocolate caliente que te tomas un domingo por la tarde en otoño, que te quita todos los males y te hace sentir un agradable calor por dentro.

Por Kicooper.

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