Real Zaragoza – Alicante | Mirada del Rival

Partido inédito en liga el que se va a vivir en La Romareda el próximo fin de semana. Zaragoza y Alicante se verán las caras en el recinto maño en un duelo a priori un tanto desigual en la equilibrada Segunda división.

El Alicante CF, decano de la ciudad por su fundación en 1918, reestrena la división tras cincuenta años. Medio siglo en el que peligró su existencia en más de una ocasión. Pero en el último decenio, de la mano de buenas directivas encabezadas por Solana e Iniesta, el Alicante ha pasado de Regional Preferente a Segunda y ha multiplicado por treinta su masa social. Cierto es que la vuelta a la categoría se está viviendo de manera muy extraña puesto que deportivamente el equipo no funciona y se buscan desesperadamente culpables en vez de poner soluciones efectivas. La afición esperaba con ansia el ascenso, a pesar de la modestia del club, tras quedar muy cerca de él dos veces en los últimos años, pero ni los más pesimistas esperaban una situación tan complicada antes de terminar 2008. La esperanza es lo último que se pierde y sobran ejemplos de cómo revertir una situación similar o peor. El Alicante, además, camina solo, sin ayudas externas y más bien con una soga al cuello sujetada por un entorno siempre hostil y nunca dispuesto a echar una mano, lo que produce más dificultad para su desarrollo pero más orgullo y cariño por parte de sus aficionados.

En el aspecto deportivo, hay dos señales que indican el mal momento alicantino: un triunfo en dieciséis partidos y cuatro técnicos en el mismo tramo liguero. Hay quien opina que el Alicante subió con una plantilla cuyo rasgo principal era la veteranía, lo que ayudó decisivamente al ascenso, pero en Segunda se está viendo desbordada por el poderío físico de los rivales. Y los refuerzos no han hecho otra cosa que incidir hacia arriba en la media de edad, con lo que la plantilla, ahora, se ha descubierto como un grupo con mucho nombre individual, pero excesivamente veterano para aguantar el ritmo de los partidos. A ello se le añade el frenazo psicológico que produce ser penúltimo. Un cóctel peligroso cuyo antídoto conocido es de fórmula única: triunfos.

Para restar opciones a Manolo Jiménez, entrenador y a la vez director deportivo, hay un total de nueve bajas a día de hoy, rezando a la Virgen del Remedio para que no sean más. A saber, por sanción: Germán, Azkoitia, Abel Buades, Castells y Peragón; por lesión: Alán Baró, Rafa Jordá, Queco Piña y Borja. El estilo de juego no queda excesivamente claro y depende mucho del tanteador. El esquema de Jiménez es el clásico 4-4-2, aunque variarán por lo menos cinco piezas para reemplazar a los sancionados. El once podría estar formado por Unanua bajo palos, David Malo en el lateral derecho, Rubiales en el izquierdo, Urbano y Ricardo Cavas en el eje de la zaga; Tito y Torrecilla en el doble pivote, Ismael por banda derecha, Luis Gil por la izquierda; en la delantera, Pedro y Francisco. En el banquillo quedarían Alberto (portero suplente, quedando el profesional Ricardo en la grada), Catalá, Blanco, Fernando Béjar, Capi, Álvaro y Miñano. El hombre más desequilibrante es Ismael López, que no deja indiferente a nadie. Los laterales suelen ser de aporte ofensivo y el doble pivote se caracteriza más por la destrucción que por la creación. Arriba, aire fresco tras la llegada del canterano Pedro, que aporta movilidad y chispa. Azkoitia, ausente en este encuentro, es el máximo realizador con tres dianas.

Será la primera vez que el Alicante, en liga, se enfrente a un campeón europeo, como es el Real Zaragoza. Equipo maño forjado para entrar en competición europea pero que, incomprensiblemente, descendió a Segunda tras seis años desde su último tropiezo. La plantilla zaragozana asusta por su potencial, aunque bien es sabido que la categoría es enrevesada, como ya se comprobó en la temporada 2002/03. Es por ello que el resultado no se puede determinar a priori puesto que al Alicante ganas no le faltan para revertir su situación. Y qué mejor escenario que la histórica Romareda.

El único precedente oficial entre el Alicante y el Zaragoza data de la campaña 2005/06, en Copa del Rey. Era la tercera ronda, a partido único, disputado en el entonces municipal Rico Pérez. El resultado fue de 1-1 (5-6 en penaltis). De aquel encuentro sólo siguen en el conjunto azul, aparte del delegado, utillero y preparador físico, los futbolistas Álvaro (autor del tanto que suponía el 1-0) y Tito. Y, salvo error u omisión, el Alicante, esa misma temporada (jornada 9), disputó su primer partido en La Romareda. Fue frente al Zaragoza B y el resultado fue de 1-4, con tres tantos de Sendoa y otra vez del canterano Álvaro.

Una cosa nos iguala a Zaragoza y Alicante: ambas aficiones gritan “¡Aúpa!” a su equipo. Así que, a partir del domingo, “¡Aúpa Zaragoza!”. Llegará, vuestro ascenso, llegará.

Un saludo a AupaZaragoza.com y, por extensión, a todos los zaragocistas.

Por Aupalicantecf

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