Contemos hasta 10… y empecemos de nuevo
1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10. Buffffff….
No están los ánimos para mucho estos días en Zaragoza. Pero es recomendable hacer un “reset” cuanto antes de nuestras cabezas, porque sino esta sarta de errores, pifias, y desbarres, desde la directiva hasta el ultimo de nuestros futbolistas, puede acabar con los sufridos corazones de gran parte de la afición zaragocista, maltrecha por tener que vivir este infierno, cuando menos preparada estaba para ello.
El equipo da síntomas de todo menos de bueno, pero no esta herido, no esta en declive, cuesta abajo y sin frenos como el año pasado, sino que es un “renacuajo” que aún se tiene que hacer el dueño del estanque. Y esa es nuestra principal esperanza. Nuestros temores vienen todos por ver una y otra vez repetidos los despistes de patio de colegio del año pasado, pero no debemos caer en el error de pensar que estamos en lo mismo, porque no es así. Porque este equipo es otro, con jugadores que vienen mas comprometidos y sin tanto ego, con muchas caras nuevas, con otro entrenador que parece que sabe lo que hace y con la misma directiva, que lo hará mejor o peor, pero que por lo menos ha intentado dotarnos de buenos equipos los años que lleva, logrando crear una ilusión ( baldía, porque de eso no se come, como se demostró) como nunca había habido en esta ciudad.
Errores los hay, y mucho por corregir, pero que a nadie se le olvide, que estamos en la jornada 2 de segunda división, en donde el tío mas limitado te hace un gol, y en donde los puntos pocas veces se consiguen por victorias de mas de 2 goles. Parece que nos ha pillado de nuevos a todos, y estemos pagando la novatada, cuando deberíamos saber ya de que va esto, y que por mucho que tengamos el equipo con mas calidad de toda segunda, las vamos a pasar putas igualmente, hablando claro. Esto no va a ser una marcha triunfal. Y deberían coger conciencia pronto 2 sectores, los aficionados que así lo creían y ahora despotrican como locos por no ver cumplidas sus expectativas, y unos jugadores que no deben relajarse, porque a poco que le echen un poco mas de eso que se llama testosterona, por la calidad que les diferencia, tendrán que empezarse a llevarse los partidos con mucha mas facilidad.
Tenemos razones para el optimismo. Tenemos la mejor delantera con diferencia de segunda ( que seria una muy buena en primera) tenemos, por fin!!! 4 tíos para las bandas, tenemos gente joven, gente experimentada de segunda( y de primera ) con ganas, y sobre todo tenemos un entrenador, que ha logrado que todas sus plantillas jueguen “en equipo” en todos los clubes en los que ha estado. Y eso es lo único que nos falta, ser un equipo. El horrible problema de la defensa se arreglará, porque tenemos cambios de cromos aún por adaptarse, y trabajo asegurado por delante que tienen que garantizar una mejoría. No es permisible otro año de pifias igual, y no creo que Marcelino lo permita.
Así que paciencia, no reñida con la exigencia, porque ni estamos tan mal, ni somos tan horrendos, ni se nos viene encima otro año de descalabros. Hay mimbres, hay bases y solo falta una conciencia de la realidad en la que estamos jugando para no ponernos mas obstáculos de los que vienen siendo normales. Perder contra un recién descendido, y empatar contra nuestro principal rival entra dentro de todas las quinielas. Incluso perder en Las Palmas. Pero queda una liga muy dura y muy larga por delante, en donde el Zaragoza a poco que crezca debe ser superior a por lo menos una docena de equipos. Y eso debe dar moral y optimismo para afrontar con garantías este infierno de Segunda.
Este no es el equipo del año pasado, olvidémonos ya. Este equipo con un poco de trabajo tiene mucho que crecer y mucho que evolucionar, y esa es la principal diferencia con el penoso año anterior. En ella debemos depositar todas nuestras esperanzas, porque a poco funcione, con el trabajo y la calma necesarios, ese renacuajo frágil y endeble que hoy vemos, se hará dueño y señor de la charca, preparado para saltar a los ríos que conducen a primera.
Olvidemos nuestras pesadillas y centrémonos en el difícil año que se nos viene por delante, porque aún hay motivos para el optimismo.
Así que, contemos hasta 10 y empecemos de nuevo…
Por Villaselección.
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