El partido de Diego

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A las cinco y media de la tarde llegó a los aledaños de La Romareda, se sentía importante, al lado de su padre con su camiseta del Zaragoza. Me preguntaba que si eso tan grande era el campo de fútbol, cada revistilla que le daban la guardaba en su mochila como un pequeño tesoro, miraba a todo el mundo, un ir y venir de gente con banderas, camisetas, todo todo le llamaba la atención.

Cuando entramos por la puerta, llevaba su peque abono en la mano y se lo entregó al portero, “chaval pasa por debajo”, todo le parecía extrañísimo, yo sentí un hormigueo y algo indescriptible, cuando lo vi dentro de La Romareda, lo cogí de la mano, entramos por la puerta y me quedé mirándole.

Vi sus ojos, y su boca entreabierta, recorrer todo el campo con la mirada, sin decir nada. Me recordó tanto a la primera vez que pasé yo aquella puerta junto a mi padre. Todo le sorprendía, la policía, los cánticos, la musiquilla, toda gente gritando. Cuando salieron los dos equipos, le dije, Diego, los de blanco y “azul” con los nuestros, como tu camiseta. No decía nada, se fijaba en los papelitos que tiraba el Colectivo, en la gente de pie, en cualquier cosa que los que vamos todos los días nos parece insignificante, pero en la mente de un niño de 3 años, le parecía sorprendente.

El partido fue lo de menos. Lógicamente a esa edad no se entiende quien lleva mas goles, si se juega al ataque o se defiende, si funciona el rombo o si es penalti o tarjeta amarilla. Te llama mucho más la atención lo que ponen en el descanso en el centro del campo, si sale el coche camilla a recoger a algún jugador, los focos, los marcadores, pero sobre todo el oir a todo el campo gritar “gol”. Esa explosión de alegría dejó a Diego alucinado. Ojalá ese gol de Celades sea el primero de una larga lista de goles del que espero sea su equipo de fútbol. Ojalá algún día más adelante pueda recordar este partido aunque sea fugazmente, como el primer partido que fue con su padre, el cual seguramente ayer, estaba más pendiente de mirar a su hijo, que de mirar lo que hacía nuestro equipo.

Saludos.

Por nuraf.