Entre la decepción y la esperanza

Tras la auténtica semana de pasión que ha vivido el zaragocismo, con un miércoles santo en el que cayeron por los suelos tanto las enormes ilusiones de la afición como la excelente trayectoria del equipo en la Copa del Rey, la derrota ante el Cádiz me ha dejado e intuyo que a muchos aficionados también- completamente desfondado.

La frustrante pérdida de la Copa resultó un desengaño enorme, pero la entendí como parte del juego: en una final no suele contar demasiado ser favoritos incluso los hechos demuestran que suele ser un hándicap, no hubo suerte y otro año será: pienso que toca encajar el resultado con deportividad y felicitar al campeón: para mí no es un fracaso, solamente es una pena. Lo que verdaderamente me tiene con la moral derrotada es la realidad de volver a estar en zona de nadie, abandonados en la más absoluta vulgaridad clasificatoria, mientras equipos como el Celta, Osasuna y Depor, con plantillas similares a la nuestra, se pelean por estar en Europa, alguno hasta en la Liga de Campeones.

Tendríamos que preguntarnos como en un año donde solamente hemos perdido dos partidos fuera de nuestro estadio, contando con un equipo titular cargado de internacionales y una delantera excelente, vamos a acabarlo con la mediocridad de siempre. Se han perdido 10 puntos en los minutos finales algunos en el descuento- y otros diez en casa ante equipos que en la actualidad se encuentran con grave peligro de descenso, a los que habría que añadir las absurdas derrotas ante Villarreal y Getafe.

Admitamos que ni ha habido suerte ni nos han favorecido los árbitros. Solamente frente al Athletic en La Romareda y en Málaga quizá también en Cádiz- podemos hablar de fortuna, mientras ante Real Madrid, Getafe, y Villarreal en casa o ante Barça, Valencia, Racing o Sevilla lejos de Zaragoza, tuvimos auténtica desgracia. En las derrotas ante Real Sociedad, Atlético de Madrid y Real Madrid y en los empates frente a Barça, Valencia y hasta Sevilla tuvieron bastante que ver las decisiones injustas de los trencillas, amén de la derrota ante los culés en un partido de desarrollo final anómalo por la triste actitud de Samuel Etoo.

Pero es evidente que no podemos cerrarnos en excusas, que falla algo más. Hay que admitir fallos defensivos, pero la defensa no es mala: César es un buen portero, solamente ha fallado en las últimas semanas y sus aciertos han sido mucho mayores que sus errores; es cierto que Gabi Milito ha rendido un escalón por debajo de sus anteriores temporadas en España, pero también lo es que se trata del jugador que más balones recuperados lleva en lo que va de Liga en 1ª división; Álvaro ha ido de menos a más y Ponzio ha sido uno de los descubrimientos agradables del año. Toledo no da la talla, pero eso no debería de justificar tantos despistes y errores defensivos, tanta falta de concentración, tantos goles en jugadas de estrategia. Con estos mimbres defensivos los resultados deberían ser mejores.

Opino que nos equivocaríamos radicalmente si atribuyésemos a la defensa la exclusiva del fracaso; los tremendos errores de Milito ante Racing y Sevilla costaron 4 puntos- y las cantadas de César ante Real Madrid y Getafe costaron 3- o algunos de esos goles de cabeza que nunca debieron entrar costaron unos cuantos puntos más- habrían quedado en mera anécdota si la máquina creadora del equipo y sus efectivos de ataque hubieran cumplido mejor su misión.

El Zaragoza tiene una buena nómina de medios-centro, pero creo que no se han aprovechado y complementado adecuadamente las prestaciones de cada uno. Zapater ha demostrado que es una auténtica realidad como futbolista y tiene un futuro todavía mejor y a Generelo no se le puede pedir más: no es titular fijo y a veces se le infrautiliza escorándolo a la derecha. En mi opinión, Celades sólo ha rendido en determinados partidos; sigo pensando que su fichaje fue un acierto, pero en los últimos envites ha bajado el ritmo, parece que se ha escondido. Considero que no se ha usado ni con inteligencia ni con habilidad la doble baza Movilla/Celades. Manejando bien estas dos piezas-juntos o alternándose- podríamos haber tenido una media mucho más completa y dinámica.

No cabe duda de que el binomio Ewerthon-Diego Milito presenta un ataque notable, y todos deseamos que sigan mucho tiempo capitaneando el ataque blanquillo. Pero algo no ha funcionado del todo bien cuando, en La Romareda, el equipo ha acabado cinco partidos con el casillero marcando 0 y otros 6 con un escuálido gol en su haber.

De esta manera, la temporada del Zaragoza ha sido de fuegos de artificio: algunos castillos han sido preciosos (6-1 al Madrid, 4-2 al Barça, media hora ante el Betis, buen rendimiento global fuera de casa, ) pero al final todo se ha apagado y solamente nos quedan cuatro recuerdos luminosos, más ruido que nueces y una sensación de fugacidad.

Tengo un gran respeto por Víctor: ha ganado dos títulos y ha estado a las mismas puertas de otro, ha descubierto a Zapater, a dado oportunidades a unos cuantos canteranos que tal vez en otra época ni hubieran debutado… aunque es verdad que a otros los aparcó . Pero salta a la vista que tiene su notoria parte de culpa de lo sucedido: no ha trabajado bien todos los déficits del equipo, no ha sabido aprovechar al máximo las cualidades de los jugadores de que dispone y ha errado demasiadas veces a la hora de leer el desarrollo de los partidos. Llama la atención, por otra parte, que, con excepción de la excelente racha de los últimos seis partidos de la 1ª vuelta, el equipo siga siendo incapaz de engarzar dos victorias seguidas. A lo dicho cabe añadir que a Víctor le falta mano izquierda al tratar a los jugadores, virtud tan necesaria en un entrenador como la preparación técnica y la táctica. Creo sinceramente que con alguien con más tacto, jugadores como Savio, Sergio García o Movilla no estarían tan descontentos.

En el equipo, en otro orden de cosas, se ha echado en falta un líder, alguien con capacidad de aglutinar voluntades, de elevar ánimos. No se ha visto a ningún jugador capaz de echarse al equipo a la espalda, de llevar a sus compañeros hacia delante, es decir, quien sea capaz tanto de empujar a todos a superar la adversidad como a conservar y engrandecer lo que se pone de cara. Es el papel que en su día representaron Violeta, Arrúa, Señor o más recientemente Gustavo Poyet.

Este es mi segundo artículo en Aupazaragoza.com; en noviembre escribí el primero en un momento en que, tras caer ante el Sevilla, el equipo estaba hundido en la tabla; fue un artículo pesimista y negativo. Estamos en el segundo momento duro de la temporada, pero a diferencia de entones, junto al desencanto añado la esperanza. Sigo pensando, al igual que antes de iniciarse la Final de Copa, que el Zaragoza tiene la mejor plantilla desde la Recopa de París; hay muy buenos jugadores (Cani, Ewerthon, Gabi y Diego Milito, César, Celades, .) y un formidable ramillete de jóvenes (Zapater, Generelo, Oscar, Lafita, Chus, Longas, ); es preciso buscar soluciones para que el año que viene sea, por fin, el bueno.

El primer paso será acertar con el entrenador, es fundamental; mis postura es el cambio: Víctor ha cubierto su etapa y hay que abrir una nueva. Bernd Schuster, Irureta, Víctor Fernández, .. hay soluciones válidas.

Es preciso conservar la base del equipo; ni la crisis actual ni las circunstancias económicas deberían justificar salidas no deseadas. Hace falta un buen sustituto para Savio, un lateral izquierdo de garantías y un central alto. Son pocos retos pero muy importantes.

Y una última cosa: pienso que la afición no se merece que haya acabado la Liga; quedan 5 partidos y el equipo ha de hacer un último esfuerzo para maquillar la temporada, para atenuar algo la sensación de frustración que todos tenemos ahora.

Por Falçao.

aupazaragoza

Deja tus comentarios el foro de AupaZaragoza.com. El Real Zaragoza es nuestra pasión.

Comentarios

(required)