El maltrato a los abonados

El fútbol suele ser un reflejo de la sociedad. Podemos diferenciar en las gradas de los estadios rasgos típicos de cada afición. En ocasiones es un reflejo de lo mejor que puede dar la unión y la entrega a un equipo, el respeto por el rival y la deportividad, mostrándonos una parte muy positiva del ser humano. En otras, observamos comportamientos violentos, la locura dentro del mundo del fútbol, que muestra el déficit de valores que existe en nuestra estructura social. Una tara que sale a relucir en el mundo del balompié, problema de una comunidad humana en la que parece que todo va bien, que vive en paz, pero en la que subyacen problemas de calado.

Pero ahora debemos hablar de la fidelidad. Este concepto abstracto también vive momentos de clara decadencia en la era del “tanto tienes, tanto vales”. Bien escaso pero valioso, la lealtad, el apoyo incondicional hacia lo que se quiere, hacia lo que se valora y hacia aquellas cosas en las que se cree. El sentimiento de ser consecuente y de sentir que se actúa con dignidad, haciendo lo que creemos que es correcto, de acuerdo con nuestras creencias y nuestros valores, incluso cuando uno personalmente puede salir perjudicado en esa lucha.

La lealtad se refleja en las gradas zaragocistas en varios miles de personas, habitualmente entre 20.000 y 25.000. Son los abonados. Estos zaragocistas deberían ser cuidados por el club, son el pasado, presente y el germen de su futuro. Pero el verbo “cuidar” no suele ser conjugado por Agapito Iglesias y sus compinches. Para ellos, los abonados son aquellos individuos a los que sacan el dinero en los meses estivales para hacer los primeros y urgentes pagos a jugadores, realizar sus fichajes incomprensibles, etc. Y como su voracidad, como empresario pirata, es inacabable, cada temporada realiza una saca en las economías de los abonados, mientras el nivel del espectáculo que se puede ver en La Romareda alcanza cotas subterráneas. Os presentamos una muestra de la escandalosa subida de abonos que se ha producido durante el reinado de Agapito; hemos cogido como ejemplo el precio de los abonos, desde la temporada 2006-2007 hasta la 2011-2012, en Tribuna Gol Sur:

PRECIOS TRIBUNA GOL SUR

Temporada Presidente Precio 1 Aumento Precio 2 Aumento
2005-2006 Alfonso Soláns 290 €
2006-2007 Agapito Iglesias 320 € 10,34%
2007-2008 Agapito Iglesias 460 € 43,75%
2008-2009* Agapito Iglesias 320 € -30,43% 2ª división*
2009-2010 Agapito Iglesias 510 € 59,38% 383 € 19,6875%
2010-2011 Agapito Iglesias 510 € 0,00% 33,1592%
2011-2012 Agapito Iglesias 519 € 1,76%
Nota: en la temporada 2010-2011 se insistió en que no se producía incremento del abono, puesto que el precio de la temporada anterior era ese, pero se aplicó una bonificación a los abonados en la temporada anterior en segunda división, por eso el precio que se pagó en 2009-10 tuvo un aumento real del 59,38 % (con la bonificación un aumento de 19,68 %), pero si se toma este aumento «graciable de Agapito» de sólo un 19’68 %, entonces en la temporada siguiente 2010-11 habría que calcular el aumento de 383 euros a 510 euros (un 33,15 %).

En definitiva, un abono de esta localidad se ha incrementado en estas 6 temporadas un 78,97 %.

Duro es el amor no correspondido. Qué debe pasar por las cabezas de los valientes que aguantan en las trincheras cuando ven que no valen nada, que dan igual, que el club ya no es para ellos, los que le dan su razón de ser y le dan vida. Si no fuera por esa masa social el club no existiría, nadie lo seguiría.

Pues desde el club se sigue fustigando esa fidelidad. Los abonados llevamos varias temporadas, concretamente desde la 2007-2008 e ininterrumpidamente desde entonces, viendo como se venden entradas a 5 euros cuando pintan bastos. Viendo como los no abonados aprovechan esos partidos para ver al Real Zaragoza a precios claramente perjudiciales para los abonados. Esta temporada además con el agravante de que llevamos desde el partido contra el Getafe, en el mes de enero de 2012, con las entradas a 5 euros y parece que no hay indicios de que esto, a pesar de que dijeron que iba a ser algo puntual, vaya a dejar de ser algo totalmente habitual. Desde el último partido de la primera vuelta, precios de risa para los invitados. Y resulta sonrojante comprobar como una enorme cantidad de entradas son regaladas, en colegios y establecimientos “amigos” del máximo accionista, para llenar un estadio del que se está echando a los que realmente sienten el club.

Como diría una famosa pancarta que luce en las gradas de La Romareda: “Somos Zaragocistas, no gilipollas”. La paciencia tiene un límite, incluso la de los aficionados zaragocistas, que aguantan excesivos carros y carretas. Parece que los actores económicos no se dan cuenta de que un cliente fiel y bien cuidado es un activo muy preciado. Parece que el Real Zaragoza no se da cuenta de que por este camino se va a ver reducido a la nada. Tal vez es lo que desea @agapito_RZ, al que no preocupa el daño, tal vez irreparable, que está haciendo a esta entidad. Porque es evidente que él no conoce lo que es la lealtad a unos colores y a un escudo. Perdón sí, es leal a los colores del euro.

Por Alvarinho y Jeremy North.

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