La ausencia de Oliveira y Matuzalem a la cita en el club el pasado 4 de julio ha encrespado los ánimos de los aficionados, e incluso los de nuestros ensimismados dirigentes. Sin excusa plausible que esgrimir para no presentarse en Zaragoza, a pesar que sus avispados representantes la están buscando entre sus piedras verbales, los dos brasileños demuestran su falta de profesionalidad absoluta, porque conocían la fecha del 4 de julio desde finales de mayo, lo que les equipara a la categoría de mercenarios sin escrúpulos. No se les pide amor a los colores, para eso estamos los aficionados y algún jugador de la casa, pero si profesionalidad, como la que han demostrado los argentinos Aimar, Ayala y Diego Milito, que si estuvieron en la cita saliendo desde un país más alejado del nuestro que Brasil.
Oliveira y Matuzalem no deben continuar en el club, deben ser traspasados inmediatamente, aún a costa de no obtener la cantidad de dinero prevista en sus traspasos. Es un premio excesivo para ellos, puesto que consiguen lo que quieren, mejora profesional a costa de abandonar con descrédito el Real Zaragoza, pero su presencia en la plantilla constituye una indignidad para todos; compañeros, entidad y aficionados. Una recomendación para el club: antes de realizar un fichaje, aparte de las cualidades futbolísticas del jugador también se deben tener en cuenta las personales, porque desde la llegada de Agapito y Bandrés, ni han acertado en las que tienen que ver con el balón ni en las otras.
Por Jeremy North.
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