La opinión de Petón para el derby

¿Cómo ves el derby Zaragoza-Huesca y que esperas del mismo?

Es usted un cachondo, le contestaría al audaz reportero uno de Huesca si le hubiera hecho esta pregunta hace tres años, allá por primavera, cuando el Real Zaragoza iba a jugar la final de copa y el Huesca boqueaba para sacar el cuello de la pantanosa tercera que tiraba de él hacia abajo. Por eso, la primera parte de la pregunta responde a toda ella: ver un derby. Ver un derby es para la dolorida escuadra azulgrana, siempre de vuelo corto, el título de bachiller en aventuras: fuimos capaces de echar de nosotros el plomo que nos lastraba y libres de mediocridad, ya estamos aquí.

Los del Huesca supimos que era mentira lo que nos querían hacer creer; era mentira que debíamos jugar para sobrevivir, era mentira que nuestro techo se alcanzaba levantando la mano; era mentira que la segunda b era natural y la tercera también. Aprendido eso por quienes necesitaban verlo, y sabido por quienes mostraron que era posible, los del Huesca vamos a cada partido dispuestos a recordar, ahora a los de fuera, que no hay techo y que queremos ganar.Elegimos intentarlo por el atajo que es decir jugando bien. Detrás de esa idea y de los once que la defiendan entrará El Alcoraz en La Romareda. Irá la ciudad, ira el Altoaragón todo, tras su equipo. Y jugará contra su hermano. Así que suceda lo que suceda: un abrazo antes; un abrazo al final. El Zaragoza y el Huesca tienen clase suficiente como para recordar a quien lo haya olvidado que el fútbol sirve para unir.

¿Qué le falta al Zaragoza que tenga la SD.Huesca y viceversa?

Al Huesca le falta la envergadura de gran club que el Real Zaragoza se ha ganado, su peso en la Historia. Le falta su dimensión (su presupuesto, su Ciudad Deportiva, su fútbol base con equipos en División de Honor, su trascendencia nacional e internacional, su vitrina y muchas cosas más) y la cantidad enorme de seguidores que sienten el escudo del león.

Y tiene el Huesca, sin embargo, la frescura de las empresas juveniles, la alegría de los descubrimientos, la unidad sin apenas fisuras de ciudad y provincia empujando la idea, la osadía de los soñadores y en el terreno práctico, pocas personas pero muy entrenadas para “tirar a bloque” como los buenos equipos ciclistas, juntos y a la vez, y la presencia cercana de Bahía Internacional, que nos facilitó la elaboración de grandes plantillas con poco presupuesto. Hay que significar sobre estas cosas, otra: la decisión de algunos futbolistas que en el primer momento apostaron por un equipo que venía de promocionar a tercera, que no tenían más seguridad que la palabra de sus amigos, y que arriesgaron sus carreras a un golpe de fe. Están aún en el club, son parte esencial de esta historia y el partido de la Romareda será porque creyeron.

Por Jose Antonio Martín, «Petón».

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