Los primeros pasos y sublevaciones

Tras la mayor gesta que muchos hayamos vivido en torno al fútbol español con la consecución de la Eurocopa, el Real Zaragoza levaba anclas y ponía en marcha el motor del barco con el que iba a navegar por los mares de la segunda división. Además en este mes de Julio, vivimos nuevas marchas, alguna llegada, nuevos rumores y, sobre todo, el culebrón de todos los años con los jugadores Sudamericanos, su rebeldía y tardanza.

Con el buen sabor de boca que nos dejó el fútbol de la Selección Española en la pasada Eurocopa de Austria y Suiza, el Real Zaragoza abría sus arcas para la entrada de dinero por la consecución del título. Un dinero escaso, pero que bien podría ser usado para esa modernización que se comenzaba a atisbar en diferentes estamentos del club blanquillo.

Este mes tenía la fecha del 4 Julio para poder ver de nuevo a los jugadores que el año pasado se fueron dejando al equipo en segunda y los 2 nuevos que venían a ayudar en la consecución del ascenso. Aquel día era el día esperado por todos, medios de comunicación y aficionados, los primeros, para tratar de sacarles alguna palabra tras el descenso, y los segundos para morderse la lengua cuando se cruzaran con ellos y no expresarles los sentimientos que todavía guardaban. El día llegó y como siempre en estas ocasiones, tuvimos las grandes sorpresas. La presencia de la plantilla al completo con la única falta de los brasileños, esos jugadores que se creen semidioses por dárseles bien el juego de la pelota y que no tienen ningún pudor a la hora de saltarse las leyes y normas que les imponen / rigen el club. La no presencia de Matuzalem, supuestamente con unos problemas con el Pasaporte, problemas que debido al escaso tiempo de vacaciones que dispuso, no pudo solventar antes de la fecha de citación para recoger los ejercicios a realizar en las semanas previas al comienzo de la Pretemporada, fue un hecho pequeño por la comunicación que mantuvo el jugador con el club a la hora de comunicarles el percance.

El gran problema venía de la mano del segundo sublevado, que era ni más ni menos, Ricardo Oliveira. Ese jugador por el cual el Real Zaragoza había pagado los 10 Millones de euros para hacerse con sus derechos, ese jugador que en comunicación oficial mediante la web del club indicaba su alegría de pertenecer a nuestro club y quedar a disposición de éste para lo que fuera menester, ese jugador comprometido según la web oficial, entraba en rebeldía. Ni una noticia ni media, ni una comunicación con el club, ni una ligera idea de lo que le podía haber pasado. ¿Se encontraría enfermo? ¿Habría tenido problemas para encontrar algún vuelo para ese día? ¿Tendría problemas de dinero y le habrían cortado su teléfono móvil y fijo?. Muchas incógnitas aparecían, pero todas tenían la misma respuesta, NO QUERER JUGAR EN SEGUNDA. La supuesta alegría que se reflejó en la web, la supuesta predisposición de ayudar en lo que el club le indicara y ese grado de compromiso e implicación necesario a la hora de conseguir el ansiado ascenso, quedaba claramente al descubierto.

Por un lado, el aficionado de a pie, ese aficionado que sufre por su equipo, que sigue llevando un gran dolor en el corazón tras el insulto y vejación a la que se vio sometido por los que dicen pertenecer y llevar con orgullo el león rampante, veía ciertas dosis de burla en lo que estaba aconteciendo. ¿Eran realmente palabras de Ricardo Oliveira las que se pusieron a bombo y platillo en el medio oficial del club? ¿Realmente Ricardo Oliveira, con la ayuda de su represente, estaba tensando la cuerda para que el Real Zaragoza lo vendiera y dejar con el culo al aire al club desacreditándolo? ¿Qué firmeza iban a tomar los dirigentes ante este grave caso si el año pasado no ocurrió nada con Andrés D’Alessandro y sus salidas de tono?. Muchas cuestiones había, pero para uno que ha dejado de creer en muchas de las mentiras que el fútbol arrastra, piensa que el club quiso tomar por tonto al aficionado y le trató de regalar los oídos con esas supuestas palabras del jugador. Muchas veces se usa un refrán para analizar estas situaciones, Piensa mal y acertarás, en este caso, puede que el club haya dejado al aire el órdago que lanzó y que se le ha visto cazado y descubierto.

Este jugador se presentó con cierto aire de… mofa, llamémoslo así. Ese jugador que previamente a personarse días más tarde de que lo hicieran sus compañeros para el inicio de la Pretemporada decía querer hablar con los responsables del club y luego en el Stage de Navaleno llegar con una sonrisa de oreja a oreja y bramar a los cuatro vientos su compromiso y predisposición al club. En la parte contratante, el club, se decía que el tema sería tratado con dureza, una dureza que vino en forma de una sanción desorbitada y nunca vista en este club, se le subió el sueldo. Sí señor, un trabajador normal y corriente se persona 15 ó 20 días más tarde de lo debido en su puesto, y su jefe le premia con una maravillosa subida salarial, anda que si fuera así el mundo empresarial, la mayoría estaría todavía alargando sus vacaciones y echando cuentas de cuanto le iban a subir. Lo nunca visto había saltado a la luz de los aficionados zaragocistas. Un jugador que se ha reído, que ha chuleado al club como nadie, que ha hecho lo que le ha dado la gana incumpliendo normas de régimen interno, había recibido el maravilloso castigo de un aumento salarial. Un jugador que ya había firmado un acuerdo previo que era el que se vería reflejado en su contrato en cuanto el Real Zaragoza pagara la opción de compra veía aumentado su sueldo en contraprestación por los 15 – 20 días de retraso.

Aquí tenemos una nota de modernidad que pregonaban los dirigentes blanquillos, una novedad que creo ningún club copiará y que deja a las claras, que estos dirigentes siguen sin aprender de errores del pasado, errores que les llevaron a que el ambiente dentro del vestuario del Real Zaragoza fuera irrespirable y tuviera tintes de conflicto bélico. Unos dirigentes que ya cometieron grandes fallos con las rebeldías de Andrés D’Alessandro en el pasado, volvían a cometer un nuevo error. Esperemos algún día saber si realmente el jugador fue sancionado o no, pero si realmente no lo fue, tendrían que coger alguna academia y que se les enseñara a cómo manejar estas situaciones. Si Agapito Iglesias dirige su empresa de la misma manera que el club, tendríamos que estar todos inundándole con nuestro currículum vitae para pertenecer a ésta.

Dejando a parte el espinoso tema Ricardo Oliveira, el Real Zaragoza comenzó a aliviar equipaje de lujo, esos jugadores que habían llegado hasta las orillas del Ebro para engrandecer el club, para tratar de lograr lo nunca soñado, entrar en la Liga de Campeones y comenzar a codearse con la élite. Esos jugadores tenían nombre desde el día después del descenso, éstos eran de los primeros que se tenía la certeza de su marcha, pero no se sabría la forma como se produciría, ni cuando.

El primero en abandonar el barco fue el hombre franquicia de Agapito Iglesias, la piedra angular de su proyecto y el hombre que hizo que el Real Zaragoza sonara en todos los medios nacionales con la contratación de jugadores de primer nivel. El “payasito” Aimar abandonaba el Real Zaragoza. ¿Qué cantidad íbamos a recuperar de los 12 millones de euros pagados? El Real Zaragoza decía que 8.5 millones de euros, pero como el avance de la tecnología es más amplio que las mentiras de los nuevos dirigentes, enseguida tuvimos constancia que únicamente fueron 6.5 millones de euros los pagados por el Benfica, club que se hizo con los servicios del argentino. Una mentira que se le podría llamar piadosa y que quizás tenía la contratación o préstamo de algún jugador del equipo luso. Aimar, un jugador que por culpa de su fragilidad ante las lesiones, muchas de ellas producidas por los contrarios que necesitaban dureza para pararlo cuando cogía el balón, hiciera que no rindiera al nivel esperado, aunque los minutos que se le han visto a un nivel más que aceptable, han dejado posos de gran jugador, pero demasiado limitado por ser demasiado propenso a lesionarse.

El otro nombre, Francelino Matuzalem, el hombre por el cual el Real Zaragoza todavía no ha desembolsado ni un euro y que llegaba el año pasado para subir aún más el nivel de exigencia en cuanto a los objetivos a lograr. El brasileño, tras renovar su contrato por un año más, marchaba a préstamo a la Lazio italiana poniendo una cláusula de compra por parte del club lazial de 18 Millones de euros. Esperemos que esta cesión le haga volver a recuperar el nivel que Yayá Touré no le dejó alcanzar con su dura entrada.

Aparte de estas salidas, nos encontramos con los primeros descartes de Marcelino, Juanfran y César Sánchez, unos descartes que llegan de manera sorpresiva ya que éstos vienen tras unos informes que la Secretaría técnica y el club, habían proporcionado en relación a la plantilla. Ambos jugadores se quedaron contrariados y comenzaron a buscarse las habichuelas en otra parte. El que más fácil lo tuvo fue el valenciano, que consiguió llegar a un acuerdo con el club para rescindir su contrato obteniendo la carta de libertad y poder marcharse al AEK de Atenas. El portero, mientras tanto, se entrenaba en las instalaciones de la Ciudad deportiva.

Por otro lado, un canterazo, Antonio Longás, que el año pasado militara en las filas del Tenerife en la segunda, se tenía que volver a marchar, esta vez, rumbo al FC Barcelona “B”, un equipo que iba a militar en la segunda B española. Un nuevo espaldarazo para la cantera zaragocista y un esperpento para algunos ya que si se le había cedido para que se formara en un club de la categoría en la que iba a jugar el equipo blanquillo este año y tras no haberlo hecho mal y siendo en muchos de ellos, un jugador destacado, se volviera a marchar nuevamente y se le cerraran las puertas de La Romareda. Un jugador que cuando participó en primera los pocos minutos que le dejaron no hizo mal papel, marchaba con su magia y su fútbol a la Masia blaugrana.

Mientras el Real Zaragoza aligeraba equipaje de jugadores que disponía Marcelino para encarar esta temporada, otro jugador que todavía continuaba perteneciendo al cuadro blanquillo y que tuvo que marcharse por su rebeldía y malestar con el resto de compañeros, abandonaba también el conjunto y reportaba una cantidad que rondaba los 3.5 millones de euros. Andrés D’Alessandro, el hombre de la boba, le pudo su cabeza loca y no le permitió triunfar en Alemania, Inglaterra y España. Un jugador de gran calidad pero con grandes problemas de mantener la cabeza fría tanto fuera como dentro del campo y que perdió la oportunidad de hacerse hueco en La Romareda y tratar de maravillar al fútbol español con su fútbol.

El Real Zaragoza había conseguido aligerar carga, ahora, simplemente, tendría que poner en funcionamiento el planning de refuerzos que tendrían que tener planificado. La mejora de todas las líneas, quizás la menos necesaria la delantera si permanecen los Oliveira, Diego Milito y Sergio García, con la ayuda de Braulio y Ewerthon, hacia que estuviera más que completa esa línea y que sólo, una desbandada general, haría necesaria reforzar. Ese planning tenía que ir encaminado a reforzar las líneas que más caos sufrieron el año pasado y que en parte ayudaron al descenso, la portería (tras la marcha de César y Miguel, dejaba a López Vallejo al frente), la defensa (el auténtico talón de Aquiles del pasado tras las marchas de Gaby Milito y Gerard Piqué) y los extremos (esos que parecían el lujo asiático del Zaragoza y que el año pasado decidió prescindir), eran los 3 puntos calientes, además, el aficionado, tras la marcha de Aimar y Matuzalem, dos jugadores creativos y que aportaban el peso en muchos partidos del cerebro blanquillo, veían necesaria la contratación de alguien que moviera al equipo.

Había muchos rumores, Asenjo para la portería, Juanma para la banda derecha, Pablo Amo para el centro de la zaga, pero un nombre eclipsó a todos ellos en forma de cesión. Saltó la sorpresa, los fuegos artificiales no paraban de retumbar en la vieja Romareda y en el Pabellón Alfonso Soláns Serrano. HABÍAMOS FICHADO UN EXTREMO!!. Fabio Coentrao (Cuantró para la gente), era el primer fichaje específico para las bandas. El jugador luso, procedente del Benfica, debió tener mucho que ver en la rebaja que se vio por el traspaso del “payasito” Aimar. Un jugador que decían ser como Cristiano Ronaldo, que tenía velocidad y regate, hacía ver un atisbo a la esperanza de la afición blanquilla. Un jugador menos quedaba ya para reforzar esa parcela, ahora había que esperar como se cerraban otras operaciones.

A su vez, en este mes de Julio recibimos el ingreso de los 2 millones de euros por Ángel Lafita en concepto de compra por parte del Sr. Lendoiro, un presidente con el cual ya las tuvimos tiesas en el pasado para poder comprar a Coloccini y que ahora nos las veíamos negras para traer a Pablo Amo. Un presidente que recibió el sonrojante anuncio de que el Real Zaragoza podía hacer efectiva este mismo año la recompra de Ángel y que el Sr. Bandrés no se ocultaba en pregonar, eso sí, se guardaba la fecha en la que lo pudieran hacer. Resulta paradójico que el Real Zaragoza necesitara hombres de banda, y ante la posibilidad de pagar simplemente 1 millón de euros más por el jugador canterazo para poder recuperarlo, se dijera simplemente que estaba esa opción pero que no dirían cuando la harían efectiva. Si necesitas bandas, tráelo el primer día que puedas recuperarlo y no marees la perdiz.

En el aspecto puramente deportivo, Marcelino ya se había puesto manos a la obra y comenzó a castigar a sus pupilos en la pretemporada Soriana. Esta pretemporada tenía bastantes cambios, sobre todo, en el de la carga física, un aspecto que a Marcelino le gusta cuidar muchísimo y sobre todo, es uno de los pilares fundamentales sobre los que se basaron sus triunfos en Santander y Huelva. El Real Zaragoza veía como se alargaban más sombras detrás de Marcelino, con un sin fin de médicos, fisioterapeutas y personas encargadas de hacer que los blanquillos potenciaran y mejoran de forma adecuada y estudiada, el aspecto físico.

En este mes jugamos nuestro primer partido de pretemporada ante el Mirandés, consiguiendo una victoria por 0-2, pero donde realmente se tenían puestas todas las miradas era en los despachos de la capital del Ebro. Nuevamente se había tirado prácticamente el mes, sólo 2 salidas de nombre, otra de un canterazo y una de uno que estaba cedido y hasta diciembre no volvería, y, por otro lado, la única contratación de un jugador, un ansiado extremo. Esta vez se tiraron 31 días a la basura, 31 días en los que se podían haber avanzando en diferentes demarcaciones y puestos, 31 días en los cuales Marcelino podría haber tenido más de 3 jugadores nuevos y alguno menos de los que bajaron al equipo. Continuábamos con muchas carencias, pero parece ser que la Secretaría Técnica, con Pedro Herrera a la cabeza, había decidido tomarse con calma los 2 primeros meses y medio de temporada para ver si se obraban milagros y les aparecían operaciones solas.

Comenzaba a verse con incredulidad y escepticismo el exiguo bagaje de altas, la lamentable y precaria planificación llevada a cabo, y la demasiada cerrazón enfermiza por algunos jugadores, con los cuales se llevaba más de un mes o un mes negociando, y que las respuestas eran continuamente negativas por parte de sus clubes de origen. He aquí cuando de golpe y porrazo saltó a la palestra un intento de fichaje bomba, un jugador desconocido para la mayoría del público y por el cual, el Real Zaragoza, había realizado una oferta de 12 millones de euros. Nilmar, un jugador brasileño, delantero para más señas, era el mirlo que buscaba el club. Nuevamente se podía ver con escepticismo como se pasaba de las verdaderas necesidades y cual juego de ordenador, se ponían a hacer una oferta desorbitada por alguien que en esos momentos era innecesario al encontrarse más que cubierta esa plaza y teniendo en cuenta la precaria salud económica del club.

Esperando a que el mes de agosto deparara la mayor celeridad en cuanto a la confección de la plantilla, muchos se apresuraban a darle cierta condescendencia por la lentitud del mercado, al movimiento de la plantilla blanquilla, una plantilla, que jugará este año en la segunda y que para nada debería hacer fichajes de jugadores cuyas cifras simplemente son propuestas por los equipos que se codean en la zona alta de la primera división.

Por bubu.

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