Prosigue la ardua marcha

Prosigue la ardua marcha

Prosigue la ardua marcha

El Real Zaragoza continuará, un año más, en segunda división. Eso, por desgracia, lo hemos podido presenciar todos.

El fútbol es un deporte que, en ocasiones, puede ser tremendamente injusto y cruel. Esta ha sido una de esas ocasiones. Y lo ha sido con una crueldad fuera de toda norma.

La derrota ante el Numancia ha sido un terrible bofetón que nos hemos llevado todos. Algo totalmente inesperado a la vista del recorrido que ha llevado este equipo en la segunda vuelta y que ha truncado, drásticamente, la brillante trayectoria de este equipo en este 2018.

Como digo el fútbol en ocasiones puede ser tremendamente injusto y cruel. Esta vez lo ha sido de una forma como pocas se recuerdan. Caer eliminados en la primera vuelta de play off tras, como también he dicho, una brillante segunda vuelta es duro. Todo se endurece al ver como si esta temporada hubiese durado tres jornadas más este equipo hubiese ascendido directamente. Y si analizamos el encuentro de hoy vemos el culmen de esta crueldad: un gol del Numancia tras quince minutos brillantes del Real Zaragoza con cuatro clarísimas ocasiones de goles, un empate sufrido que devolvía la esperanza al equipo zaragocista para terminar todo con un gol a escasos minutos del final por parte del exzaragocista Diamanka. No hablo del claro penalti que sufrió Papunashvili en el partido de ida que podía haber cambiado, muy mucho, el devenir de esta eliminatoria ni del más que cuestionable arbitraje que se ha visto en estos dos partidos.

Un guion que ni una mente perversa podría haber diseñado de mejor manera para regocijo propio.

¿Qué decir, horas después, de lo vivido en La Romareda? Cuesta expresarse sinceramente. La cara de tonto que llevamos todos (el primero quien esto escribe) no se nos va a quitar en unos cuantos días. Y como digo es difícil poder expresarse en este momento.

La desilusión es algo que por desgracia se ha instalado en el seno zaragocista. Especialmente a final de temporada. Ocurrió hace tres años cuando se rozó el ascenso en Las Palmas, ocurrió hace dos años con el bochornoso espectáculo en Palamós, ocurrió la temporada pasada en la peor temporada en años y ahora, en la mejor temporada realizada por el equipo desde 2013, ocurre esto.

Esto parece ser una especie de maldición que se ha instalado en el Real Zaragoza. Parece ser que no tuvimos bastante con la “trayectoria” de Agapito Iglesias (que estuvo a punto de finiquitar el club) si no que ahora, con otros dirigentes, ocurre esto.

Sinceramente lo siento por el zaragocismo. Hoy he visto muchas caras de desilusión en la grada. Pero sobre todo lo siento por los niños. Porque los pobres han tenido que tragarse semejante disgusto. Y sinceramente me duele por ellos ya que los que tenemos más “callo” pues si no estamos acostumbrados a ello poco falta. Pero ellos no y lo siento por ellos.

En las últimas semanas la ciudad se ha conjurado a favor del Real Zaragoza. La afición se ha ido sumando a esta lucha por el descenso. Una afición, que tras años de bazofia y porquería, ha ido respondiendo a la mínima ocasión. ¿Y qué pago ha recibido por ello? Este tremendo disgusto. Sensacional.

No voy a buscar culpables. Creo que no los hay. Creo que tanto la plantilla como el entrenador han realizado en esta segunda vuelta un muy buen trabajo. Hoy ha sido el típico y macabro partido donde no sale nada y así ha sido. Pero claro, eso en un partido de liga, no tiene porque pasar nada. Aquí ha tirado por tierra como digo una buena temporada si la analizamos en su conjunto.

¿Y ahora qué? Muchos se habrán hecho se habrán hecho esta pregunta y es complicado darle una respuesta en este momento. ¿Ahora qué? Pues ahora a seguir con este equipo y a volver a intentarlo. No hay más. Obviamente el volver a enfrentarnos otro año más a la segunda división en estos momentos es algo que aborrece cualquier zaragocista. Pero no hay más.

¿Qué pasará con el equipo? Es una incógnita. Por desgracia lo normal es pensar que volverá a haber un considerable movimiento de jugadores y en el cuerpo técnico. Para mí eso, en la medida de posible, es algo a evitar. Por primera vez en muchos años hay un bloque y un equipo que hay que intentar mantener y darle progresión. Eso, a día de hoy, es básico de cara a tener un proyecto de futuro. Porque estos años no lo había y ahora sí. Eso hay que intentar mantenerlo.

La afición ha demostrado estar con el equipo. De nuevo hacía mucho que no se veía tanta unión entre club y afición. Porque en estas últimas jornadas la grada ha empujado mucho, muchísimo. Y eso no se debe de perder. ¿Qué a la afición no se le puede pedir ni exigir nada después de todo lo vivido? Por supuesto. Pero sería una pena que todo esto se perdiese.

Muchas incógnitas, pocas respuestas y pocas certezas. Mala combinación.

El Real Zaragoza prosigue su ardua marcha en segunda división. Esperemos que únicamente por una temporada más. Pero la realidad, triste y cruel, es esa. Es lo que nos esta tocando vivir.

Muchos hemos oído que los “sufridores” por antonomasia son los aficionados del Atlético de Madrid. En ocasiones como esta no puedo hacer otra cosa que reírme con todas mis fuerzas ante tal afirmación. Y ojala no tuviese motivos para ello. Sinceramente me encantaría tenerlos.

Por Cuñao

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