Razones para un final necesario

Cuando tan sólo han pasado 3 años y medio desde la entrada en el Club del accionista mayoritario, Agapito Iglesias, acompañado de su Junta Directiva con Eduardo Bandrés al frente y secundado por un número creciente de ejecutivos de alto rango, ha llegado el momento de exponer las razones por las que este equipo directivo debe poner punto final a su relación con el Real Zaragoza. A continuación paso a exponer algunas de esas razones: 

– Mentiras continuadas: Desde el desembarco en el Club (“Cani ha decidido no esperarnos”; hecho rebatido posteriormente por el propio jugador) hasta anteayer cuando el Director General, Gerard Poschner negaba haber calificado a José Aurelio Gay como técnico provisional, cosa que había dicho cuatro días antes… han sido múltiples y diversas las mentiras de este equipo directivo, pero como los Mandamientos se pueden resumir en dos: “Aquí no se va a destituir a ningún técnico por una racha de malos resultados” y “No se venderá a ningún jugador sino es por el valor de su cláusula de rescisión”. 

– Desprestigio a nivel nacional y hasta internacional. Las malas artes en unos casos, el no saber actuar en los tiempos y las formas correctos en otros y el desatino continuo en las relaciones con el resto de equipos han sido constantes en la política del Club. Basta recordar algunos ejemplos de lugares donde, hoy en día y gracias al equipo directivo, un zaragocista no será bien recibido: Coruña (caso Lafita), Santander (caso Jorge López), Valladolid (caso Braulio), Huesca (caso Villanova; en este caso especialmente grave por acabar como ha acabado el tema con uno de los más ilustres zaragocistas de los últimos 30 años) y por si fuera poco… Ucranía (caso Matuzalem; aún por dilucidar). 

– Desprecio absoluto a la afición. No se ha tenido en cuenta la opinión de la afición en prácticamente ningún aspecto… desde el arbitrario cambio de escudo hasta la destitución de Marcelino, por poner dos ejemplos altamente significativos. Aunque para desprecio la frase del Presidente, Eduardo Bandrés, ante los reproches del público el pasado día 12: “Esto es una S.A.D.”… y no sé hable más, le faltó añadir al ex-consejero de Economía. 

– Incremento de ejecutivos. Desde la llegada del nuevo accionista mayoritario el número de ejecutivos en el club ha crecido de manera inversamente proporcional a los éxitos del equipo; llegando a darse el caso de tener cargos duplicados y casi triplicados, con el agravante de que excepto honrosas excepciones (véase, Miguel Pardeza) ninguno ha asumido responsabilidades de los malos resultados del equipo. 

– Falta de confianza real en proyecto alguno. Los casos de Víctor Fernández y Marcelino García Toral demuestran que el equipo directivo nunca ha tenido confianza en ninguno de los dos grandes proyectos que han iniciado y, en ambos casos, han desautorizado públicamente a los técnicos antes de (apoyándose en una serie de malos resultados) proceder a su destitución. 

– Mala planificación en la política de fichajes y traspasos. Sólo hace falta echar un vistazo a la plantilla actual para darse cuenta de este hecho; pero tirando de memoria recordaremos el esperpéntico cierre del mercado de fichajes de agosto de 2008 (ventas de Diego Milito – traspasado por ese club un año después con un 100% de plusvalía- y Sergio García, fichaje de Jorge López, cesión de Luccin, aparición de Songo’o…); no hay duda, todo un Master de Planificación resumido en 4 horas de locura. 

– Aumento de la deuda. Aún teniendo presente el daño económico que produjo el descenso de categoría, habría que tener en cuenta que en estos 3 años se han realizado algunas de las mayores ventas de jugadores de toda la historia del Club (Gabi Milito, Aimar, Matuzalem, Sergio García, Diego Milito, Oliveira… incluso se les podría imputar el traspaso de Cani, ya que ellos fueron los principales beneficiarios). 

– Fichajes “pufo” y/o “fantasma”. Durante estos 3 años hemos visto desfilar por el plantel a varios jugadores cuya llegada al Club podríamos calificar de inexplicable. Tan sólo recordar unos nombres: Gustavo Nery, Songo’o, Fabio Coentrao, Babic e incluso el cuasi inédito Obradovic…

Todas estas razones (y otras que seguro me olvido) han llevado al Club a una situación deportiva más que preocupante (la soga de un nuevo descenso comienza a apretarse a nuestro cuello) y a un divorcio total entre la masa social y el equipo directivo. 

Ante esta tesitura a Agapito Iglesias sólo le quedan dos opciones: vender (y más vale que sea rápido, para darle a los nuevos gestores tiempo a enmendar la situación) o dar un golpe de timón de 180º, cambiando tanto las caras y las formas como el fondo de la política de actuación del Club. 

Cualquier decisión que no sea una de las anteriores llevará al Real Zaragoza a un nuevo descenso (2 en 3 años) y quizás a una realidad mucho más extrema de la que ahora estamos viviendo.

Por peterpan.

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