La notable falta de puntería de cara al gol volvió nuevamente a aparecer el pasado sábado en La Romareda. De nuevo otro partido en que el equipo volvió a ver como se le escapaba una victoria por no saber materializar las ocasiones.
Los filiales siempre se le han dado mal al Real Zaragoza. El encuentro empezó haciendo cumplir esta premisa desde, literalmente, el primer minuto. Ya que fue en ese momento, en la primera jugada del equipo donostiarra, cuando el conjunto entrenado por Xabi Alonso se adelantó en el marcador. De nuevo el Real Zaragoza tenía que nadar a contra corriente y esta vez era desde el inicio del encuentro.
Sin embargo el Real Zaragoza no se echó atrás. El equipo se recompuso del bofetón inicial y desplego un buen juego siendo mejor que la Real Sociedad B. Nuevamente el cuadro zaragocista demostró que juega mejor con el marcador en contra (o al menos no se viene abajo) lo cual es importante aunque mejor sería que desplegase ese juego sin que el marcador fuese en contra.
El buen juego del Real Zaragoza se tradujo en ocasiones y, como decía, en falta de acierto de cara al gol. Bien es cierto que los intentos zaragocistas finalmente tuvieron su fruto y un rebote fue materializado por Narváez que volvió a reencontrarse con el gol en un mal inicio de temporada para el jugador colombiano. Un gol que hubo de ser de rebote y que vino como indico tras varios intentos zaragocistas y tras una peligrosa jugada del jugador donostiarra Nano Mesa.
A partir de ahí el partido poco a poco languideció. El Real Zaragoza dio el bajón en la segunda parte y no mostró el buen juego demostrado en el primer periodo. Sí que el cuadro zaragozano creo ocasiones y falló varias de las que podemos calificar como imperdonables. También el conjunto blanquillo, por momentos, entró en una dinámica tantas veces vista en la que parecía que llegaría el gol del conjunto donostiarra por falta de interés del cuadro zaragocista.
Así pues el Real Zaragoza consiguió un empate que supo a poco en base a las ocasiones que el conjunto zaragocista no supo materializar. De nuevo se van puntos por ocasiones que sí se tienen pero que no se materializan. Y tener ocasiones pero no convertirlas en gol es un problema.
El Real Zaragoza es un equipo que, con carencias y limitaciones, funciona. JIM ha sabido poner en marcha un equipo montado muy tarde en base a la dichosa venta que ha trastocado todo (para, seguramente, quedar en nada). El equipo despliega cierto buen juego y crea ocasiones. Pero la falta de puntería sigue estando ahí siendo, a día de hoy, es la gran asignatura pendiente del equipo.
El conjunto zaragocista viaja esta semana al Antxo Carro para enfrentarse al CD Lugo. Un estadio de grato recuerdo para la afición zaragocista por el gol salvador de Cristian Álvarez en la recta final de la semana pasada. Un estadio que suele ser complicado para el Real Zaragoza aunque parece que en estas últimas temporadas parece haberse aclimatado con más o menos buen acierto.
De nuevo esta jornada es un duelo de equipos de la parte baja. Ambos conjuntos, CD Lugo y Real Zaragoza, están empatados a puntos y tienen exactamente el mismo registro de victorias, empates y derrotas.
El conjunto gallego llega a este encuentro tras haber caído derrotado la pasada jornada en Cartagena y tras haber conseguido hace dos su primera victoria de la temporada ante la SD Huesca en un partido donde los gallegos consiguieron una victoria muy ajustada en un final no apto para cardiacos.
El CD Lugo se encuentra sin terminar de acoplarse a la categoría. La pasada campaña fue un equipo que lo pasó mal para salvar la temporada y esta va camino de correr la misma suerte. Quedará por ver como evoluciona en la categoría el conjunto gallego pero, al menos de momento, parece ser que está llamado a ocupar la parte más baja de la clasificación.
Como he indicado es un duelo de la parte baja. Bien es cierto que el Real Zaragoza parece llamado a abandonar esa zona en base al buen juego que está desplegando en estas últimas jornadas. Aunque ese buen juego servirá de más bien poco si el equipo no materializa las ocasiones que genera.
Por Cuñao.