La eliminación de Copa del Rey ante el Granada supone un paso más en la decadencia que está viviendo el Real Zaragoza en este Otoño/Invierno. Es cierto que la Copa del Rey, en las circunstancias actuales, no es en absoluto una prioridad. Pero también es cierto que la actitud que se vió en varios tramos del partido no es admisible.

El Real Zaragoza tenía en el partido de segunda ronda de Copa del Rey la oportunidad de, con menos presión respecto a un partido de liga, volver a retomar el rumbo. Frente a él un Granada que había experimentado una notable mejoría con la llegada de Fran Escribá al banquillo del conjunto andaluz y que, en estas últimas jornadas, había llegado a superar en la clasificación al Real Zaragoza.

El Real Zaragoza afrontó una primera parte donde fue de menos a más. Tras el gol de Adu Ares el Real Zaragoza tuvo la oportunidad de dejar muy encarrilado el encuentro con el penalti señalado a favor que erró Alberto Marí realizando un pésimo lanzamiento.

En el tramo final de la primera parte el partido enloqueció. Tras 2 goles prácticamente seguidos del Granada que consiguió ponerse por delante del marcador (viniendo el segundo gol del Granada de un garrafal fallo de un Enrique Clemente que, en vista de los numerosos fallos cometidos esta temporada, no debe jugar un minuto más) el Real Zaragoza consiguió al filo del descanso el empate con otro gol de Adu Ares quien fue, para bien, la sorpresa del partido y que dejó atrás las malas actuaciones realizadas.

Tras una segunda parte difícil de soportar para cualquier espectador por el poco juego que se vio el encuentro llegó a su fin con empate a 2. Así pues, después de jugarse los 2 tiempos de la prorroga, la eliminatoria se decidió en unos penaltis más propios de un torneo amistoso que de un partido oficial quedando finalmente eliminado el Real Zaragoza.

Como decía al principio del artículo caer eliminado en Copa del Rey no es algo dramático. Pero las formas son bastante reprochables. Hay que recordar que el Real Zaragoza podría haber dejado prácticamente sentenciado el partido y que fueron muchos de los errores cometidos por los hombres del conjunto blanquillo los que me atrevo a decir que propiciaron la eliminación en Copa y que supusieron que el partido se alargase con los 30 minutos de prorroga con la carga física que eso supone para la plantilla.

Dejando atrás con mal sabor de boca la Copa del Rey el Real Zaragoza regresa a la competición liguera donde las cosas no van bien (me atrevo a decir que van cada vez peor) y donde, visto lo visto, se ven pocos motivos que inviten a pensar en que las cosas pueden mejorar.

El Real Zaragoza se reencontrará con un viejo conocido como el Deportivo de La Coruña en Riazor. El conjunto gallego, tras perder la categoría en 2020, regresó este pasado verano a la Liga Hypermotion.

El Deportivo de La Coruña llega a este partido tras haber caído derrotado en Copa del Rey ante el Ourense el pasado Miércoles. En liga las cosas tampoco van bien ya que son solo 3 puntos los que separan al equipo gallego de los puestos de descenso.

Si analizamos los resultados obtenidos por el Deportivo de La Coruña vemos que es un equipo que obtiene mejores resultados fuera de casa que en Riazor. En Riazor solo ha conseguido 2 victorias mientras que fuera de casa no solo ha conseguido más si no que ha goleado en 3 de ellas.

La llegada de Gilsanz tras el cese de Imanol Idiakez ha traído consigo la mejoría del conjunto gallego ya que, en las cinco jornadas que el Deportivo ha disputado siendo Gilsanz su entrenador, ha obtenido más goles y la misma puntuación que la registrada por Idiakez en las 12 jornadas en las que dirigió al equipo esta temporada.

Ambos equipos no están en buen momento de forma. Pese a ello el Real Zaragoza va de más a menos y el Deportivo de menos a más. Ambos equipos tienen una situación complicada en la clasificación ya que el Deportivo necesita como mínimo puntuar para asegurarse no caer a puestos de descenso en esta jornada mientras que al Real Zaragoza solo le sirve la victoria para intentar entrar en puestos de play off y, sobre todo, no comenzar a descolgarse de los mismos.